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Hackers es la versión juvenil, con efectos especiales
más logrados, de Los Fisgones (The Sniffers), que protagonizaran entre otros Sidney
Poitier, Robert Redford y River Phoenix hace ya un tiempo y que versaba también en el
mundo de los hackers y del "fisgoneo informático". Esta vez, y dirigidos por Iain Softly (ese apellido viene que ni pintado), que también se ha encargado de la producción ejecutiva, tenemos a una serie de jóvenes actores, algunos conocidos, otros no tanto, que hacen de freakies de los ordenadores y de los modems, puros hackers que se dedican a entrar en ordenadores importantes con la única finalidad de poder decir que han entrado en tal o cual sitio. Tenemos en un inicio a un joven de diez y escasos años llamado Dade Murphy que se convertirá, después de estarse hasta los 18 sin poder tocar un ordenador por haber colapsado 1507 ordenadores de todo EEUU, en nuestro protagonista, un prodigio de la informática y del mundo de las telecomunicaciones que una vez llegue a la universidad hará unos amigos especiales, casi tanto como él, entre los que se encontrarán la guapísima y lasciva Acid Burn, el chalado Emmanuelle Goldstein o Cereal Killer, el fumador Jowy o Prief El Fantasma. Entre todos irán aprendiendo nuevas cosas y disfrutando del mundo de las conexiones ilegales a ordenadores hasta el día que Jowy se meta en la supercomputadora Gibson de la empresa donde trabaja La Plaga, el responsable de la seguridad informática de la empresa, un tipo sin escrúpulos que junto con una jefa de la empresa intentan hacer chantaje a los directivos de la misma, bajo la apariencia de un virus informático del que Jowy extraerá información, lo cual originará un torbellino de malos rollos y detenciones que acabarán con Jowy en la cárcel o castigado y con sus amigos, el grupo de hackers donde se encuentran los protagonistas, intentando que la verdad salga a la luz con tal de liberar a su amigo y meter a La Plaga entre rejas. |
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La historia del chaval que a temprana edad colapsa tantos ordenadores inevitablemente recuerda a la historia real de Kevin Mitnick, el joven americano que gracias a un bug que él mismo programó, llegó a dejar colgados tantos ordenadores que fue encarcelado durante muchos años y del que se espera aún hoy en día su libertad. A parte de eso tenemos en el papel de Dade a Johnny Lee Millers, el Sick Boy de Trainspotting, y a Angeline Jolier como sugerente Kate Libby alias Acid Burn, una mujer de infarto con unos labios hiper explosivos que durante el 99% de la película será la protagonista de los sueños húmedos del hacker central de la historia (el 1% restante, como veremos, será algo más que puro deseo...). También encontramos más caras conocidas, como la del chalado Goldstein, cuyo nombre verdadero es Matthew Lillard, pero para que sepáis de quien hablo, es uno de los dos malos de Scream, más concretamente el más alto y con cara de atontado infantiloide, que aquí se ha atrevido a llevar unas coletas en plan Pipi Calzaslargas que le dan un toque o bien de amariconado o bien de puro chalado de remate. Lorraine Bracco también sale, pero mirad si estoy perdido y desencaminado, que imaginaba que era la chica protagonista y resulta que interpreta a la madre de Dade... Tras los FX, que junto con algunos efectos de cámara hacen de la película algo muy video-clipero, se encuentra como supervisor Peter Chiang, que a pesar de que ha hecho un trabajo bastante bueno, no nos ha dejado demasiado flipados. De hecho hay algo que a mí personalmente no me gusta nada y es una cosa que se repite hasta la saciedad en CADA PELÍCULA DONDE HAY ORDENADORES DE PORMEDIO, donde el encargado de los FX o de los efectos generados por ordenador, realiza un programa especial, haciendo que la gente que no tiene ni rota de informática se crea que realmente las cosas son así. Ya sé que le da a la película un toque mucho más atractivo, pero coño... todos sabemos que entrar al en un ordenador remoto no te sale la cara de un pabo generado por ordenador que te saluda inteligentemente, ni que cuando "navegas" por el disco duro del mismo ordenador, no lo ves todo en 3D como si estuvieras yendo por entre los edificios de una ciudad como New York ni nada por el estilo. Es que llega a parecerse más al Cortador de Césped que no a una película de hackers... En la realidad todo es mucho más soso que esto (a la vez que emocionante), pero bueno... quizás algún día llegaremos a estas cosas. La historia de la película no es demasiado original y la historia a veces parece como si se parara, como si se detuviera el tiempo en cosas de poca importancia. No es justo hasta el final, por ejemplo, que Dade se gana a la chica de la película (a ella, a sus labios, a ... toda ella), y nos tiene durante toda la hora y media de duración de la misma pensando: - venga chaval, ataca ya de una vez, joder!! Que la tienes el bote!! El mundo que se nos describe en la película está también bastante visto y de nuevo se nos sugiere la idea de que realmente todos los hackers son fanáticos de los monopatines o que frecuentan locales donde las pastillas, el sexo en directo o las luces psicotrópicas (??) son el pan de cada día, cuando no tiene porqué ser así, ni mucho menos. De todos modos se pasa un buen rato viéndola y al fin y al cabo eso es lo que importa, pero tampoco esperéis aprender nuevas técnicas para poder llamar desde cabinas sin soltar ni un duro ni como conseguir entrar en el HAL de 2001. |
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Otra película muy por debajo de lo mediocre que
intenta dar miedo abusando ya de los pobres vampiros de Transilvania y de la cara de
Anthony Perkins, un tipo que nunca me ha gustado, dando como resultado una especie de
pastiche aburrido con alguna variación interesante que cae en el olvido después de un
tiempo tan breve como la duración de la película. Una chica llamada Cathy, interpretada por una Mia Sara a la que escogieron principalmente por la de horrendos berridos que llega a emitir, la muy suya, tiene sueños extraños en los que persigue a un misterioso personaje disfrazado con unos hábitos típicos de monje de El Nombre de la Rosa, entre otras cosas. Según ella cree, estos sueños tienen que ver con su padre, supuestamente atropellado por un coche en Bucarest, así que lo mejor y más lógico es coger el avión y bajar en a mencionada ciudad e investigar qué pasó con su padre. Entre los nuevos amigos que hará, se encontrarán un taxista con una napia monumental llamado Max, el cual la ayudará en su ardua tarea; un diplomático de nombre Devlin (Jack Coleman), que también intentará ayudarla con algunos de los problemas con los que se encontrará; Gregor, un seductor que no es tan bueno como parece, y, sobretodo, al careto pervertido de Anthony Perkins, haciendo el insípido papel de Anton Cray o, de paso, el príncipe rumano Constantino Cipriano, padre no-muerto de Cathy. |
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La particularidad de los vampiros que salen en la película es, a parte de que no dan nada de miedo, que no son ni condes ni cultos y que no son nada eróticos (lo cual no es obligatorio pero siempre queda de muerte), que no usan los colmillos para llegar a la sangre de sus víctimas sino una lengua muy especial que se abre por la punta y, como si se tratara de la boca de Alien, posee una especie de boquita hambrienta que hace las veces de colmillos afilados. Por lo demás, no hay nada que destacar. El director de la película, con música de Colin Towns, que en algunos momentos está bastante acertado, es Stuart Gordon y la historia fue escrita por Andrew Leskos. Olvidable. |
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El Hombre de la Máscara de Hierro
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Randall Wallace, director, quiere hacer una película
con John Malkovich. John Malkovich, quiere trabajar con Gerard Depardieu y Leonardo
"Capriati" DiCaprio tiene ganas de hacer una película con John Malkovich. Si a
esto le añadimos un poco de Jeremy Irons, un poco de Gabriel Byrne, algo de Anne
Parillaud y lo mezclamos con espadas, sombreros y nombres como D'Artagnan, Porthos, Athos
o Aramis, que tenemos como resultado? Pues esta película, una pequeña variación de la
conocidísima novela de Alejandro Dumas que, para bien o para mal (yo creo que para mal)
ha pasado más que desapercibida para el gran público, que parece estar más interesado
de bichos cibernéticos como los de Starship Troopers o de amigos que se van a jugar a
"matemos a Heidi" en plan terror al bosque de una bruja cuyo nombre no recuerdo. Bueno. Pues que les den a los que pasen de esta película por que a mí me ha gustado, aunque no es tampoco ninguna obra maestra sobre los 3 mosqueteros, ya que, para mi gusto, le faltan más escenas de lucha espadachina, que siempre gustan tanto de ver y que siempre maravillan tanto. Aquí Capriati hará doblete, pudiéndose lucir con los dos papeles que interpreta, el del rey Luis, perverso, follador como pocos y frío, y su gemelo Philippe, todo lo contrario que el aristócrata, un chico que se ha pasado encerrado, con una máscara en la cara, en La Bastilla durante toda su vida y que ahora es rescatado por los 3 mosqueteros, que ya chochean, y que no sólo tendrán que vérselas con sus enemigos lacayos del rey, sino que también se tendrán que enfrontar con su hasta ahora fiel amigo, D'Artagnan. Gerard Depardieu, como es de imaginar, ha hecho el papel de Porthos, el más gordo, comilón y amigo de las mujeres fáciles de los tres ex-espadachines del rey. En el papel de Christine, la prometida del hijo de Athos, se encuentra Judith Godeche y... por qué la menciono si no es de las protagonistas principales? Pues por que la moza es tan guapa que se merece la mención. |
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La música ha corrido a cargo de Nick Glennie-Smith pero, como que hace ya más de dos semanas que vi la película, no recuerdo casi nada de la misma, así que no sirve de mucho la línea que acabo con este (punto). Lo que sí que recuerdo es que la película está cargada de humor, alguno soportable y otro no, y que, si no fuera por que los protagonistas y las situaciones se hallan en Francia, sólo faltaría que los 3 mosqueteros y D'Artagnan fueran americanos para que la película fuera una Independence Day más del siglo en el que vivieran en la imaginación de Dumas los espadachines, una película de carácter "nacional - vivan los americanos, que somos los mejores!!". Tanto buen actor junto y encima me los ponen medio disfrazados... |
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Las películas de, o directamente el John Waters del
principio, podría encajar de manera perfecta en la Troma. Quizás Divine es demasiado
guarra y sucia como para pertenecer a tan famosa productora, pero sobretodo esta
Hairspray, una película casposa como nunca e ida total de olla que nos muestra que hay
gente más loca que nosotros sin dudarlo ni tan siquiera. (los nombres de los personajes los tengo descontrolados, así que no hagáis mucho caso) La historia de Haispray es de lo más delirante y enfermiza: un par de amigas, Peny y Amber, siguen con emoción y atención el concurso televisivo de Corny Collins, un concurso de baile en el que jóvenes parejas demuestran lo que es bailar al resto del mundo (o de la ciudad). Ellas también quieren ser tan guapas como las que salen en el programa, y de paso salir en éste, así que un día se arreglan, se ponen bien guapas (... si es que eso es posible) y se dirigen al programa para ser espectadoras de tan divertida fiesta. Una vez allí una de ellas, creo que Amber, se mete en medio del baile y lo hace tan roñosamente bien que el director del programa decide cogerla y hacerla la nueva estrella, poniéndole como pareja el chico que le gustaba y dejando fuera a la que hasta ahora era la más guapa, una pijilla de cuidado que te cagas. |
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A partir de este momento la vida de nuestra protagonista cambiará, se hará famosilla, dentro de lo que cabe, saldrá por la televisión bailando y mostrando su bonito y exagerado peinado y se ganará, asimismo, las enemistades de la pandilla de la destronada. Y la cosa rondará por estos lares todo el rato. Habrán disputas de peinados, peinados de aquellos de hace tanto tiempo que son tan chungos, se harán nuevas parejas, la amiga de la protagonista también entrará a formar parte del grupo de baile y los padres de la heroína estarán bien orgullosos de su hija. Al final, sorpresa sorprendente y chalada. Qué tiene la película de casposa y de chunga? Pues no hay más que verla para poder afirmar que es cutre. Todo en ella lo es. Los protagonistas lo son, encabezados por Divine, al/a que ya tenéis que conocer de Pink Flamingos, que no se contenta de hacer el papel de Divine sino que interpreta otro papel, esta vez del otro lado, o sea, de tipo, haciendo a ratos de Edna, la madre de la bailarina gruesa y a ratos del alcalde de la ciudad, ocasión para ver cómo es realmente la persona que se esconde tras las pinturas blancas y los pechos falsos del ser que ninguna madre querría como novia de su hijo (ni ningún hijo querría como novia). Fijo. El resto de los personajes de la película son igual de casposos, ya sea por el peinado horroroso que llevan (a posta), por las ropas sesenteras cutres, por la idea de la película y por la paranoia general que domina a todo el mundo por querer bailar y salir en la tele mostrando o luciendo lo que se pueda. El propio John Waters, aunque no se indica en los créditos, se otorga un pequeño papel, haciendo de psicólogo-psicópata con uno de aquellos trastos para hipnotizar en la mano, hacia el final de la película. Las canciones que suenan en la película, que no son pocas, también destacan por sus nombres: Limbo Rock, El Piojo, La Cucaracha y algunas más. Os acordáis que os he dicho que por méritos propios la película debería entrar en el círculo magistralmente chiflado de la Troma? Pues bien, ya se me olvidaba un dato más que tiene bastante importancia. Si habéis visto algunas de las películas de la Troma, os daréis cuenta que muchas de ellas tienen cierto toque anti-racial, por no decir que algunas de ellas son plenamente debotas a tal sana mentalidad (Los Surfistas Nazis Deben Morir, por ejemplo...). Pues bien, en la película una de las cosas que toman mucha importancia a la hora de entrar en las salas es el racismo, lo que allí llaman "segregación" o, lo contrario, "integración", opción esta última por la que votan los protagonistas buenos de la historia. Así que, como veis, también aquí hay una pequeña o gran, según se mire, muestra de bondad con respecto a los otros colores de piel. |
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