Dos
caballos negros saltan por la pradera. El
rojo arce murmura. Al
caminante se le aparece el albergue en el camino. Magnífico
sabe el vino joven con las nueces. Magnífico:
perderse ebrio en el bosque crepuscular. A
través del negro follaje suenan campanas dolorosas, sobre
la frente gotea el rocío.