Qué nos estará
pasando a?
Alcanzar
la verdadera paz se convirtió en un hecho imposible para
los colombianos, y quienes intentan desarrollar un proceso de
paz en el país parecen no tener una estrategia clara.
La estrategia
más práctica, lógica y sencilla, debe tener
bases sólidas en el amor y el respeto, nada mas.
A nosotros
nos está pasando lo de una especie de aves de Centroamérica
que llaman "Yasé", que cuando alguien toca su
nido, aún sin hacerle daño a los huevos y pajaritos,
la pájara los destruye y se marcha a otra parte. Lo que
todavía no hemos logrado descubrir es quien se acercó
a tocar nuestro nido, y así nos la pasamos diariamente
autodestruyendonos.
En Colombia
hay perfectamente diferenciadas dos clases gubernamentales: la
clase política, para nada dirigente, por el contrario
es negligente y obnubilada por la bruma de más poder;
y la clase guerrillera, beligerante y enajenada.
En un país de más de 35 millones de habitantes,
ya no es paradójico reconocer que dos clases eternamente
enfrentadas, que no suman si quiera 200 mil personas, han logrado
la impresionante realidad de gobernarnos. Nos llevan de un lado
a otro en oleadas como si fuéramos náufragos a
la deriva.
Nosotros,
los observadores del conflicto, somos tristemente la clase indiferente.
Increíblemente se nos ha vuelto costumbre y tradicional
reaccionar eufóricamente arrojándonos a las calles
con una camiseta blanca puesta y una cintica verde en el pecho,
gritando y desahogando la misma violencia contra unos y otros.
Estamos convirtiendo un tipo de manifestación importante
en un acto normal, cotidiano.
Colombia
se ha convertido en el país de las marchas y el periodismo
en punto de mira de ambos bandos, volviéndose profesión
de alto riesgo.
Los actores del conflicto armado han llegado al extremo de manipular
a los medios para lograr su fortalecimiento. La guerrilla de
Colombia por ejemplo, necesita tanto de los medios que lo último
que quieren es triunfar, además esta guerrilla de ahora
ni siquiera ideales claros y definidos tiene. A diario cometen
acciones terroristas y criminales y en segundos tienen en frente
una cámara de TV o un micrófono de radio para ratificar
sus acciones.
Los grupos
guerrilleros han hecho del secuestro un macabro crimen cotidiano,
ahora son comunes las llamadas "pescas milagrosas"
y los secuestros colectivos. Es increíble pero no sería
nada extraño despertar cualquier día de estos con
la noticia de que los asistentes a un encuentro de fútbol
o a cualquier evento público en algún escenario,
han sido secuestrados y desaparecen así como por arte
de magia.
Nadie sabe
donde están, sin embargo, todos los días aparecen
en los noticieros los comandantes de los diferentes frentes guerrilleros
desde algún lugar de las montañas de Colombia manifestando
su posición ante los hechos.
No obstante,
quienes son secuestrados o sus familiares, también aparecen
en los medios exigiendo prebendas para estos "pobres"
plagiarios. "Que les retornen los radios y sofisticados
sistemas de comunicación a los que están encarcelados
"supuestamente" privados de la libertad" Increíble
uno no entiende esto. Más paradójico aún
cuando se crea toda una parafernalia para la liberación
de personas y todos salen a decir "Me trataron muy bien,
estuvimos bien, con comodidades, yo hasta les cocinaba, decía
una señora..." Terrible!! Si era tan bueno por que
no se quedaron allá. No hay peor agravio a los derechos
humanos que la privación de la libertad, Por Dios! en
que estamos pensando. El día en que liberaron a un grupo
grande de colombianos que habían sido secuestrados masivamente
en una iglesia al sur de Santiago de Cali, varios de ellos se
abrazaban con sus captores como no queriendo separarse y dando
eternas gracias. Gracias de qué? Por qué? Por devolverles
un derecho inalienable que tenemos todos los ciudadanos de bien?
Por favor!!! así no vamos a lograr nada.
Ya son demasiados,
exagerados los crímenes y atentados contra la convivencia
ciudadana que se cometen a diario. Matarnos, hacernos daño
y agredirnos violentamente entre colombianos se nos volvió
el pan de cada día. Acá eres malo si eres, si no
eres y peor aún si no sabes si eres, en otras palabras
no hay escapatoria a tanta violencia.
Cuanto tiempo
más tendrán que ir de un lado a otro las balas,
proyectiles y agresiones para que sean prohibidas para siempre??
Cuantas muertes mas tendremos que soportar antes que se sepa
que son demasiadas??
Realmente es muy triste ver desangrarse al país y observar
como existen unos cuantos colombianos que sale a las calles a
disparar sus armas contra sus propios compatriotas la mayoría
de las veces sin darse la oportunidad de conocerlos; todo con
el pretexto de llevar algo de comer a su esposa e hijos porque
la situación está muy dura.
Nos ha tocado
acostumbrarnos a la muerte, que ya es un acto cotidiano, ya a
veces, ni dolor nos produce, sólo indiferencia hasta el
día en que nos toca a la puerta y ahí volvemos
a reaccionar.
El respeto
por la vida y la libertad del ser humano son condiciones que
olvidamos desde hace varios años. Ya hemos comprobado
en múltiples ocasiones que la solución no está
ahí en las calles donde nos volcamos a marchar pidiendo
justicia cada que hay un crimen importante. Todas las muertes
tienen su importancia, no hay unas más trascendentes que
otras. Debemos fortalecer nuestras convicciones y creer en ellas
el amor y el respeto como proyecto de vida, son una excelente
opción pero no hay que olvidar que para la gran mayoría
de los colombianos el amor se ha convertido en una utopía.
Aunque el
juego de la mentira, la deshonestidad y el engaño sean
nuestro diario vivir, démonos la oportunidad, quitémonos
la máscara que esconde nuestra realidad y seamos transparentes
al país. Hay que entregarse con el alma para sacar adelante
a Colombia, despojados de cualquier interés personal,
somos nosotros, somos TODOS, la paz no es una batalla, es un
IDEAL.