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Seamos breves. La película, dirigida por Jean-Paul Ouellette, que a la vez ha sido el guionista y productor, se basa en una historia corta del diox Lovecraft, The Unnamable, en la que una dama del siglo XIX da a luz a Elyda Winthrop, "una" monstruo tan horriblemente fea que no se le da nombre, con lo cual adquiere el de Innombrable. Dicho monstruo, a lo largo de los años, va matando a su familia hasta llegar al presente, en el que un grupo de jóvenes estudiantes, dos chicos y dos chicas, pasan la noche en la casa donde "reside" el bichito feo. El resto, si os digo que tenemos a dos protagonistas más, uno de ellos conocedor del Necronomicón y tal, ya os lo imagináis de sobras. Los protagonistas de la película han sido Charles King, Mark Kinsey. |
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Stephenson y Alexandra Durrell, mientras que la música ha corrido a cargo de David Bergeaud y los fx, de R. Christopher Biggs. Valoración de la película: la película, como es de esperar, no vale mucho la pena, ya que es más de lo que tantas veces hemos visto. Además sabemos exactamente qué es lo que va a suceder, quien se va a salvar y quien no, qué pasará al final y por qué. De todos modos, el mero hecho de que sea una adaptación de una novela del de Providence, ya está bastante bien como para al menos echarle un vistazo. Lo positivo: claramente son dos cosas. La primera son las tetas bien formadas de una de las dos chicas, y, como segunda cosa buena y aún mejor, el monstruo del final, un monstruo comparable al de Drácula de Coppola (el que sale de la oscuridad y se transforma en decenas de ratas), pero encima con cuerpos, dando más miedo y con una par de pechos que denotan que el monstruo es o fue algún día una hembra. Teniendo esto en cuenta, uno se pregunta por qué tenemos que esperarnos al final para poder ver en su máxima plenitud al monstruo, al verdadero protagonista de la película, y nos tenemos que conformar con ver cada cierto rato sus patas, alguna de sus manos-zarpas o escuchar sus horribles y tremendos gritos de la ostia, unos gritos que son sólo comparables con las escenas sangrientas de la película, ni muchas ni pocas pero con abundante cantidad de mala leche. |
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