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Por lo visto a Joe Dante, director Aullidos, la peli
que a continuación pasaré a comentar, le va esto de los animalitos de compañía algo
traviesos. No sólo ha hecho Aullidos, que a mi entender es una película ciertamente
interesante, sino que también es el creador de Pirañas, bien conocida por todos,
Gremlins, todavía más conocida que la anterior y, muy recientemente, la película de los
soldados de juguete que cobran vida y cuyo nombre no viene a mi memoria, película que
posiblemente también tendrá su papel en la historia del cine por el uso de la
infografía para poder dar vida a los putos muñecos de la peli. Pero ahora vamos con Aullidos. Como uno se puede imaginar, la película trata de lobos (por lo de que suelen ser los lobos los que aúllan y no los toros, por ejemplo), pero no de lobos normales y corrientes, como podrían ser los que salían en los documentales de Félix Rodríguez de la Fuente (-" el ave rapaz...") sino unos seres más bien monstruosos, mezcla de humanos mezcla de alimaña, de más de dos metros con un aspecto que invita al repudio y al buen arte de las carreras de 100, 200 o 1000 metros en el menor lapso de tiempo posible. La historia, ciertamente original, se abre con el acoso que recibe Karen (Dee Wallace Stone), una presentadora de televisión. Dicho acoso acaba con una cita entre acosada y el acosador en una cabina de un sex-shop, en la que un par de policías da fin a la vida del psicópata en una especie de tiroteo sin pies ni cabeza que podría haber acabado fácilmente con la vida de la presentadora (coño, es que tanto ella como él estaban en la misma cabina, les disparan desde fuera, sin ver nada, y, fíjate por dónde, sólo matan al malo...). Después de tal experiencia la presentadora tiene pesadillas y no puede presentar las noticias debido al estado de semi-shock en el que se encuentra. |
Así pues, un psicólogo llamado George Waggner, interpretado por la cara conocida de Patrick Macnee, les recomienda a ella y a su marido Bill (Christopher Stone) que se vayan a pasar unos días en una colonia que él lleva para poder recuperarse. Recuperarse no es exactamente lo que hacen, y con el tiempo y con la ayuda de dos compañeros de Karen, Terry (Belinda Balaski) y Christopher (Dennis Dugan) nos damos cuenta de que la colonia no es otra cosa que una especie de tapadera de lobos-humanos o de hombres lobos, según se mire, que se trata de una colonia donde todos sus componentes, y los que van llegando nuevos como la pareja, han pasado por la mordedura de uno de ellos para "unirse a la causa", lo mismo que pudiera suceder con los vampiros o con los zombies. Eso es lo que le pasará al marido, que se tirara a Marsha (Elisabeth Brooks), una zorrona, o mejor, una loba de pies a cabeza que, para redondear más la cosa, tiene cara de mala leche y se la puede considerar una ninfómana insaciable, que ya es decir... La mayoría de animalillos morirán consumidos por el fuego, un fuego realmente espectacular producido por los pocos que se salven de la carnicería loba al intentar acabar con los malvados monstruos dentro de una granja-santuario de la colonia. Terry morirá a manos de Eddie, que es el tipo que acosaba a Karen, que como buen licántropo, se esfumó supuestamente muerto de la morgue por que se aburría. El marido de Karen volverá sano y salvo (hecho que al final se deja un poco colgando) a la ciudad, convertido en hombre-lobo y Karen también habrá recibido una mordedura, gracias a lo cual disfrutaremos de un final tan noble como el que la película tiene. La estética de la película, por ser del año 80, no sólo no está mal sino que, los efectos de imagen que hay al inicio de la misma podrían ser comparados con los propios de Seven, a pesar de que ambas películas no tengan nada que ver. La trama de la película es interesante, no aburre para nada, quizás gracias a la investigación paralela que llevan a cabo los amigos de Karen y los diferentes sucesos que van aconteciendo en la colonia, una colonia con unos bosques de película, valga la consonancia, con árboles enormemente altos, Marsha y Billy harán el amor, un acto que en un principio parece "potito" y que luego, al ver los dos transformados en lobos, ya no sabes qué pensar... A algunos de los protagonistas, como el hermano de Marsha o el mismo Eddie, casi les sobraba el maquillaje del jovencísimo Rob Bottin (19 años) de lo feos que eran o, quizás más sostenible, de la cara de lobos o de animales poco agraciados que poseían en la película. Esto que acabo de decir es evidentemente coña, por que si algo espectacular tiene la película son los caretos de lobo que tiene la peña y, como no, insuperables las transformaciones, que no sé como diablos se lo han montado pero se ven paso a paso, sin perder un ápice de realismo, llegando en muchos puntos a oler la cosa a gore. Quizás la loba más pacífica o aparentemente más inofensiva sea la misma Karen, pero no os cuento nada más que no quiero desgraciar el final de tan interesante película. En la película serán tan importantes los momentos de oscuridad, de noche o de misterio como los de día, normales y corrientes, ya que Dante parece que no quiere limitar la acción de los lupus a la noche, aunque sí que mantiene la tradición con respecto a la manera de acabar con dichos monstruos, haciendo de las balas de plata la mejor defensa contra ellos. Como curiosidad, y esto es algo que clarísimamente he leído, decir que Roger Corman, el conocido director-productor de series B (o Z...) es el tipo que espera afuera de la cabina de teléfonos a que Karen salga, así como muchos más cameos en la película (el guionista de la película es el encargado de la morgue) que le añaden puntos positivos. Fueno gentes. A quien le mole el rollo de hombres lobos o simplemente que quiera pasar una hora y media de terror (no exagerado pero a veces sobrecogedor) que se pille la película y que le eche un vistazo. No me extrañaría nada que ya la hubieran hecho por la tele alguna vez a horas tardías. |
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