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Creo que no quedé lo suficiente frustrado ese día
rayano al verano que, en una de mis gloriosas campanas en la universidad, me dirigí a la
biblioteca de la misma para empezar a leer el libro de Isaac Asimov que Ghorthor me
prestó. Se trataba, si mi memoria no me engaña, de un volumen de la saga Fundaciones,
aunque no recuerdo exactamente como se llamaba el libro. Lo que sí que recuerdo es que no
pasé de las primeras 20 páginas: digamos que mi mente no estaba (ni creo que esté) para
esos trotes, para los trotes mentales a los que tengo entendido que Asimov suele someter a
sus lectores.
Aún así, gracias a Bastard he podido darme cuenta que del cerdo no sólo se aprovechan
las patas sino que hay mucho más. Asimov, con Azazel, me ha hecho pensar que igual algún
día podremos leer un libro de humor firmado por un tal Stephen King.
Pero dejémonos de pamplinas y vamos a lo que íbamos.
Azazel, lo que es el libro con sus estructuras y sus cosas, tiene 4 protagonistas
básicos. Por una parte tenemos a George Bitternut, un tipo tan pedante como su estómago
y tan "naive" como complejo se cree él mismo, tan cara dura como buena persona
cree que le ven los demás. George será el que más hablará en este libro, será el que
narrará las diferentes historias que le habrán sucedido con su curioso ayudante de
fechorías.
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Luego tenemos a Azazel, que se supone que
es el protagonista principal pero que, posiblemente, es el que menos participa en las
historias, en cuanto a cantidad. Se trata de un demonio enano, de unos 2 cms. de alto, con
una buena panza también, que durante muchos años ha sido convocado por George, gracias a
una fórmula mágica, para ayudarle en sus intentos por beneficiar(se) a sus amigos y
amigas. Azazel es capaz de alterar las leyes de la naturaleza y ayuda a George porque se
cree superior aquí en la Tierra, todo lo contrario que en su planeta, donde no es más
que un pequeño rojizo de quien mofarse. Él, y principalmente gracias a su gran
desconocimiento de la raza humana y de lo que este puto planeta se cuece, será el máximo
responsable de las diferentes desgracias que se irán sucediendo historia tras historia.
Isaac Asimov, un escritor de reputada popularidad, y autor del libro, será el oyente de
las historias que George irá vomitando, así como el pobre desgraciado que recibirá
insultos cada 2*3 y el mismo que se verá obligado, por compromiso, a prestar unos cuantos
dólares al engreído de George.
Por último, las historias, lo que al fin y al cabo componen este libro de 250 páginas.
Lo que empezó por una simple historia para una revista de ciencia-ficción y fantasía,
acabó siendo una retahíla de historias con una misma estructura (siempre sigue la misma,
aunque en raras ocasiones dista un poco de la media), una misma base, un mismo significado
y una misma cantidad de ironía, sarcasmo y humor chungo donde los haya.
Y es que si algo tienen las historias, es todo lo que acabo de mencionar hace unas
palabras, una ironía que casi se cae del libro al abrirlo y un humor negro que nos da
mucho que pensar, sobre los deseos de las personas, las manías, la avaricia y tantas
otras cosas que hacen de nosotros, los humanos, una mísera reverberación de la mierda
más inútil, llevado con un gusto casi inusitado de manos del genio de origen ruso Asimov
(murió hace unos años, no?) que nos tenía acostumbrados a mundos futuristas llenos de
cosas impensables, de cálculos incalculables y de aparentemente pseudo-profecías con
mucho gancho para los que poseen un cerebro apto para lecturas difíciles (Ghorthor es uno
de ellos).
Así pues, y en definitiva, vale la pena leer Azazel por no ser un libro muy largo (si lo
fuera muy probablemente uno se cansaría de tanta historia) que aparenta menos de lo que
es, una clara reflexión sobre la mente humana, sobre el hecho de que una buena intención
puede acabar en una desastre altamente perjudicial (para todo).
(Sé que tenía que comentar algo en concreto pero no recuerdo qué era...mierda...)
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