Juan Salvador Gaviota -- Richard Bach
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A parte de decir de este curioso libro, de nombre
también curioso, que se puede leer tranquilamente en 1 o 2 horas, yo básicamente
empezaría aclarando algo obvio, que el libro trata en principio de una gaviota, cuyo
nombre es el título del libro. Una vez dicho esto, quedaría decir, en cuanto al
contenido unido a la estética del libro, que entre letras gruesas encontramos un buen
montón de fotografías de gaviotas al vuelo, realizadas por Russell Munson, fotografías
en blanco y negro, lo cual les hace perder casi todo el valor atractivo que pudieran tener
para el lector. Dato curioso es el hecho de que el autor (supongo yo que en realidad el traductor), mientras que utiliza nombres españoles para algunas gaviotas (el mismo Juan Salvador, Rafael, Antonio...), prefiere emplear nombres extranjeros para otros, como Chiang, una de las gaviotas más viejas, o Terrence Lowell Gaviota, un hecho que desconcierta un poco y, desde luego, no acaba de quedar muy bien. Pero lo más importante, y lo que hace que quizás yo algún día recomiende este libro o se lo comente a alguien, es el mensaje que nos quiere dar Bach, el mensaje que reducido a pocas palabras por él mismo, sería algo así como "la gaviota que llevamos todos dentro". |
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Algo parecido con El Principito, ya que aquí el autor deja claro que sueña con volar, o que sabe que muchos sueñan con ello día y noche. Yo soy uno de ellos, así que, desde luego, me ha resultado bastante agradable la lectura del libro debido a lo "representado" que me he sentido al comprobar las ganas que tenía de libertad y de volar, que viene a ser lo mismo, el/la protagonista del libro, la gaviota Juan Salvador Gaviota. Eso mismo. Un libro de sueños y realidades. |
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El Juego de Gerald -- Stephen King
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Todo empieza con un inofensivo juego de cama - sexual
-, por así llamarlo, en una casa al lado de un lago en ninguna parte, protagonizado por
la familia Burlingame en el que Jesse, la mujer, es esposada por su marido Gerald a las
columnas de la cama. Seguro que os suena a todos de haberlo visto en alguna película, no?
Vale. Pero seguro que lo que no habéis visto en esa película y sí podéis encontrar
aquí es a una mujer harta de tanto juego, pidiendo, qué pidiendo, rogando a su marido
que la suelte y, al final, al ver que éste hace oídos sordos, propina una y dos patadas
en la erecta entrepierna del abogado caliente. Qué pasa entonces? Pues nada tan simple y sencillo como que Gerald, el artífice o culpable del libro, la palma, muere, cayendo al suelo estrepitosamente y dejando a una mujer en bragas atada a la cama sin apenas poder moverse. Podéis imaginaros el resto... o quizás no. Mejor leerlo, no? De todos modos comentaré algo del libro, que para eso me lo he leído y para eso mantengo de rodillas aún esta sección de El Desguace. |
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A la imaginable claustrofobia inherente en la historia, la desesperación de la mujer al ver que se acaba de cargar a su marido y que no puede salir de la cama, hay que añadirle algunas moscas tocacojones introducidas por King como pueden ser las diversas "personalidades" de Jesse, que le recuerdan a cada instante los momentos más importantes - los peores - de su vida, un perro muerto de hambre y un juego de sombras con forma de personaje con más que malas intenciones en la misma habitación donde se encuentra atrapada Jesse, nuestra heroína en El Juego de Gerald. De todas estas moscas, sólo me atrevería a comentar algo de la última, un ser de verdad (y no sombras como a veces creía Jesse), más alargado de lo normal y más tarado que ningún otro que, una vez enterado de su extenso y curioso historial criminal, me ha recordado muy mucho a otros malos malosos del mismo autor como pueden ser el vampiro jefe en Salem's Lot o el dueño de la tienda en La Tienda (valga la...). Pero si me ha recordado a alguien especialmente ha sido a Ed Gein, el psicópata real, de la vida que todos vivimos o soportamos, aquél que coleccionaba partes del cuerpo de los muertos para hacerse vestidos con ellas y que sirvió como inspiración para la genial y terrorífica La Matanza de Texas del crack Tobe "Woper" Hooper. Y lo de mi palabra "recordar" es un decir; de hecho parece que King se inspirara en Ed Gein para crear y desarrollar el personaje perverso a la vez que curioso de Raymond Andrew Joubert, que será una de las peores pesadillas de Jesse. En definitiva, niños míos, lo de siempre, que hay que leer este libro. De hecho, el día que lea un libro no recomendable, sonarán campanas... |
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