HACIENDO FOTOS DE APROXIMACIÓN


Una flor en un interior, como ejemplo.

Disponemos la flor delante de un fondo a unos 10 cm., que iluminaremos -opcionalmente- con una luz directa.Como fondo podemos usar una cartulina mate blanca o negra, o de color neutro (gris o verde claro) que no coincida con el del motivo, o de color en degradado, o un tejido de las mismas características y además sin arrugas. El soporte del fondo puede ser un objeto que le ayude a mantenerse vertical encima de una superficie plana que no brille y el de la flor una maceta.

Es necesario escoger la flor con cuidado (por sus cualidades estéticas o de otro tipo), que esté limpia de restos extraños (tierra...) y, si se quiere, se le pueden añadir gotas de agua sobre los pétalos con el fin de imitar el rocío.

Preparamos la cámara (colocamos el carrete, comprobamos la sensibilidad de la película, limpiamos el objetivo, lo montamos, instalamos el disparador...). Enroscamos la lente (o más de una) de aproximación elegida, según lo que queramos aproximarnos; la limpiamos.
Disponemos la cámara sobre el trípode y maniobramos de tal manera que nos quede a la altura y distancia que nos convenga.

Preparamos la iluminación escogida:

- un único foco a 45 grados con una cartulina en la otra parte, con el fin de rebotar la luz y llenar las sombras del motivo de la zona sin foco;
- dos focos por banda, uno a 45 grados y el otro a 30; o bien uno de ellos girado de espaldas al motivo pero rebotando su luz en una cartulina;
- un tercer foco por detrás y encima, iluminando el motivo;
- o simplemente el flash que, com ya se ha dicho, se puede combinar con material reflectante.

Si hemos de aproximarnos al máximo al motivo, es mejor retratarlo desde abajo, pero protegiendo el objetivo de los contraluces con una cartulina blanca brillante adosada al parasol.

Ponemos el anillo de distancias a infinito, cerramos el diafragma a 8 o a 11 y nos aproximamos al motivo hasta que quede encuadrado y enfocado (al menos la parte que más nos interese). Hacemos la lectura con el fotómetro y ponemos la velocidad. Cargamos el obturador.

Cuando todos los elementos técnicos y estéticos estén controlados y nos convenza aquello que estemos viendo por el visor (no se ha de tener prisa), disparamos con suavidad. Repetimos la misma foto pero con posibles variaciones (de diafragma, retocando las luces, cambiando de ángulo...)


Naturalmente hay una manera más fácil de retratar una flor y es en el exterior. De hecho, frecuentemente se tiene que hacer por fuerza "in situ", donde la hemos localizado. En este caso, es interesante "aislarla" por medio de una cartulina- para que no se mueva cuando haga viento.

El fondo puede ser el mismo del ambiente o una cartulina de las citadas. Podemos optar por retratarla sólo con la luz solar, o ayudada de material reflectante para aclarar sombras o con flash.

Reproducciones.

Con frecuencia, se presenta la necesidad de reproducir una foto antigua de archivo para una exposición y no existe ya el cliché, o bien un plano no muy grande, el detall de un dibujo o de una pintura, etc.

Para llevarlo a cabo, hay diversas posibilidades. La más económica es, evidentmente, enganchar el motivo a reproducir sobre la pared o cualquier otro soporte plano, hacer los preparativos pertinentes (no se aconseja flash o foco directo, por los reflejos, sobre todo si se tiene que reproduir otra fotografía) y disparar.

Pero, si podemos contar con un soporte reproductor estático, los resultados serán diferentes. Antes existía el Ektagraphic de Kodak que usaba la cámara Instamatic, que se ajustaba a dos soportes: uno proporcionaba un campo de 20x20 cm. y el otro de 7,5x7,5 cm.; cada soporte tenía su lente de aproximación y un 'cuboflash'.

Pero lo más habitual es el tablero de madera, con una columna de hierro para instalar la cámara con el objetivo mirando a la superficie del tablero, y dos o más luces de altura e inclinación ajustables en cada banda con bombillas opalinas de 100 vatios que hagan incidir la luz con un ángulo de 45 grados sobre el eje del documento a reproducir, para tal de evitar reflejos. La cámara tendrá que llevar igualmente el cable disparador y la lente de aproximación.


Si no se tienen focos, con tablero o en la pared también se pueden hacer reproducciones de documentos sirviéndose de la luz natural, pero entonces es preciso aprovechar la penetración de los rayos solares durante el tiempo de mayor intensidad y sin que en ningún momento incidan directamente sobre la superficie a fotografiar.

Otros tipos de trabajos.

Si lo que queremos es congelar los movimientos acuáticos de un pez que se pasea despistadamente cerca del cristal del acuario, colocaremos un flash -que se pueda separar de la cámara por medio de un cable- por encima del cristal de arriba, así como un filtro polarizador delante del objetivo. También lo podemos hacer con película rápida.


Cuando se quiere retratar un insecto en su hábitat natural, hay que acercarse con mucho cuidado, con el sol a un lado con el fin de no proyectarle nuestra propia sombra. Si queremos prolongar la estada del insecto sobre una flor, dipositamos en la corola una disolución de agua con miel.


La mayoría de los insectos ofrecen lógicas dificultades para poder ser fotografiados en estado natural. Así que, una vez atrapados (que puede llegar a ser toda una aventura), se adormecen exponiéndolos unos instantes a la acción de los vapores del alcohol o éter y, seguidamente, se colocan en el lugar escogido para ser retratados (una hoja, un tronco...)


Una forma bastante sencilla de empezar a retratar pequeñas bestias es con los caracoles, ya que se trata de animales lentos.

Un objeto alargado (una lombriz, por ejemplo) se tiene que fotografiar prácticamente de lado si se quiere mantener enfocado en su totalidad.

Para trabajos con binoculares hay dos procedimientos: el ortodoxo que consiste en intercalar un adaptador entre el cuerpo de la cámara (sin objetivo) y uno de los oculares del aparato; o unir el cuerpo con el ocular mediante una tela tubular negra y mate, cogidos con gomas.

El tratamiento de la fotografía de aproximación que hemos dado hasta ahora es el habitual, es decir, el "serio". Pero la macrofotografía también puede contar con una manipulación más experimental, creativa. Así, si a los accesorios de aproximación les añadimos una lente de efectos, obtendremos imágenes de flores, abejas, etc., poco convencionales. Existe toda una gama de filtros con efectos bien diferentes: el de "flou" proporciona una atmósfera suave, irreal, sobre todo si se retrata a contraluz; el de foco central se caracteriza por un campo de imagen nítida en el centro que se difumina progresivamente hacia los bordes, por lo que va bien para destacar el motivo; el de prisma multimagen color cuenta con diversas facetas que van dividiendo la imagen con degradados de color; el de prisma multimagen sin color con diversas facetas permite reproducir el mismo motivo a su lado, alrededor, en triángulo..., por el cual en lugar de una sola flor vemos 4 o 5 alrededor del original; el popfiltre de colores diferentes reproduce la imagen con el color elegido, es decir toda la flor en azul o en verde... Naturalmente los filtros coloreados complican los tiempos de exposición.


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