SUDTOPÍA
SUDTOPÍA como SUD-LUGAR
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Desde su significado etimológico, utopía sería el no-lugar. Nada pareciera más cercano a una civilización construida sobre las redes de información desde su concepto de inexistencia de las referencias geográficas, la desaparición de la cardinalidad y de las distancias, y con ella a afirmación de la futilidad del viaje en términos físicos. Pero desde el punto de vista socio-político, a través del
significado dado por Tomás Moro, la utopía es una construcción de la
intelectualidad del hombre. Ya no es una red mantenida por la energía
eléctrica y con comportamientos y reglas propias, sino una concepción que se
encuentra en cada una de las mentes de quienes la imaginan. La utopía no se puede realizar, porque al ser plasmada
deja de serlo. También al socializarla se diluye. Puede explicarse con la
analogía de los procesos irreversibles, como por ejemplo exponer una placa
fotográfica a la luz. Los modelos utópicos al realizarse ya no son más
utopías, y tampoco pueden involucionar a su estado puro. Así como en las
reacciones químicas, el proceso de la transformación de la utopía (el pasaje
de uno a otro estado) provoca una liberación o consumo de energía que en
términos históricos sería una energía revolucionaria cuando es producida, y
una contra revolucionaria cuando es consumida. Pero la red de comunicaciones no es una construcción
utópica en sí misma. Es solamente un no-lugar desde el punto de vista
geográfico (o bien puede contener todos los lugares al mismo tiempo, lo que
es lo mismo). Adhiero más a la idea de las utopías como un estado de
“energía potencial” desde el punto de vista socio-político y también desde el
arte. Su verdadero valor es referencial. Están en ese no-lugar topográfico
que es la mente de todos, pero tomadas individualmente. No se puede hablar de
muerte de las utopías sino si las mismas se han transformado o no en sistemas
imperfectos. Tampoco puede afirmarse que la sublimación de una utopía
colectiva sea el fin de las infinitas utopías que las mentes de cada
individuo de la Humanidad puede continuar creando. Los dos últimos fines de siglo nos presentan situaciones
diametralmente opuestas: el anterior con utopías colectivas omnipresentes, y
el último con la aparente ausencia total de ellas. Tanto los anarquistas como
los hackers (ambos personajes finiseculares) trabajan y trabajaron
respectivamente sobre el status-quo provocando discontinuidades puntuales.
¿Nacerá en este siglo una generación de hackers-anarquistas que en vez de
buscar la satisfacción personal y de su reducido clan, posea ideas utópicas
vehiculizadas a través de acciones positivas sobre la red?. Ricardo Pons - 2000 |
©
2000
SVHS -
PALB
Duración Aproximada: 5 min
Realización: Ricardo Pons
Asistente de Producción: Gabriela Larrañaga
Edición de Imagen y Sonido: Ricardo Pons
Música Original: Gabriel Lucena
Actuación: Eduardo Molinari / R,P,