Con la mirada puesta en el mundo marítimo, entre el documento gráfico y la historia, la joven santanderina Rosa Grijuela ha realizado una obra singular que abre nuevas connotaciones y ámbitos creativos en el campo de la cerámica artística.
Desde sus experiencias en el sector de la cerámica industrial, Grijuela ha transformado su inquietud, ilusión y búsqueda en una investigación permanente, plasmada ahora en obras que reflejan, en su mayoría, junto a paisajes y cielos característicos del Norte de España, embarcaciones históricas que se vieron envueltas en naufragios en la Costa del Mar Cantábrico. Autodidacta, incansable en su quehacer ceramista, el fruto de su trabajo se traduce en una continua reivindicación de la cerámica no como mero soporte decorativo, sino como manifestación artística con tantas posibilidades como la pintura en sí misma. Un entramado complejo en la esencia y elaboración de su cerámica, gracias, sobre todo, a su experiencia adquirida en el campo profesional, ha propiciado la particular alquimia de la que nace su obra.