Iluminar correctamente un motivo para retratarlo en color no
consiste sólo en utilizar unos focos o un flash "para que salga
la foto", sino que se trata también de obtener unos
colores equilibrados.
La temperatura de color se refiere a las dominantes cromáticas
que emite cada fuente de luz. Habreis observado directamente o
por medio de fotografías- que la luz solar de primera y última
hora emite mayor cantidad de componente rojo que la luz solar
de medio día, con una dominante azul.
Con el fin, pues, de obtener unos colores correctos, es
necesario que la temperatura de color de una fuente de luz
se avenga al tipo de película. Las de color equilibradas para
luz de día precisan una temperatura de color parecida a la
de la luz solar. Las de interior (luz de tungsteno) les es
necesaria una temperatura de color en la que las bombillas
tradicionales no llegan; en este caso, se tendrán que usar
fuentes de iluminación artificial más potentes, como
fotolámparas, halógenas... o un sencillo proyector de
diapositivas. Atención con las bombillas de tungsteno de las
fotolámparas porque se van gastando lentamente...¡y la luz se
va tornando amarilla!
El flash electrónico proporciona una luz con una temperatura de
color com la solar. Es preciso evitar los fluorescentes ya que
sólo emiten algunos colores del espectro, pero si en aquel
momento no se tiene ninguna otra luz, se ha de poner un filtro
magenta delante del objetivo. Lo que no se ha de mezclar es su
luz con ninguna otra.
Si se utiliza una película de luz de día para fotografiar un
interior iluminado artificialmente, se ha de colocar un filtro
corrector de color azul delante del objetivo. Y si es al revés,
uno de color ámbar.
Técnicas de iluminació.
# Fotografiando al aire libre:
Cuando se hace servir la luz solar como única o principal
fuente de iluminació, hay una serie de material (espejos,
cartulina blanca satinada, papel de plata, pórex...) que ayuda
a reflejar
los rayos solares sobre el motivo. Se trata de situar el
material que hayamos elegido en una zona en la cual el rebote de
la luz solar contribuya a esclarecer las sombras del motivo
La fotografía de pequeños animales (mariposas, lagartijas...) al
aire libre no permite -sin embargo- hacer tantos preparativos,
ya que el factor rapidez es vital. El flash será el mejor
aliado para estos casos en los que hemos de congelar la
acción, ya que los ilumina más potentemente y obtiene
colores vivos y, sobre todo, proporciona más profundidad de
campo. De todas las maneras, las mejores fotos se hacen a
primera hora de la mañana; los invertebrados se muestran poco
activos y lentos, y la luz es más suave.
Tanto si se utiliza el material reflejado como el flash
(o combinando ambos, ya que el flash se puede rebotar contra
una superficie blanca com si fuese el sol, teniendo cuidado de
abrir un par de puntos del diafragma), los resultados irán
informando sobre cómo se han de usar. Por este motivo, es
necesario ir anotando las características técnicas de cada foto.
También hay que ir "jugando" con las diferentes posiciones del
material (cartulina dirigida desde abajo o desde arriba, etc.)
Si se tiene un flash conectado por cable al cuerpo de la
cámera, ambos se pueden separar -incluso mediante un cable más
largo- y dirigir la luz desde un lado o "jugar" con el motivo
dirigiéndola desde otros ángulos. Comparad los efectos...
# En el interior:
Nos centraremos en aquellas técnicas más factibles de realizar
en la escuela, a partir de un mínimo de material.
- Flash:
Le aplicaremos las anteriores técnicas. No nos pararemos en
la explicación del 'flash anular' porque se trata de un
flash especial montado alrededor del objetivo que da una luz
más uniforme (sin sombras) y que se hace servir en la
macrofotografía más especializada.
- Fotolámparas y halógenas:
Podemos trabajar la iluminación según el número de focos con
que contemos. Uno de solo, emplazado delante del motivo
(directo), proporciona una luz dura y con resultados poco
interesantes.
Si tenemos dos, la cosa mejora sensiblemente ya que
esclarecerá las sombras. Entonces, ambas luces se situan a cada
lado de la cámara y en ángulo de 45 grados. La iluminación
complementaria -que tendrá que proporcionar menos intensidad
de luz- se puede conseguir con un foco con las viseras cerradas
hasta un punto que dirigan la luz sobre el motivo, o con
una fotolámpara habitual pero con una cartulina negra en forma
de tubo delante para dirigirle igualmente el haz de luz o bien
con un proyector de diapositivas. Si utilizais el procedimiento
de la cartulina negra en forma de tubo, ¡atención que no se
queme! Si podeis disponer de otros focos, un tercero situado
detrás del motivo (contraluz) le dará más profundidad. Y un
cuarto iluminará un posible fondo.
Cuando se trabaja con focos, es conveniente colocarles
delante algún tipo de difusor (papel vegetal, por ejemplo,
cogido por las viseras con pinzas de madera de tender la
ropa) a fin de amortiguar la dureza de la luz.
Evidentemente, también se puede "jugar" con este esquema
tradicional de iluminación y aplicarle los materiales
reflectantes ya apuntados (cartulinas, papel de plata,
pórex... e incluso una pared o un techo blancos) con el fin de
suavizar la luz. En este sentido, se tendrá que girar y rebotar
uno (o más de uno) de los focos sobre el soporte
reflectante, de manera que al motivo le llegue sólo el reflejo
indirecto de la luz del foco.
- Transiluminación: se trata de instalar una luz detrás del
motivo con el fin de que proporcione un aspecto transparente o
translúcido. Ello es útil, por ejemplo, para cuando se han de
fotografiar pequeños objetos planos y, algunos de ellos,
translúcidos (escamas, fibras vegetales...) sobre una
superficie plana, separada del fondo unos 20 cm. Hay que usar
un filtro polarizador. El montaje se representa a
continuación:
Evidentemente, también se puede transiluminar de manera más sencilla sólo con la ayuda de un haz de luz artificial ubicada detrás y a un lado del motivo.