El Declive de la Civilización Occidental.
Parte 2. Los Años del Metal

 

Interesante reportaje el que nos regalara hace ya bastantes años una tal Penelope Spheeris, no sabemos si por que es una adicta al puto Metal o si es que tenía que hacer el proyecto de fin de carrera de periodismo y le tocó dicho quehacer. Sea como sea, bien orgullosos que podemos estar por que, sobretodo visto ahora, es una buena muestra de lo que fue el metal de los 80 aunque, sobretodo, en los USA.

Si habéis visto los vídeos de Metallica, de sus giras y de cómo hicieron el álbum negro, los A Year and a Half In The Life Of Metallica, más o menos tendréis en mente una idea cercana a lo que es este reportaje de tan largo título.

Si profundizamos (y obviamos) algo más, llegaremos a la conclusión de que dicho reportaje nos muestra la mentalidad generalizada que tiene la gente del Metal, los que están dentro y los que lo viven desde fuera, aceptando todos ellos la máxima de Sexo, Drogas y Heavy Metal.

Vayamos por partes.

Gente conocida que es entrevistada por la reportera más dicharachera de su casa, y en esos tiempos: Ozzy Osbourne, Alice Cooper, Lemmy (Motorhead), Steve Tyler y Joe Perry de Aerosmith, Gene Simmons y Paul Stanley de Kiss, Poison, Chris Holmes de WASP, Mustain de Megadeth, Lizzy Bordem, London, Seduce, Faster Pussycat, Odin y más que no recuerdo.

Algunos de ellos no sólo hablan sino que nos "regalan" una de sus canciones. El mejor ejemplo, el que más mola, es evidentemente In My Darkest Hour de Megadeth, ya que el resto de las bandas que tocan, ni se conocen ni creo que fueran muy conocidas en su época, aunque tampoco puedo asegurarlo con total tranquilidad.

De los entrevistados no puedo por menos que decir que flipo. Sino, que me diga a mí alguien si esto es normal: Ozzy se pasa TODO EL SANTO RATO de la entrevista preparándose la comida, en la cocina, alternando comentarios y huevos fritos, risas y bebidas que no acaban de caer enteras en el baso, donde deberían; Chris Holmes sentado en un sillón flotador en la piscina, vestido, con su madre sentada en una silla al lado de la piscina mientras que él alterna también las respuestas a la entrevistadora con tragos de whisky o coñac o lo que sea, bebida que muchas veces cae más encima del cuerpo de Holmes que no dentro. Y la pobre madre mirando...; Lemmy de pie todo el rato, con una ciudad de fondo, haciendo de tipo tranquilo y asentado; Simmons en una tienda de lencería o ropa interior femenina, mientras que su compañero Stanley, más perro que nadie, en una cama, con un pijama que da pena, rodeado de 3 tías (repito, tres, una, dos y tres), todas ellas en bragas y sostenes... y bueno.. los de Aerosmith muy bien, en un bar o yoquesé, Alice Cooper con sus ojos pintados y una horca siempre al lado, y el resto de bandas en los mismos escenarios o tras éstos.

También son entrevistados muchos personajes anónimos, de la calle, teniendo todos ellos el Heavy Metal como común denominador, como modo de vida o como afición al 100%.

Todos ellos irán explicando cuales son sus pretensiones, si están en esto por el dinero, por el sexo o por la música, si han trabajado alguna vez, si como ven el futuro, si qué pasa con la gloria, la popularidad y las drogas, y un largo etcétera que nos irá desvelando cosas que no sabíamos (yo sí que las sabía, qué cojones!?!?) y otras que estaban más que cantadas.

A parte de lo curioso del tema en sí, y de la manera en que ciertos personajes exponen sus puntos de vista, hay que destacar la posibilidad de echarse unas risillas con los peinados y el pelo en general que llevaban hace unos años los heavies. Si bien puede parecer raro lo que digo, en esa época estaba de moda llevar la permanente y cosas por el estilo, nada de pelo bien liso y normal, sino el pelo bien arregladito y bien aparatoso, cosa que hace bastante gracia (no hay más que mirar a Ozzy o a algunos de los músicos que son entrevistados en la película-reportaje).

En resumidas cuentas, para todo aquél amante del Heavy, como el aquí presente, es obligado visionar la cinta, mientras que para los extraños, no es una obligación pero sí que puede servirles para ver cómo eran los heavies de hace años, algo diferentes de los de ahora. De hecho, si ahora se hiciera el mismo reportaje, con la inmensa cantidad de bandas que hay por todo lo largo y ancho del mundo, y tanta variedad como hay, la cosa estaría peliaguda por saber a quién entrevistar and so on.


Damien, 06/05/00

F.U.C.K.

Delicias Turcas

 

De nuevo con pequeñas joyas reveladoras.

Esta vez se trata de una película de hace muchos años que fue el paso previo para que el director de Robocop, Desafío Total o Instinto Básico, Paul Verhoeven, fuera conocido por el mundo entero, precisamente por estas películas, y para que el actor principal, Rutger Hauer (Blade Runner, Lady Halcón o Furia Ciega) hiciera lo propio con su carrera.

Incluso podríamos mencionar al director de fotografía, Jan de Bont, director, entre otras, de Speed.

La película, que es toda una paranoia algo enfermiza, nos muestra lo rara que puede ser la gente y, como siempre, lo difícil que es sobrevivir el amor. Lo curioso del tema, es que habiendo leído lo que acabo de decir, el primero que vea la cantidad de desnudos (el de Rutger incluido) que se pueden disfrutar en la película pensará que mis palabras son coña, pero es verdad, en el fondo, muy en el fondo, a pesar de que la cinta tenga cierta retirada al trash underground y al erotismo sucio, Delicias Turcas acaba mostrándosenos como una historia triste de amor en la que Olga y Eric se conocerán por casualidad, lo empezarán todo con un polvete en el coche y el siguiente paso será amarse mucho, casarse y luego... diox dirá.

A pesar de lo triste de la película, del final, más que nada, yo al menos tengo que reconocer que me he echado mis risotadas al ver ciertas escenas idas totalmente de la olla protagonizadas principalmente por el loco - y entonces - greñudo de Rutger Hauer (Eric).

La primera de ellas es una escena genialísima en la que, después de observar defraudado como su esposa se besa con un tipo desconocido, le echa las papas a la madre de ésta, a ésta y, posteriormente, ya en el lavabo, echa las papas contra el espejo, escenas harto chungas a la vez que divertidas que te cagas.

Luego tenemos los saltos y brincos que nos pega "míster rubiales", o la manera que tiene de dejar la bicicleta (recordemos que estamos en Holanda, país del que son tanto Hauer como Verhoeven) aparcada; ir veloz montado en ella y al llegar al sitio, saltar de la misma dejando que la bicicleta siga su curso hasta que algo o alguien la pare ;D.

A parte de esto, y a pesar de que la película tiene cierta textura fría y sucia, como he dicho antes (quizás debido a que Eric es un artista), creo que vale bastante la pena ver la película, si más no para comprender ciertas cosas que suceden en la vida a cada momento y para disfrutar de casi dos horas de chaladuras y descontrol mental y físico.

No sé si será importante, pero para acabar se puede decir que la película está sustentada en un guión de Gerard Soeteman basado en una novela de Jan Wolkers.


Damien, 12/05/00

F.U.C.K.

Delicias Holandesas

 

De nuevo una de las primeras películas del director holandés Paul Verhoeven, contando otra vez con Jan de Bont (Speed) tras la fotografía y viniéndonos con una historia delirante sobre y de prostitutas algo diferentes a como las imaginamos, unas prostitutas que no se dedican al típico mete y saca, sino que ofrecen servicios especiales, como si se tratara de un permanente carnaval.

Dos amigas de la profesión, Greta y Nelly, y sus correspondientes vidas, serán el primer plato de la película, que nos mostrará de manera exagerada, las preferencias, manías y fantasías de los curiosos clientes de las dos chicas, todas ellas bastante raras.

Ronny Bierman, Silvia de Leur y Eric Van Ingen son los protagonistas que nos harán pasar un rato bastante aburrido, ya que la película, al contrario que la otra kriticada, Delicias Turcas, no tiene una historia importante de fondo con la que estarse un par de días pensando en el tema después de la película.

Así que no os digo que la veáis por que la verdad no tiene mucho de interesante (aunque quizás yo no tenga mucho que ver o descubrir en la película).


Damien, 20/05/00

F.U.C.K.

Desbocado

 

El director de la insuperable El Exorcista, William Friedkin, nos llegó bastante después en este caso con una película que no ayuda mucho a pensar que se vaya a dedicar a rodar películas que versen sobre coches, por ejemplo, o que vayan dirigidas para los pequeños de la casa.

Desbocado (aka Rampage), es una película que si bien no llega a la altura de la mencionada antes, tiene un toque igualmente demoníaco y perverso que la puede hacer suficiente atractiva para los que fliparon con la niña poseída.

En este caso la historia comienza con dos brutales asesinatos a sangre fría, sin aparentes escrúpulos por parte del asesino, un tipo joven que también parece en cierto modo poseído por algún demonio, aunque en realidad no acabas sabiendo si el "malo" era malo de verdad, si estaba poseído, si estaba simplemente enfermo, o si era una especie de vampiro venido a la Tierra para alimentarse del primero que se encuentre en la vida.

Y es que Charles Edman Reece, el malo maloso, no mata a dos personas, sino que mata a dos familias, no contentándose con acabar con la vida de las que son sus víctimas, arrancándoles las tripas a casi todos ellos, y bebiéndose la sangre resultante de tal desgraciado y horripilante homicidio múltiple.

Detrás de él estará su madre, una mujer que tampoco funciona demasiado bien mentalmente y, tras sus pasos, nuestro semi-héroe, Albert Mars, el abogado que, visto lo sucedido, intentará por todos los medios conseguir que el veredicto contra Charles sea la pena de muerte, cosa de la cual se arrepentirá demasiado tarde.

Hay sangre en esta película? Sí, mucha, desde luego, pero que nadie se espere efectos tan acojonantes como los de El Exorcista, por que no los encontrará, ni de lejos. Hay alguna que otra escena algo movidita, pero poca cosa más.

Parece una película más bien psicológica, con algunos elementos visuales en forma de flash-backs y jugando siempre con la moral y la conciencia del hombre, que decide dejar libre a sus semejantes por el mero hecho de que éstos estén enfermos mentales, a pesar de los asesinatos que hayan cometido.

Así de raras somos las personas, y así de corrupta es la sociedad en la que vivimos, y así nos lo cuenta Friedkin, guionista a parte de estar detrás de las cámaras, con Ennio Morricone en la BSO, y basándose en una novela de William P. Wood.

Como anécdota final, alertaros de que hay un momento al principio de la película en el cual se les cuela el micrófono en una escena y se ve por la parte de arriba de la pantalla. Y no es bonito??


Damien, 07/06/00

F.U.C.K.

1