Evolución Vegetal
En su anterior exposición (Entre Dos), May se acercaba a la tierra
y a sus erguidos brotes arbóreos palpando con su pincel los troncos,
las cortezas y el nacimiento desde la corona de raíces. Ahora con
“Evolución”, el pincel prueba a ser microscopio para perseguir las
filiformes sendas de los tejidos vegetales. Caminos interiores de la madera
por donde fluye la sabia que es la vida surgida de las profundidades de
la tierra.
Agua, Sol, elementos nutritivos, luz que succiona desde el cosmos a
todo ser vivo para que crezca, se desarrolle, fructifique y multiplique
su especie. May está en los ocultos caminos interiores que palpitan
sin cesar desde que la semilla cae en el útero de la madre tierra,
y que van construyendo célula a célula el entramado de la
energía. Por ahí camina May en largas y amplias pinceladas
con trazos que pretenden indagar sobre el origen, auscultando las huellas
secretas de la existencia. Al mismo tiempo esta pintura es como una primigenia
danza sobre la melodía que crea el latido de la naturaleza. O también,
esas sendas pintadas tienen unas sorprendentes semejanzas con las infinitas
arterias de los cielos que abren accesos al universo re-creador que nos
engloba, fagocita y devuelve al punto de partida para volver a nacer. Maderas
que vivieron, que parecen fijadas y muertas en el retrato, pero que indican
que lo que es arriba es abajo. May pasea por las galaxias internas para
verificar lo que dijo Paul Eluard: “Hay otros mundos, pero están
en este”.
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Antonio Rosado Baladez. Crítico cinematográfico.
Obra expuesta en La Casa
de Cultura de Teror, del 7 al 23 de Abril de 2000
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