uscad mi corazón

en la hostería de los príncipes muertos.
En mis nervios se nutre un canto de leopardos
y hay un delfín
dormido
........................................... al pie de las clemátides.
Pero, decidme, ¿dónde está el príncipe comido por las lianas,
su blanco pantalón de lino, su puro
rocío devorado?
..........................................Yo sospecho del conde con los ojos
de distinto color, del centurión helado,
y los peces de la noche alimentaba la amortajada del pozo.

Buscad en qué cisterna, en qué podrido acuario,
como una flor de lámpara alejada en la vida
oscila, vaga y mece su cuello degollado!
¿Qué viento de lacería por los álamos brama,
quién llora por el príncipe, decídmelo, quién llora?
En sus cuencas hay espacio y caben
la sombra, el cielo, el lobo y la abubilla.
Su esqueleto se pudre en un nicho de plomo, amparadle.
Yo no podría, mis manos están ocupadas en el sueño,
y el dulce Galip está lavando los viejos puñales.
Los que pasáis por este nicho, golpead la puerta.
Soy el príncipe ilota.

Mahfud Massis

(Chile)

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