El primer impulso que sentiremos al encontrarnos delante de un
paisaje imponente será el de congelar el momento. Pero
quizá después, al ver el resultado, no nos sentiremos
suficientemente satisfechos. Y es que -a menos que se trate de
una instantanea- la fotografía incluso de paisajes pide su
elaboración.
Una vez tengamos clara la localización (por lo que hay que
valorar el entorno natural que retrataremos, si su interés
científico o estético lo justifique, las condiciones de luz
del
momento...), estudiaremos el encuadre. A veces, este no se
obtiene a la primera y vale la pena desplazarse a derecha
y a izquierda hasta conseguir un plano que nos convenza.
Según lo que vayamos a retratar, estudiaremos si la foto
quedará mejor cogida horizontalmente (una cordillera) o
verticalmente (un valle, la costa) si el paisaje comienza en
los propios pies. Un aspecto importante que se ha de tener en
cuenta es el de componer con pocos elementos; hay fotógrafos que
lo querrían meter todo dentro de un mismo plano y, entonces,
crean más confusión que nada.
En el paisaje tiene que haber siempre un elemento de interés,
un punto principal donde el ojo busca donde poderse concentrar
(camino, vallas, árboles, río...) Se trata de aprovechar uno
o diversos de estos elementos de forma que lleguen a conducir
la mirada hasta el motivo principal. Lo que sí se han de
eliminar son los detalles inútiles.
Cuando se trata de horizontes, se han de situar en el tercio
superior o inferior ("regla de oro"), dependiendo de la parte
(cielo o tierra) que tenga más interés. ¡Nunca en medio! (Por
cierto, el horizonte tiene que verse en la foto, así,
"horizontal", de manera que se ha de encuadrar con cuidado):
También se ha de evitar la simetría tratándose de equilibrar las
masas dentro de la imagen:
Hay que evitar las líneas rectas; mejor buscar las sinuosas
que dan más interés:
También se han de evitar las líneas rectas paralelas, ya
que atenuan la perspectiva y reducen la sensación de
profundidad:
A nivel perceptivo -y por razones culturales de lectura de
izquierda a derecha-, si un primer término (un árbol) lo
situamos a la izquierda de la composición, entonces decimos que
"abre" el paisaje, es decir, el primer término conduce
nuestro recorrido visual hacia el centro de interés, quizá
una vista general. Si el primer término está situado a la
derecha, "cierra" la composición, es el último elemento en ser
visto:
La colocación de un primer término dentro de la composición
sirve -además de otorgar más interés al encuadre- para
darle profundidad:
Si en lugar de un único primer término se trata de una
serie de elementos que se pierden en el fondo (línea de
árboles), la profundidad aún resultará más acusada. Un
diafragma cerrrado ayudará a obtener tal sensación:
El encuadre y la composición, es decir, la selección y la
disposición de los elementos de una imagen dentro del cuadro,
van ligados también al tipo de óptica que, previament,
hayamos escogido. El gran angular es óptimo para abarcar
superficies pero, por ser su ángulo de visión demasiado
amplio, los detalles se minimizan. Así que se ha de usar sin
abusar; por ejemplo, está muy recomendado para cuando el cielo
(sobre todo si está cargado de nubes) o el agua dominan las 2/3
partes del encuadre.
El teleobjetivo, por contra, permite acercarse mejor al tema,
resultando los detalles más reforzados. Además, comprime las
perspectivas, acerca los volúmenes y crea sensación de
proximidad.
Decidiremos, también, sobre la conveniencia de usar un filtro
(aparte del "skylight", que siempre lo llevaremos colocado) a
fin de mejorar una situación o reforzar un efecto. Un
polarizador, por ejemplo, nos proporcionará un cielo o unas
aguas más oscuras y unos colores más saturados, además de
evitar reflejos no metálicos. Un degradado creará un efecto
artístico en una parte del encuadre. Para blanco y negro, un
filtro verde esclarecerá la vegetación, uno amarillo enfatizará
las nubes y uno rojo oscurecerá aún más el cielo reforzando el
efecto anterior.
La iluminación:
Al contrario de lo que mucha gente cree, la luz más adecuada
para fotografiar no es la de las horas con más intensidad
solar (ya que es dura, aplana la escena y satura los colores),
sino la de primera hora (cuando la atmósfera aún no se ha
calentado por el sol) o última hora del día.
Preferentemente, utilizaremos película de poca (25 o 64 ISO)
o mediana (100 ISO) sensibilidad, por su mejor definición.
En cuanto a la lectura de la exposición, trabajando con
diapositiva la haremos en las zonas más claras, y en el caso
de negativo en las más oscuras.
No obstante hay una serie de situaciones donde es necesario
compensar la exposición a causa de ciertos elementos que engañan
el fotómetro:
Situación-----------------------Abrir diafragma
Sol velado, niebla ligera.........................1/2
escala
Cielo nublado, niebla...............................1
"
Paisaje con primer término oscuro........1/2 "
Paisajes nevados, lluvia, agua................1/2 a 1 "
Contraluces...........................................1/2 a 1
"
---------------------------------Cerrar
Grandes contrastes..........................................1/2
escala
Crepúsculo.....................................................1/
2 a 1 "
Motivos claros sobre oscuros.......................1/2
"
Reforzar ambientes (puesta sol, tempestad).....1/2 a 1 "
Una vez encuadrado el motivo, colocado el filtro
(opcional), enfocado, hecha la lectura de la exposición,
ajustada la velocidad, etc., convertiremos el paisaje elegido en
testimonio fotoquímico.
Situaciones específicas:
Estas se nos presentan básicamente relacionadas con fenómenos
atmosféricos:
# Nieve: Inprescindible el uso del filtro "skylight" contra
los tonos dominantes azules; un polarizador evitará
reflejos y reforzará el azul del cielo. Usar parasol y película
de baja
sensibilidad. Atención con el frío (afecta a los mecanismos
de la máquina) y a los cambios bruscos (interior
coche con calefacción-exterior nevado). Cuando la nieve
abarque las 2/3 partes del encuadre, abrir 1 diafragma en
diapositiva y 2 en negativo, a partir de la lectura del
exposímetro. A ser posible, fotografiar cuando el sol ya está
bajo.
# Playa: Las mismas indicaciones del anterior. También abrir 1
diafragma. Atención al agua, arena, sol... Las horas de sol
menos intensas también son las más agradecidas.
# Niebla: No usar filtros o se perderà el ambiente. Si la
niebla es muy densa se ha de abrir 1 diafragma o más, excepto si
el motivo se encuentra en primer término.
# Lluvia: Un paseo después de un buen chaparrón proporciona
fotos con una luz óptima: sin sombras, luz difusa, se resaltan
los colores y las texturas...
# Relámpagos: Precisa larga exposición; por lo tanto, será
nacesario trípode y cable disparador. Usar película para luz de
día.
# Arco Iris: La atmósfera limpia y la luz suve del momento
proporcionan gran brillo en los colores.
Preparando la salida.
Antes de la salida, es preciso que haya un trabajo
preparatorio sobre las características geográficas, de flora
y fauna, etc. del lugar que se visitará. La
familiarización, pues, con el lugar donde iremos a través
de mapas, información de todo tipo, itinerarios, material que
tendrán que llevar, etc., es indispensable para sacar más
provecho a nuestro trabajo.