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Sabéis lo que es un "must"? Taxi Driver es
un must. Taxi Driver es una película que hay que ver, que se tiene que ver. Es una de
esas películas que uno no puede morir sin haberla visto. Así veo yo a Taxi Driver. La película, dirigida por Martin Scorsese, cuenta con una colección de actores (y actrices) que tarde o temprano se convertirían, en muchos casos, en actores de culto o que serían considerados como actores importantes, como buenos actores. Empezando por el protagonista absoluto, un Robert DeNiro muy joven, muy delgado, Cybill Shepherd que también está muy joven, Harvey Keitel con greñas y pinta chulo-amariconao que no se aguanta los pedos o Jodie Foster con sólo 17 años, interpretando a una prostituta de 12 son los ejemplos más significativos e importantes de a película en cuanto intérpretes se refiere. Mezclados todos ellos con el argumento, puesto de manifiesto claramente y ensalzado por la pareja guionista (Paul Schrader) - director, que consiguen una especie de caricatura americana en plan oscuro, hermético y sucio, una obra maestra que nos enseña la cara oculta del ser humano y de la condición de vivir, en este caso sólo. De la soledad, del racismo, la mierda que puebla las calles y la batalla entre el bien y el mal. Y sino que se lo pregunten a Scott Travis, ex-marine que busca trabajo y lo encuentra de taxista en la gran ciudad, trabajando por la noche, sin miedo a pasar por determinadas calles y recogiendo a todo tipo de fauna cosmopolita en su taxi. |
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Travis está sólo en la ciudad. Un día ve en Betsy (Shepherd) el ángel venido del cielo que lo salvará y le ayudará a respirar ese aire impuro que empieza a atragantarle y a complicarle el día a día, pero anda un poco equivocado. Se da cuenta que la soledad es su mejor compañera y que tiene que olvidarse de todo lo demás. Entre esto y lo que ve por la noche, decide convertirse en un Rambo urbano, fortalecer su cuerpo realizando duros ejercicios físicos cada día, comprar armas - y saber usarlas - e ir bien preparado para lo que pueda pasar. Y una cosa lleva a otra. A media película conoce a Iris (Foster), una prostituta jovencísima que intenta escapar del infierno de porquería en el que está metida gracias a Mathew (Keitel). Travis de momento no puede hacer nada, a pesar de que intenta convencer a la chica de escaparse con él. La mente de Travis empieza a sufrir cierto tipo de paranoia y cree que lo mejor que puede hacer es matar al candidato a presidente de su país con la cabeza rapada al más puro estilo mohicano (no el candidato a la presidencia sino él mismo). El intento frustrado es lo que le impulsa a ir a rescatar a su nueva amiga Iris, a la que salva en medio de un baile de disparos, una orgía de sangre y un infierno de muerte. Herido, con varios muertos por los suelos y la pobre Iris llorando, Travis se ha convertido en un héroe. Así pues como vemos la película da muchos giros dentro de un mismo círculo vicioso. Si bien parece que el personaje comienza a encaminarse por el mal sendero, que va a convertirse en un asesino, al final vemos como es recompensado por matar, por cargarse al chulo de la joven prostituta y a los demás compinches de éste. Travis se siente solo en la ciudad. Trabajar de noche es duro y más si nadie te espera en casa con los brazos abiertos así que se va formando en la mente del taxista un odio obsesivo, una mentalidad de acero que hará que se acerque mucho a lo que podríamos conocer como una máquina de matar, una máquina creada por la sociedad. El rechazo de la mujer deseada, a la que tiene por los cielos (sólo hay que oír lo que piensa al verla por primera vez), y la monotonía de un trabajo aburrido a la vez que insólito en algunos momentos, hacen que Travis pete, que salga lo que lleva dentro y asesine con tal de salvar a otra chica a la que ya empieza a tener por semi-diosa (el estar solo así hace pensar). La soledad, así pues, es un componente muy importante en la película, la soledad que lleva a acciones desesperadas, a movimientos difíciles de imaginar... se podría decir aquí que la soledad engendra violencia? Quizás sí. Martin Scorsese se luce con la película. Nos muestra una ciudad bastante desagradable, casi siempre nos encontramos o en el taxi del protagonista o bien en su piso. El ambiente malsano se nos muestra con bastante claridad, así como la sangre y los actos violentos que se suceden en una película que tiene la violenta hasta entre las uñas. Incluso podemos disfrutar de la pequeña interpretación que realiza el director, haciéndose pasar por un marido, con más cuernos que un toro, decidido a matar a su mujer. Luego el guionista, que resplandece también con unos pensamientos bastante duros y unos diálogos (o en algunos casos la ausencia de ellos, momentos bastante cargados a pesar de silenciosos) de los que se podría hacer un muy bien uso como frases o pensamientos que pasarían a la historia. Y por último la música de Bernard Herrmann, la última banda sonora que compuso antes de palmarla, una especie de guapa y dulce amiga que nos acompaña durante toda la película y que nos hace las cosas un poco más fáciles de tragar. Taxi Driver: el héore solitario o un antihéroe en un infierno de soledad. Visionado obligatorio. |
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Bueno, bueno, bueno. Primero de todo la película ha sido dirigida por David Fincher, el mismo que parió la genial Seven, por lo que cual ya podemos esperar algo bueno, como mínimo. De hecho, si el director hace todas sus películas tan buenas como las dos conocidas, podemos augurar un gran futuro para él y para nosotros. Los actores que intervienen en ella son bastantes, pero destacan en popularidad y en importancia en la película Michael Douglas interpretando a Nicholas Van Orton, Sean Penn como su hermano Conrad (papel que en un principio era para Jodie Foster pero que, sin saber por que, rechazó), Deborah Kara Unger, la rubia canadiense (buenísima) de cara misteriosa y orientalizada que enseñara sus pelitos más íntimos en Crash, haciendo de Christine y, por decir una más, Carroll Baker (que según se indica en la caja de la película fuera una especie de mito sexual en los 80 (?)) haciendo de Lisa, secretaria de Nicholas. La historia: Nicholas trabaja con mucho dinero, moviéndolo de un sitio para otro, de un bando a otro, lo cual ha hecho que él mismo tenga mucho, con lo cual ha podido comprarse cosas como un pedazo de BMW, una casota enorme, etc, etc. Su hermano Conrad, aparentemente no tan serio como él, decide regalarle para su cumpleaños una tarjeta, la tarjeta de una empresa llamada CSR (creo recordar) que se dedica a "crear juegos" para sus clientes. |
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No muy decidido al final Nicholas se deja caer por una sucursal de dicha empresa, en la cual se hacen pasar tests de todo tipo, físicos y mentales, tras lo cual le hacen firmar un papel donde queda claro que él está de acuerdo en que quiere probar el juego, que quiere jugar y que acepta las condiciones que este comporte. Una noche que Nicholas llega a casa se encuentra un muñeco, un payaso, en el porche de su casa. Lo entra en su casa y descubre en su boca, en la del muñeco, una misteriosa llave, así como que el aburrido presentador de las noticias de la noche se comunica con él: aquí empieza el juego, un juego INCREIBLE que sorprenderá al propio espectador por lo currado del tema, por la cantidad de gente involucrada y por el alto nivel de veracidad que todas y cada una de las cosas que le sucederán al protagonista, que a punto estará de volverse más loco que una regadera, cosas sólo dignas de pertenecer a una película y en ningún caso al mundo real. Y es que la cosa tiene una tela que te cagas. Si realmente existiera una empresa dedicada a realizar estos tipos de juegos, os aseguro yo que hasta Satanás sería capaz de repartir limosna por las calles de cualquier ciudad tercermundista o de bailar una jota en la plaza del pueblo para celebrar que el puto juego se ha acabado y que todo ha sido una púa del copón, una broma elefantina y apta sólo para gente con un corazón resistente. El guión ha sido realizado por John Brancato y Michael Farris y la verdad es que se han lucido y mucho. La historia no tiene pérdida alguna. La base, un simple y puto regalo de cumpleaños, se expande de tal manera que nos encontramos con un triller repleto de acción y hasta diría yo que de terror psicótico que podría volver loco a cualquiera. Sean Penn, en contra de lo que uno pueda esperar por todo lo que ha leído y visto del actor, no se pega un papelazo de los suyos en The Game. Más bien se dedica a ocupar los pocos minutos que sale en la película, ya que la mayoría del tiempo tenemos el careto del Douglas enfrente de nosotros, cosa que ni nos agrada ni nos desagrada, estando en segundo lugar el de la actriz Kara Unger, cuya cara sí que nos agrada, así como el resto de su cuerpo. Si alguien está imaginándose que la película contiene mucho peso visual, le puedo decir que a mi entender no hay demasiado pero que sí que tiene bastante importancia a pesar de lo "poco" que hay y que es la firma identificativa del director, como es de suponer y como ya vimos en Seven. Lo visual en The Game sería más que nada, lo que Nicholas llega a ver (y vivir), cosas que no olvidará ni en 100 vidas. Debo decir que si os gustó Seven tenéis que ver The Game? No exactamente pero... si no os gustó Seven os digo tontos, y tanto si os gustó como sino, mirad The Game y preguntaros al final: pero esto es verdad o es mentira?, dándoos la impresión de que la película juega con vuestra mente más que jugar con la del Douglas. Y ... a jugaaaaaaar!! |
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Aproximadamente dos horas dura esta interesante y
entretenida película del director de los Terminator y del barco cuyo profundo destino
todos sabían, llamado Titanio o algo así... La película, que puede parecer quizás excesivamente larga, es en cierta medida así por que no podía ser de otra manera. Cuando la estás viendo no te das cuenta que dure tanto, las dos horas pasan con facilidad y cierta rapidez mientras asistimos a un espectáculo visual, lleno de efectos sorprendentes, de manos de ILM (John Buro como supervisor y Laura Buff como productora de FX, que me pregunto en qué se basará su tarea), como siempre, y de las actuaciones de los actores juntados aquí, unos papeles que si bien en ciertos momentos no pasan de lo normal, de lo típico, a veces, como puede ser el caso de Ed Harris, llega a cotas más altas y le da un verismo y una realidad bien dignas de mención. El ejemplo que me viene ahora mismo a la mente es la escena, cercana al final, cuando Matt, el personaje que interpreta Ed, llega a conocer a los nuevos amiguitos venidos del más allá, cuando está a punto de perder la vida por falta de aire y frío y por fin puede sacarse el aparatoso traje de buzo y respirar el aire que tanto ansiaba. En fin.. a mí me parece una escena muy conseguida, pero hay más que ahora mismo quizás no recuerde. A parte de Matt, que es el jefe de un equipo de perforación petrolífera, si es que no acabo de decir una chorrada, están en la misma "nave subacuática" Lindsey (Mary Elisabeth Mastrantonio), su ex-mujer, una mujer de armas tomar que demostrará cuanto valor tiene hasta el punto de extenuación. Es evidente - está más que cantado - que la antes pareja volverá a encontrarse, por así decirlo, ya que sino la película no contaría con lo que suele ser la base en muchas películas, una pareja que se quiere y que, muchas veces, gracias a su amor salvan el pellejo (aunque yo diría que lo salvan gracias al guión, realizado por gente que no quiere un triste final). Hay más actores en la película, como es normal, pero como yo soy un capullo integral, he pasado de buscar los nombres de los más importantes, quedándome bien ancho con la simple mención de los dos principales. |
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Casi me olvido del argumento de la película. Un submarino americano tiene un encuentro inesperado bajo el mar y se va al garete, muriendo toda la tripulación del mismo y alertando al poder militar de su país. El gobierno, o quien se encarga del tema, pide la ayuda del equipo de Matt, que está acostumbrado a pasar "largos ratos" bajo el agua, a muy altas profundidades para que averigüen qué pasó en o con el submarino. Para esta misión de tamaña envergadura, serán ayudados por Lindsey, que creó la nave con la que descenderán, provista de los más modernos aparejos para la exploración submarina y un equipo formado por una media docena de marines o de soldados que parecen no sólo saber algo más que no quieren soltar sino llevar a un jefe muy mandón y de tan mala baba que casi hará que la película tenga un final desastroso. La música ha sido compuesta por Alan Silvestri, que sino me equivoco no tiene nada que ver ni con el lindo gatito ni con su amarillo, que no asiático, pequeño compañero. Por otra parte, James Cameron, el padre de The Abyss, como escritor y director, parece demostrarnos o hacernos pensar que el tema del mar o de las profundidades le gusta o se le da bastante bien, ya que no teniendo suficiente con esta película que se pasa el 90% bajo el mar a kilómetros de profundidad, después nos vino con la roña que "todo el mundo" ha visto, la que ya sabéis y que no pienso mencionar aquí. De todos modos, le puede gustar rodar lo que sea por que The Abyss es una buena película, que nos recuerda un poco el ambiente claustrofóbico de los Alien y que tiene mucho de parecido con Leviathan (o a la inversa). Además, y esto quizás no sea así pero es lo que a mi modo de ver nos da a entender, James Cameron parece haber hecho la película por una parte para satisfacer su posiblemente hobby más importante (y su bolsillo) y para mandarnos a todos un mensaje de paz y amor, para echarnos a la cara hasta donde están llegando las cosas, como se está poniendo de mal la vida en ciertos países, la muerte que puebla el mundo y el hambre que pasan millones y millones de inocentes personas... Esto lo comprobaréis todo cuando vuestros ojos choquen con únicas imágenes no creadas para la película, la que los ETs le hacen visionar al pobre de Matt, que en esos momentos debe estar pensando que no tiene nada que ver con esas guerras y esas muertes que se suceden en la invisible pantalla de los aliens. No puedo olvidarme de los efectos, que aunque algo he dicho de ellos, están de verdad muy conseguidos. La película está repleta de ellos, pero los que más llegan a fascinar, a parte de las luces omnipresentes en la película en cuanto a importancia, son un tipo de efecto que luego se explotaría más y de otro modo en Terminator 2, el que aquí en The Abyss se expresa como un "tubo" de agua con vida, cuya punta es capaz de adquirir formas humanas, las caras de los que la estén observando, algo sorprendente (imaginaros un espejo en 3D pero, encima, de agua). Para acabar, decir que la película está dedicada a un tal capitán Pierce Oliver Kidd Brewer, Jr., que al parecer también tiene un papel en la película, y no sabemos si es que murió durante el rodaje o es que se trata de un "legendario" del mar o qué... |
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Angela (Ana Torrent), Chema (Fele Martínez) y Bosco
(Eduardo Noriega). Este trío será el que nos tendrá cogidos por los webillos durante el
tiempo que dura la película, el que sea, esta opera prima ganadora de 7 Goyas del joven y
ya muy conocido Alejandro Amenábar. La película, que ha servido como trampolín para los dos principales actores masculinos y que por lo visto no ha hecho lo propio con la protagonista femenina, trata un tema del que muchos te hablarán para decirte lo mismo siempre, para no aportar nada nuevo, un tema escabroso como la vida misma, el tema de las snuff movies, usase, esos asesinatos-descuartizamientos-palizas mortales y demás desgraciados actos humanos, verdaderos y reales todos ellos, que son supuestamente filmados y luego vendidos a millonarios pervertidos, dementes y enfermos mentales. Pero sea cual sea la realidad, que tampoco importa mucho ahora mismo, sí que tiene el papel protagonista en la película, que trata el terror de una manera no directa, dándonos más miedo lo que suponemos e intuimos que lo que realmente vemos, que es más bien poco. Ésta es, pues, una manera inteligente y barata de hacer terror (bueno, según el caso), lo mismo que sucede con la película que ahora está de moda, The Blair Witch Project. Y más de una similitud tiene Tesis con la norteamericana de moda, entre otras que ha sido dirigida y protagonizada por gente joven sin renombre (eso cuando se hizo la película). |
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En la producción, en cambio, ha estado José Luís Cuerda, un director y productor que lleva ya mucho en esto del cine y que, por lo tanto, no es precisamente joven. De hecho gracias a un corto que le llegó de Alejandro, se decidió a producir esta película, donde además desempeña un pequeño papel, el del profesor de Ángela que, como comentaremos acto seguido, es quien empieza la espiral sin freno que llena Tesis. Ángela será en este caso la que descubrirá lo que quizás no debería haber descubierto nunca, llevada por su curiosidad y por la muerte extraña del profesor que le llevaba la tesis (el que decía unas líneas más arriba), una tesis sobre la violencia en los medios audiovisuales, que le vendrá que ni pintada. Al ver junto con Chema, un tipo solitario y muy en su mundo de terror, gore, porno y manga, la cinta que causó la muerte de su profesor, se darán cuenta que la chica que en la misma es finalmente descuartizada no es otra que Yolanda, una compañera que desapareció hace dos años y que según una carta que dejó, se había ido con un novio a pastar por el campo. Los dos emprenderán entonces una carrera detectivesca contrareloj llena de dificultades y sorpresas varias hasta hallar al responsable o responsables de dicha putrefacta y maloliente cinta - y de un centenar más. A todo esto tendrá mucha importancia Bosco, un antiguo amigo de la chica desaparecida por el cual Angela perderá un poco el culo (y quizás algo más) y que hará que ella dude de la sinceridad y bondad de Chema, llegando a pensar que éste fue el verdadero asesino de la pobre torturada. Y así pasarán las cosas en Tesis: entre el miedo que lleva Angela encima suyo (que me meo toa) a veces absurdo (realmente hay actitudes ilógicas o exageradas en ella que se las podría haber ahorrado el director), las cosas que se irán descubriendo, la seriedad de ciertos personajes y la sensación y el olor a muerte y a perdición que respira en muchos momentos la cinta, llegaremos a pensar que el mundo es verdaderamente cruel y que hasta a nosotros nos van a raptar para sentarnos en una silla frente a una cámara y que van a filmar como acaban con nuestros últimos halos de vida de una manera sencillamente desagradable e infernal. Joder. Ya. Fueno. La película sirvió para que a Amenábar, que se lo curra todo, desde el guión hasta la banda sonora o la fotografía, le lloviesen billetes más grandes (en tamaño y en valor), que luego hiciera Abre los Ojos, que aún no he visto, y que precisamente los derechos de esta película fueran comprados por Tom Cruise, a la vez que Alejandro se prepara para rodar su próximo y esperado trabajo teniendo al guaperas como productor y a la esposa de éste, a Nicole Piernaslargas Kidman como principal protagonista. Al menos eso se rumorea... |
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