roque_dalton.jpg (12281 octets)ROQUE DALTON

Roque Dalton fue uno de esos poetas que alimentó nuestra más profunda capacidad de asombro. Artista de las resurrecciones, murió sin embargo, acribillado. Asesinado por su compañeros, por quienes nunca pudieron comprender la fuerza de su razón, de su profunda visión del proceso salvadoreño. Tampoco pudieron comprender nunca que matandolo a él su poesía iba a seguir creciendo.

 

DOMINGO: ¡vaya que uno amanece, en ocaciones, trunco!

PARA LA PAZ: Será cuando la luna se despida del agua

 

 

DOMINGO

¡vaya que uno amanece, en ocaciones, trunco!

Una mañana dura

quiso llorar mi interna

población de temores.

-Callad ante la vida- me decía mi brazo

-Apuñalad la risa desde su altiva esperma-

me gritaba un pulmón (¿o fue mi anillo?)

 

-Hundámonos conmigo en las uñas -

solicitaba un sexo tan unipersonal como mi casa.

 

¡Vaya y quise llorar, besarme el alma!

                    Pasaron:

un pescador, cantando; un encalado

obrero constructor, cantando;

una mujer preñada y sindical

cantando;

un niño culirroto y una flor cantando.

 

A pesar de estar trunco se amanece:

¡Cómo va uno a llorar,

acompañando en su fracaso al codo!

 

 

 

 

PARA LA PAZ

Será cuando la luna se despida del agua

con su corriente oculta de luz inenarrable.

 

Nos robaremos todos los fusiles,

apresuradamente.

 

No hay que matar al centinela, el pobre

sólo es función de un sueño colectivo

un uniforme repleto de suspiros

recordando el arado.

Dejémosle que beba ensimismado su luna y su granito.

 

Bastará con la sombra lanzándonos sus párpados

para llegar al punto.

 

Nos robaremos todos los fusiles,

irremisiblemente.

 

Habrá que transportarlos con cuidado,

pero sin detenerse

y abandonarlos entre detonaciones

en las piedras de patio.

 

 

 

Daltónicos

La página de Roque Dalton

Poema de amor

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