PINTURA RECIENTE
Imágenes. (Entrevista Doris Elena Mayorga, Revista Huella). Imágenes. |
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Algunos temas tratados en la obra gráfica y en las postales están desarrollados también en las pinturas de las muestras, aunque abordados desde un punto de vista diferente.
En los últimos años, la obra pictórica de
Zalamea había estado ceñida a la representación, sujetas
a las formas definidas, al espacio tridimensional y a un manejo del color
atmosférico y monocromático. Ahora, frente a sus lienzos
se tiene la sensación de que los velos que matizaban las gamas tonales
se han descorrido y surgen entonces colores fuertes, aplicados en estado
puro. Este cambio tiene como objetivo tratar de resolver cada obra de una
manera pictórica, trabajando la materia, el gesto.
Su pintura actual no afirma sino que interroga, no sienta un postulado
sino que se abre a múltiples interpretaciones, no tiene unos límites
trazados sino que fluye, sin correcciones de forma y color. El espacio
se fragmenta, se vuelve planimétrico, y la línea del horizonte
desaparece. Como se ha liberado de la intención representativa no
existe oposición figura - fondo. El tiempo está manejado
de una manera fragmentada, planeando la simultaneidad de diferentes momentos
en el plano, y eliminando la vivencia onírica de la memoria,
tan patente en otros momentos de su producción.
El artista elimina la anécdota significa los elementos que protagonizan
su última obra. Lo que antes eran claras representaciones, dentran
en está ocasión en el terreno del diseño; así
vemos como sus constantes barcos y ballenas o nuevos objetos como jarras
y escuadras son ejecutados de una manera abstracta y elemental, hasta convertirse
en un pretexto que sirva a Zalamea para crear formas y zonas de color.
Abstracción y figuración, pintura y dibujo, técnicas
siempre presentes dentro de la producción del artista, toman fuerzas
en sus nuevos trabajos. Por más libre que parezca el tratamiento
de pigmentos, surge una línea que remarca y delimita, si ya no hay
espacios, al menos zonas tonales, o que crea la ilusión de planos
arquitectónicos dentro de estos bloques de color.
La iconografía que proviene de su trabajo pasado resulta despojada
ahora de cualquier significado inicial. Las imágenes que cargó
de sentido, las figuras que conservan su valor simbólico o conceptual
en la pintura anterior, se liberan aquí de su resonancia semántica,
para recuperar en ella tan solo su validez plástica. Así
pues, los íconos se convierten en pretextos pictóricos, en
apartes de un lenguaje donde lo que cuenta, finalmente, son los valores
plásticos.
La obra El rapto podría ser la que ilumina de alguna manera
más clara este viraje: obsesiones de su universo creador como las
figuras femeninas creadas de in cuadro de Armando Morales, aparecen en
este trabajo en una escala mínima, dentro de un estado fragmentado.
Una bestia blanca, apenas insinuada, que representaría el instinto,
parece devorar estas mujeres. Los lienzos en esta exposición semeja
una puerta que se abre al fluir y a la aceptación de valores, ya
no cercanos al romanticismo, como ocurría con su obra contestataria
o evocadora de décadas pasadas ,sino pertenecientes a una estética
que asume el juego con premisas más contemporáneas.
G. Vattimo asevera que los medios de comunicación caracterizan
a "esta sociedad no como una sociedad más 'transparente', más
consciente de sí, más 'ilustrada' sino como una sociedad
más compleja, incluso caótica...y que precisamente en este
relativo ' caos', ya que la obra a dejado de ser una entidad unitaria,
con un desarrollo lógico y lineal, en la cual podemos entender globalmente
una historia con sus antecedentes y consecuentes.
En la obra de Zalamea, por ejemplo, pese a que se conservan ciertas
constantes a nivel formal, estas han sido despojadas - como ya l0 habíamos
advertido - de su carga semántica. El espacio ha perdido su espacio
de tercera dimensión y el tiempo su cualidad de devenir, con
sus consecuentes delimitaciones claras para el pasado y el futuro. Para
poder aproximarse a sus trabajos la lectura debe incorporar la categoría
de simultaneidad.
Y no solo en los niveles espacio - temporales, sino en toda la gama
de aproximaciones a la realidad y la imaginación que ofrece.
Todos los momentos de su obra anterior se encuentran presentes en cada
uno de los trabajos de esta muestra, pero en un contexto diferente y abordados
desde múltiples ópticas a nivel conceptual y estético,
que no permiten un punto de vista central. En esta pluralidad de lecturas
estaría la incertidumbre para aproximarse a la realidad, pero también
están las posibles puertas de acceso a la lectura libre de esquemas
que permitan una experiencia enriquecedora y emancipadora
El empleo de la tela cruda produce una impresión de inmediatez y transparencia. Mediante el color y el grafito se conforman espacios claros y líneas, ritmos vitales que generan movimiento, y en los que el gesto y el accidente son provocadas para acrecentar la sensación de un tiempo frágil, único e irrepetible (Mínimas huellas luminosas) (...)
Ahora procuro dejar las obras "abiertas", con el proceso a la vista,
para que no se pierdan las fuerzas y el encanto de las primeras ejecuciones
(el oficio como virtuosismo puede ser más peligroso para la vida
de la pintura: la Medusa petrificaba todo lo que veía) ¿Quién
puede determinar cuándo está terminada una obra? ¿Cuál
es la apariencia de una obra terminada?.
Mi intención es comprometer al espectador además de atraerlo
, estoy jugando deliberadamente con la presentación de la imagen.
Le digo: esto que está usted viendo es una ilusión como cualquier
otra obra de arte, como cualquier otro artefacto; es usted quien transforma
esta pintura en obra, es usted quienes le otorgan sus valores, si ella
es capaz de conmoverlo y conectarlo con otros territorios de la sensibilidad
y la imaginación; no le entrego una representación resuelta
del mundo, le entrego un ensayo, un punto de referencia y de apoyo.
Entrevista con Doris Elena Mayorga, Revista Huella,
Academia de Artes Guerrero, No 8, Mayo 1997.