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Quién me iba a decir a mí que en 1981 un director de
terror tan conocido como George A. Romero habría dirigido una película tan curiosa y tan
diferente a sus típicos zombies como ésta? Pues bien... ha sido una suerte haber encontrado esta pequeña joya cutril, por que no deja de ser una cutrada de aquellas que uno ni olvida ni tiene ganas de olvidar, en la que se dan cita caras que más tarde o más temprano, y por un motivo o por otro, serían bien conocidas por una gran cantidad de gente. Y es que en Los Caballeros de las Motos, no sólo podremos ver a un Ed Harris con complejo de Rey Arturo, sino que podremos disfrutar de un papel para Tom Savini, el rey de los maquillajes de terror y ver, imagino que por primera vez, a un Stephen King que ya le empezaba a encontrar morbo a esto de salir durante unos segundos en alguna película haciendo de tipo analfabeto y anacleto donde los haya. Durante más de 2 horas, Romero nos mostrará a un enorme grupo de hippies que, para hacer pasar el rato, disfrutan disfrazando a sus motos de caballos y combatiéndose en torneos medio reales, medio espectáculos dondequiera que la policía les deje divertirse. Harris será Billy, el que en ese momento es el Rey, y Tom Savini, con esa napia tan buitraca que tiene, será el que pretende a la corona y que luchará hasta el final para hacerse con ella. El argumento se irá creciendo a medida que pase la película pero sin llegar a hacerse con una mínima importancia que lo haga destacar: el grupo se divide, unos siguiendo al rey y otros siguiendo al que quiere serlo, unos seguirán haciendo demostraciones en los pueblos mientras que los otros serán "comprados" por un chupóptero que lo único que quiere es sacarle el máximo jugo a estos luchadores de las motos. |
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Al final el grupo se volverá a unir pero habrá un final muy poético, por llamarlo de alguna manera, y se habrán acabado las peleas, las heridas, y las motos con un frontal a lo medieval. A parte de las caras que he mencionado, no hay, que yo sepa, ninguna que destacar. Lo que sí puedo decir es que la película, unida con el plan hippie que me llevan todos, tiene una estética que no parece del 80 sino de los 70 o 60; esas barbas, esos pelos rubios, esas ropas holgadas o muy apretadas y esas mozas "tipically" de los sixties del copón. La portada engaña mucho, ya que se nos quiere hacer creer quizás que se trata de una Mad Max pero con motos, pero la cosa dista mucho ya que no hay apenas muertes y ni siquiera sufre el mundo la enfermedad apocalíptica que tuviera en la genial trilogía protagonizada por el australiano Mel Gibson. De todos modos, el mero hecho de que sea una película de Romero, es más que suficiente para mencionarla aquí y es un must para los fanáticos del director americano o para los que quieran ver los otros dos caretos en acción. La música ha corrido a cargo de Donald Rubinstein y la producción Richard P. Rubinstein, y para finalizar hay que destacar el enorme parecido que tiene Merlin, el mago del grupo hippie, con Dhalsim del videojuego Streetfighter, el indio mago que levitaba y lanzaba bolas de fuego por la boca (debería haber salido en la película protagonizada por Van Damme, fijo). |
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Alguien se acuerda de la genial idea o argumento de la
primera y original parte de esta - ya - saga de Los Chicos del Maíz, basada en la
historia corta de Stephen "The King" King? Recordamos ese pueblo totalmente
dominado y controlado por los niños del mismo, que van matando al resto de seres andantes
hasta que dan con ellos una pareja (protagonista) que descubrirá y en principio dará al
traste con "el mal" que habita en el pueblo? Pues iros olvidando de la idea por que en esta tercera parte no sólo no nos encontramos en el maldito pueblo, sino que encima tenemos a un puto criallo con una cara más repelente que la del Edu "Feliz Navidaad!!!" de Airtel, que le irá comiendo el coco a to'kiski y ganando adeptos a medida que a película se vaya desarrollando. Además veremos un monstruo enorme, a cargo de Screaming Mad George, proveniente de lo más profundo de las mazorcas plantadas por el chiquillo cabrón de turno. Y poca coña con el chaval... que en muchos momentos de la película, cuando va vestido de negro con sombrero, parece el vivo retrato de la juventud del malo maloso de Poltergeist 2, el viejo ese con los dientes podridos (de tanto fumar porros) que da miedo solo de oírlo o de olerlo. A banda de esto, la historia nos cuenta como los dos hermanastros Ely y Joshua dejan Gatlin, supuestamente el pueblo donde empezó todo, para vivir con una familia que los adopta. |
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Ely (Daniel Cerny) es el pequeño pero el más matón, el que no se separa de sus creencias en una especie de biblia satánica que le da poderes extraños y que será el/la causante de todas las desgracias de la película. Joshua (Ron Melendez), por otra parte, acabará siendo uno más de la pandilla de sus nuevos compañeros y dejará un poco de banda a su hermano, sobretodo al ver que éste se cierra y mantiene ese hermetismo mental con respecto a los demás. Una vez en la ciudad, como he dicho, cada uno acabará siguiendo su camino hasta que, al final, un enfrentamiento entre hermanos hará correr ríos de sangre con un obligado final de "todavía no se ha acabado lo malo". La película no es ni mucho menos inolvidable, y a pesar de que jode ya de por sí que la gente siga haciendo más partes de una buena idea por que sí, hay que reconocer que el film tiene unos cuantos momentos estrella, sobretodo los que son en plan gore (joder.. hay algunas escenas geniales ostias... como el primer plano del cura echando las papas) y algunos de los juegos de cámara con los que parece regalarse el director James DR. Hickox. Como productor ejecutivo se encuentra Anthony Hickox, que a parte de que parece ser hermano del director, creo que es el mismo que dirigiera Eclipse Total, con Mario Van Peebles. La música, parece simplemente una mezcla entre un coro gregoriano y la apocalíptica O Fortuna de Carmina Burana, pero no acaba de conseguir ni la misticidad de uno, ni la grandeza de la última. |
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No tengo nada de ganas de explicar de qué va la
película ni lo que me ha parecido con los pros o los contras que pueda sacarle a la
misma, pero hay algo que sí quiero decir. La cosa es que me parece muy bien que sea Stallone, con muchos kilos de más encima y sin hacer flexiones o usar máquinas de gimnasio, el protagonista de una película con actores de la talla de De Niro, Liota o Keitel. Me ha recordado mucho al papel que hacía en los Rocky, sobretodo en la primera parte, interpretando a un tipo sencillo y un poco tonto, que es todo bondad y voluntad. El hecho de ponerle en este papel, olvidando ya los dos intentos de cambio de registro que realizó el de ascendencia italiana sin éxito alguno anteriormente, es todo un puntazo al que me apunto las veces que sea necesario, por mucho que digan que no interpreta un buen papel o lo que cojones sea. Un puntazo (=punto grande) por el director James Mangold y por su acertada decisión. |
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En 1535 un alquimista llamado Hiberto Fulcanelli
inventa una pequeña máquina para conseguir la vida eterna. Paradójicamente (no del todo) y a la vez sorprendentemente, se le encuentra muerto en 1936 bajo las ruinas de una casa en México. Ya en el presente, De la Guardia (Claudio Brook) busca ese preciado tesoro a través de su sobrino Ángel (Ron Perlman) y éste va a parar a la tienda de Jesús Gris (Federico Luppi), un anticuario que sin comerlo ni beberlo ha dado con la extraña maquinaria que ha de proporcionarle a su poseedor la vida eterna. Aquí empezarán los problemas. Y así más o menos empieza esta película de Guillermo del Toro (escrita y dirigida), el mismo director de Mimic. No sé seguro si Cronos fue su ópera prima, pero lo que sé seguro es que Del Toro tiene cierta fijación por las cucarachas: véase la forma del trasto infernal o los bichos que salen del arcángel en el cual se encuentra dicha máquina. La historia, que no es demasiado emocionante aunque llega a poner los pelos de punta, gana puntos por el terror implícito e inactivo que borda la película, los buenos (o bien escogidos) actores que interpretan y por el argumento, un argumento, el de la vida eterna, que aunque está más que desgastado, sigue atrayendo a fieles y herejes, como se ve claramente en la película. |
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Y es que a muchos les gustaría dar con aquella máquina que ha de conseguir que vivamos años y años, siglos y siglos, sin que el tiempo pase por nosotros, sólo que al igual que nosotros queremos dar con ella, otros con menos escrúpulos también quieren poseerla a cualquier precio. El acento de Federico Luppi ya me parece suficiente atractivo como para echarle un vistazo a la película (cuando conoceremos a una argentina en persona???) pero a éste le podéis añadir las palabras en español de Perlman, el ambiente a veces oscuro del film o los efectos de maquillaje, a cargo de Laurencio Cordero, que consigue de Luppi un zombie de la ostia. No puedo acabar esta cosa de aquí sin aclarar que quien crea que va a encontrar aquí una Mimic de bajo presupuesto, va muy desencaminado. Como me dijo Rolando cuando la vio, es diferente. |
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