a mi ex-esposa
Claro está:
¡yo admiro a los fieles
que gravitan por contrato,
ante el altar, sus vidas enteras
diciéndose el amor con mil demonios
hasta sacar ternura de las órbitas,
compensación de los puercos neutrinos
y girones de belleza de los tuétanos radiantes!
Los hay.
¡Pero no somos de esos!
Somos precarios bichos de lo oscuro.
Te conocí como al amor hecho abeja en el Foro Boario
y acepté tus dulzuras de magnetones,
limpio de polvo y paja, ambicioso del beso y la maraña
que prometió tu cuerpo endemoniado.
Fue una noche medieval del espacio que te ví,
bruja con curvas de capricho
y elipsoide maña de panales.
Me propuse ser tu zángano de turno,
a perpetuidad, por 1031 años de aspavientos...
Tú, en mi lomo, tomándome de escoba, trapeándome
el salario para vestir de ángel tus hambrientos antojos.
¡Tan mediocre, vedezuela de bazofia y bambalinas!
Nos horneamos en la mufla de panes desiguales
que se muerden en la gavia del estómago
a pesar de beberse como velámenes de entena.
Zarpamos juntos a la aventura de ir al viento
con la ambición de ser felices
a cuestas, calle abajo,
hacia inciertos puertos
y mares de amor y farándula.
Queríamos volar,
con esta piel atada a la murria de la Urania;
pero, ¿cómo, cazadora de hadron, sí...
vestimos con biotina amarga
y sobre camarotes de chalupas y no vimos
otro sol que dos cuerpos
contra el denso océano de eclipse
y el telón del teatro?
¡Claro está, en la carne, sí fuimos felices!
Tú fuíste el lipocito más sabroso
y, exclusivamente, por eso me gustaste.
Y si el amor es placer, ¡fuimos felices
hasta el día que quisimos un sorbito del dolor
que la pasión esconde,
veta del sol que al amor quema!
Prometíste cien millones
de íntimos momentos angulares
y derramar la horchata en brincos de isospín
y desvanecer sobre mi pecho
tus peras térmicas de abrazo,
puchunguita de helio,
y rozar sobre mí tu vientre y tu ombligo,
tu clítoris que es 18 a la 40 potencia mayor al Amazonas,
es decir, es el protón amado,
al que obsequié electrones
(y así, pensamos, tendríamos hijos de luz,
gusanos con porvenir).
... pero luego hicíste chafaldetas con el ano
porque, ¡eso ni qué! rumbas con sabiduría.
Todo lo tienes en forma de cadera y culo maravilloso.
¡Duras y redondas serán tus nalgas
hasta que, a tontas y locas, se colapsen
entre las espirales del quarkonio y en la candela lipoide
de la danza y el polvo sideral, sin nadie que te aplauda!
... pero, si por algo te amé, fue por tus nalgas,
por tu cuerpo de sirena, por tus duros muslos
y esos tobillos de vedette, bruja del cosmos...
Trajíste a mi vida la Urania en mancebía
y yo me embravecí como una ola
para entrar en pabellones de tu alcance
e intimar con tu útero y carpelo,
tu fragua más sabrosa,
porque eras mujer con olor grato
para labios golosos como los míos.
Yo, el zángano de la chufa,
tuve anhelos volátiles, ab irato,
y una soledad de pocilga soñadora.
Necesité de tí, desesperadamente.
Estuvíste sedienta de espectáculo,
cantante, actriz, modelo, bailarina...
¡Eras la extroversión,
la pirotecnia del lenguaje,
el carnaval de la emoción
y la anarquía del cariño y el juego!
Me enamoraste entonces.
¡Me enamoraste!
Llenaste con deleite mis ojos
hasta el fondo del iris.
Entraste en forma de palabra y, por años,
te quedaste con las cuencas de mi oído
y la raíz de mi voz y las puntas de mis dedos
y mis pezuñas hundidas y mis entrañas...
Los hay.
Habrá quien no quiera más que la atadura
y sea conforme con que tengas la voz suya como tuya
y que sus dedos ya no pertenezcan a sus manos
porque son dedos que han tomado tu espléndida pulpa
y han quedado presos a tu piel, sin escapada.
Una hembra que chozpa como mula lo hace mulo,
ciego, torpe, imberbe, manso, oscuro...
Los hay.
... pero tú y yo no somos de esos
y la promesa del altar se hizo mentira cuando llegó
la sordo-muda sabandija, núcleosíntesis,
y se partió en dos el Jordán y nos perdimos.
Te fuíste por tu cartel de películas baratas
y tus senos se salieron del corpiño
y tu doliente tráfago de bohemia te hizo
querer halagos de otros hombres
y yo me fuí, por mi poema y por mi voz,
por mi aventura y por mis libertades de ladrón.
Sin mi anarquismo, mi dignidad no vale
y nada puedo obsequiarte que me pertenezca.
Tú, por las demencias diminutas
de modelar un tanga, o filmar cinco minutos
de escoria, o desvelarte en egotismo de grandeza
creyéndote una estrella consumada, renunciaste
a todo juramento; pero quisíste lo que menos vale
del pan de trastrigo y los huesos de ferroníquel.
Cada quien haga con su vida
lo que pegue la gana.
No hay loco que coma lumbre
y por eso, en la carne, me gustas todavía;
pero mías son las palabras mientras yo tenga voz,
mías son las orejas mientras te pueda escuchar
sin entenderte, mías son las yemas de los dedos
y las uñas porque te escarbé en aras de tu alma
y me gustó tu lepra cósmica, elemental, de abejorra;
mía es la voluntad con que te dejo
y mía la nostalgia con que te dije adiós.
Claro está: yo admiro a los fieles
que gravitan por contrato
ante el altar, sus vidas enteras,
pero bajaste demasiado a prisa del amor sublime
y tu cuerpo que fue, panal o colmena, se volvió
la tumba del peligro, donde me sepultaste
y no me dejaste subir, supinamente,
cuando tendí mis brazos para retenerte
y alcé mi voz para acusarte
y limpié mis oídos
para oír si me amabas.
4-8-1985
*
Amor in mundus
Antes yo hablaba de amor.
Lo definía.
Lo tenía en la boca como una cuchara.
De pronto me quedé sin alimento
y la palabra amor se quedó en el caldero
con las letras refritas y trilladas.
Las sustancias vacías se secan
en diccionarios viejos.
Sobre el amor, ya no sé ni añado nada
con gesto filosófico.
Queda una sartén
de truncas referencialidades.
Pero, contrario a ayer, ya no me saben
ni una de ellas, exquisitas.
El amor se pudrió sobre una mesa
servida con sublimidades.
Se hizo duro a los labios como sería un mendrugo
que en algún ayer fue pan y ternura.
3-12-1990
*
Amor in mundus (2)
El amor es un féretro hecho de palabras
si a la mujer no se la ama sobre el trigo.
Por eso no te nombro más, Amor,
para amarla hecho una espiga
y echar a la borda teoremas
cuando la beso.
Que no se adorne ni la mínima espesura
de su cuerpo; ya boté cacerolas
llenas de tecnología;
ya me deshice del mantel de los sistemas.
Mi boca está guisando amor sin las recetas.
Mi cuerpo está mordiendo el vientre
con hito de rodillas, sabrosas y brutales.
Está brotando semen por mis poros.
Un cotidiano placer de vuelta y media
se revuelca en tu colcha,
Amor, in mundus.
3-12-1990
*
Ella y yo en silencio
Anoche no me perdoné en tí.
No pude. Te ví tan fría, ausente,
inalcanzable a las palabras amorosas,
que te dejé.
Salí a ver estrellas, entonces.
A suspirar con ruidillos de la noche,
bichos escondidos que recuerdan
cómo se canta en lo oscuro
por una migaja minúscula de luz.
Advertí, no imaginé,
que estás más vieja que mis dedos,
más mustia que mis ojos,
¡pero tanta dicha hemos cimentado
con placer, con estímulos,
que están en el vestido que te quitas
y la carne que se exuda con su canción
de gozo primario,
a pesar de reparos lujuriantes!
Hay días así, cuando no sé
perdonarte y nada hicíste que yo
no haya hecho igual, precariamente,
irrazonado, imprudente por querer
apretar cielo y tierra en un puño, desolado.
No olvidé que hemos tenido amor
y aburrimiento y que el espacio nos tiene
por cómplices, nos acomoda, nos tira,
nos induce al filo de navaja, a cruel sendero.
Entre nosotros, empero, han crecido
palabras menos dulces que tus labios
y hemos vuelto a los besos
(que es volver a la boca y al regreso)
y hemos olvidado palabras y lamentos.
¿Cómo será sorber la madrugada
cuando la noche comenzó con tal silencio?
Lo que deseas de mí no lo hablaste
y la noche de anoche, ¿tendrá que repitirse?
... porque el perdón es más que las palabras
y que los besos y que el sortilegio
del tiempo condensado en memoria
de tu piel que ha envejecido,
casi siempre tan fiel y adorablemente mía.
El dolor es exacto
cuando quiere ser dolor
con la vergüenza de los dos.
No te apiadé, ni me apiadaste tú;
por eso hay días,
como ayer y hoy y otros días
ya superados e inútiles,
en que escapamos a la noche
y tajamos con cuchillo de silencio
velo o colcha o mantís, o tenderales,
lo que haya sido: carencia de cobija
o de piel cálida, tu carne...
pero en calles del firmamento,
abro el espacio, uno para los dos.
*
El amor existe
Precisamente, el amor existe para ésto:
para que aprendas qué hermosamente llenas las pupilas.
Que eres la hembra que se adora,
la que colmas la cama de suspiros
y de tu calidez tierna y animal
mientras sudamos, desnudos y apetentes
por vida continuada, por nuevas melodías
de creación in extensa...
El amor es un sueño biológico, divino, misterioso,
plasmado con este material de cuerpos tibios,
orgullosos, erotizados... y tú, mujer,
la mitad más bella de este sueño...
Y yo, el que te despierto
para que sufras la perspicuidad de vida
que escinde al placer original y primario
robándole un pedazo con los años,
el trozo más encantador, no sé...
pero sí debo sugerirlo a fuerzas,
el más egoísta o caprichosamente turbulento
dentro de la piel, el que será mío.
Precisamente, el amor existe para ésto:
para que alguno de los dos recoja el signo
de la responsabilidad, lo imperativo,
el tiempo existencial con sus deberes
(el pago de la casa, manutención, la educación
de los hijos, la ropa, el hospital, las deudas);
las solidaridades:
que se enfermó la vieja,
que enviudó la fulana y tiene cuitas,
despidamos al que se va, lleno de anhelos,
al que no puede más con la penuria, tiende una mano;
dialoguemos con el que tiene arrugas
y su angustia suspira.
Saldemos la cuenta de este amor y su dicha
porque ni tú ni yo somos imponderables
y juramos no sernos mentirosos...
El amor pone entre comillas muchas cosas
y uno imagina que pausa y no es cierto;
sigue eternamente envejeciéndose
en nuestros cuerpos y en nuestras causas
hasta que muestra el refilón
del horizonte óntico
y, en medio de él, perpicuidades.
Precisamente, el amor existe para ésto:
dividir el infinito en momentos de memorias iniciales
y coherencias sociales, sucesivas, de praxis.
El amor no quiere hacerse sencillo como un beso
ni ritual como el abrazo
ni lineal como cruce de miradas
o callado asentimiento
a corta distancia del encanto.
Aún así, existe aunque no haya más
el atractivo cuerpo
ni la inicial esperanza.
Precisamente, el amor existe para ésto:
para estarse juntos, a veces tristes,
confundidos, lerdos, apagados...
para marcar el final y el comienzo
una y otra vez, para entregarse,
a pesar de que nadie sabe
si habrá un mañana de luz, después del sexo,
o una eterna noche con sabor conocido de labios,
o solidaria complicidad de cuerpos...
(Publicado en Tertulia de Mizar,
Núm. 627, 24 de mayo del 2000)
*
Sin ellas (1)
Sin meseras, intramundanas,
se escribe con minúsculas.
Hay que gritarles en cuita:
¡seres a la mano!
Agasajadas a pupilas,
ellas nos llevan a los astros.
Un sabor que ella guisa no lo sazona nadie.
Son la mejor matemática, la cifra.
Y no existe el cero ni el uso de las tildes
ni la palabra sexo,
nada con plenitud ardiente
de bocado carnívoro.
Sin ellas, el ansia llega tarde.
Se teoriza en bruto sin probarlas,
sin pasarlas del plato a la cuchara,
del paladar a la boca, del espacio al alma.
No digas que eres poeta ni romántico,
me dijeron, si no te llevas esta noche
a una de ellas, noche de rocío,
ninfa vulgar y cotidiana
que bailará contigo
y se llenará con tu sueño,
de tus soledades y tu cama
y de tus gratas propinas
y de tu gesto
y tu olvido.
3-12-1997
*
Sin ellas (2)
En las pantallas de neón,
ah y en los moteles,
no se colman los mediocres gustos y melindres,
miedos o altiveces de la Raza.
Tienes que existir,
trapeadora de propinas del banquete,
barre-energía, aplasta puercos, saltacolcha.
Y, sin tí, se pronuncia en huelga
la hormiga, con sus celos: la culpa.
(Yo no tuve temores como ésos,
tardo soy para ver diablos azules, Rocío).
Pero a marisco me supo el hambre y el querer
y la primera noche con tu causa
en mis dedos, en aras de alimento,
cosechada en la osadía de palpar
tus desnudeces, imitándoles.
Viajé a los botihondos de tus rutas,
en remos de tus brazos sobre fluídos
de tu caldo más sabroso; quise nacer
o vivir de nuevo, como si fueses la raíz
que más se ama, que más busca destino.
(Cocinabas tus deliquios en los los míos).
¡Ay, chiquita, si ya me place lo que ví
si te quise por lo que ví, eras mis ojos;
si me hubieses dicho:
no me busques, poeta,
habría jurado que la poesía eres,
no lo incierto.
Por el deseo más visual y más mediato,
¡ay, ya me tuvíste y me hallaste!
Sin ellas, sin tí, no hay tamboras
ni sirenas ni simulactros
ni lamento de acordeones
ni música norteña;
sin tí, sin ella,
no se hará glande la chiquita,
ni se inflarán las uvas fronterizas.
Al salvaje más absurdo,
lo pescas por sus ojos.
Fundaste pues la presencia de mi sexo.
Fundaste los varones de la tierra.
*
Celos y autenticidad
Gracias, por decir lo que sientes,
seguro que los enmudeces,
seguro que se irán,
a pesar de celos que yo les produzco.
Tú los acuestan y les matas su orgullo.
Les comparas conmigo e imaginan que pierden.
Gracias por pensar que soy mejor;
que amo mejor que ellos aunque sea mentira,
gracias, meserita del alma.
Imagino el poco del mundo que te sobra
tras este proceso, y el festín de salta camas
y confío que me querrás, y mira
que soy al único que no citas.
Mi nombre arrancaste de tu directorio
(ah, me llevaste con nombre y cuerpo
a tus espacios íntimos, verdaderos, especiales).
Soy el más chantajeado, por tu amor,
tu buey, el que te quiere, y el más miserable
(para darte propinas; pero no te duele, me amas).
2.
¿Con cuántos besos podría yo pagarte?
¡Fíjate, que te amo sobrio, despierto!
me gustas, estorbo tus antojo.
No pago; soy tu Kali Yuga...
Nada me pides como si hubiera dado todo.
Nada te pido; porque tu amor o tu tantra
me basta y me sobra... y has tenido
una niña que se aprendió nuestro mantra
y éso es tu secreto y el mío.
*
Nuestra hija
Para que sea real tu niña y el deseo...
ella que me dice: ¡Papá!, por tu capricho,
yo y tú, debemos querernos
de todos los modos posibles,
como amigos, como hermanos,
como amantes, como desconocidos.
Pero sin tí (y la niña que me llama)
no hay lágrimas ni ojos tapatíos
ni mi visita para darte una sombra
ni ceniceros para mi cigarro
ni uñas pintadas ni colorete rosa
ni rojos labios
ni cautivantes nalgas, las tuyas,
ni insuantes pasos,
así caminas.
Nadie dice que hay leguis de moda
ni grandes aretes ni enormes relojes.
Ni sostén de boutique
ni pantaleta a media pompis.
Sin ella, sin tí... ni mariachis ni canción
ni corazón bajo mil llaves
ni camioneta gris
ni placer sobreviente.
*
Por una hija que me díste
Tu cuerpo es claro.
A pesar de tus máscaras, me siento amado,
y mi piel, la que es mía, se despoja de chamarras,
por tí me desnudo y bajo mi corazón a tus bragas
y te miro como una bestia de la tierra
a la que has dado crío y te amo, en la niña,
más que lo que yo mismo me amo.
Me has servido y has jugado
con mi alma, con mi piel exterior,
con mi curiosidad elemental y pupilaria.
Soy un animalillo que degradas.
Puede que sea difícil,
no para mí; lo digo fácilmente,
-te amo aunque no me entiendas,
me gustas vino tras vino,
cerveza tras cerveza,
y bebo de tu sabihondez rancia,
tu vulgar inocencia y ambición destrampada.
Estás llena de mundo, de sexo,
de hermosura, de obvias formas
con juventud, gracia y coquetería.
Serás la luna abierta, desde hoy,
en mis días tristes, rutinarios,
despersonalizados y oscuros...
¡te surtes en carne para estos días!
y he aprendido de tí,
gozo y sufro con tu mundo,
lleno de secretos y de otros hombres!
Así tan deseada eres que confundieron
tu límite con prudencias deseadas
y trascendentales, ¡ah, sin que supieran!
pero eres lo que eres:
una desvergonzada estrella del deseo,
la pública deidad entre mariscos.
Espectáculo de mafiosillos que vienen por tí.
¡Tú sí tienes azúcar, de verdad, sí, chula!
Tiviri-tiviri, panchanguera, pompi loca,
festejo social, llamas lujuria.
Eres el mejor trofeo, la noche, la hembra,
la panocha, por dólares, se te compra
o se te paga, pero... ¿te vendes?
Y de tu boca rota, sapos, ¡zape, zopilotes!
...cómo echarles, ¿lo sabes?, te pregunto.
Desde lo más hondo del ser y tu mar,
bajo tu nalgatorio, en tí y dentro,
hallé una niña, triste y violenta,
¡llena de máscaras!
*
Gata caprichosa
De seguro, un puñal muy terrible,
escondida traición, epidemia,
estará mirando de reojo
donde escondes tu canción,
donde la herida que más duele está...
y tu voz más voluntaria
y tu secreto de gata caprichosa,
tu sed y tu hambre,
tu agonía sin apremio
por un espacio íntimo y celoso,
el privadísimo amor con que me atraes,
cuando maúllas tu placer alborotado.
Rastrearán tus haldeares, sabuesos.
Pensarán: Bajo esa falda se entremezclan
las voces y los ecos, tu luz y tu silueta,
tu misterio y tu vulgaridad,
los húmedos suspiros del que por tí
lanza sus perros a la calle
(porque tú forjas los runrunes
con traviezas vocalizaciones
y tienes apetitos absurdos
con los que eres más íntima que el alma
y la honesta cama del que se enamora
de tu cuerpo hermoso y tu placer accesible).
*
Romance de Rocío
A Rocío M., en su cumpleaños # 23, y a su hija
No desmayes. No te caigas.
Hay licor de abundancia en tus secretos.
Mantén mi erección infinita.
Camina a alcanzarme.
Quiéreme; regocíjate.
Sumérjete en manjares
del techo maquillado, tus gestos.
Que la pequeña, nuestra hija, sea tu casa
y gózate en sus paredes.
Sus muros son piel tan delicada;
pero te dará gritos y sonrisas.
Las empalizadas mías
no has de tenerlas siempre.
Acógete a tus propios aretes.
Cuida tus huesos.
Han sido vulvas colgantes, tus joyas
(es que eres artefacto delicioso).
Tu compañía, para mí,
han sido trampas tendidas para que comience
a reir contigo ante el mundo,
ir a donde tú te escondes, verte
donde yo menos te quiero; pero...
donde te hallas como quisieras verte...
Me embromaste, amor,
porque metí mi cabeza a tu asador.
Chamuscado está mi ser,
a brasa viva por tu causa.
Te quiero así, sin embargo:
libre, porque así eres.
Es lo que mostraste
desde el primer momento.
No voy a cambiarte
porque sé que no lo quieres.
Ríete de mi soledad y de mi lógica,
mitos de mis esperanzas.
Cuando seas tú misma a conciencia,
me entenderás un poco, reiremos juntos,
y será gratamente recibida
la visión de mis códigos,
burdos o nobles...
ojalá veas tu fantasía,
por mí, confrontada;
¿no es el amor desafío?
Ella, ese alguien nuevo que faltaba,
no tiene culpa de tus veleidades
y aún, saturado contigo
de sexo hasta los huesos,
has construído tu casa,
con ruidos que no me pertenecen.
Con ella, ¿sabes?
piso en tus rincones más puros.
Tu niña es otra casa
y el trato con que nos une
edifica más vida que versos,
más angustia que ideas.
Aunque me ponga corbata por lengua
para el formal acercamiento a tu ser,
ni tú ni yo pactamos de ese modo;
yo prefiero tus labios frívolos por broche,
mi cuerpo viajante por el tuyo,
con fiera biología por meta.
Así te quise, así me has de querer
y no hay vuelta de hoja.
Por algo eres tú, amor, tan orgullosa,
lúbricamente tentadora,
vorazmente insensata como diluvio,
remolino de juventud y de apetito.
Me fuíste devorando desde tu abismo.
Ahora nos falta completar el cómo somos,
sin vestirnos de fatuos fuegos
y poses piadosas
después de tanto puerco ocio,
por amor a la carne.
¡Seamos sinceros
hasta el final de la biológica estirpe!
(Publicado en Tertulia de Mizar,
Núm. 575, 2 de abril del 2000)
*
Soy tu amante (1)
Te servíste de mi piel exterior.
Soy tu juguete.
Te gustó mi mansedumbre
más elemental y pupilaria...
Soy tu amante, nada más:
¡tu amante!
Puede que para otros sea difícil,
no para mí; lo digo fácilmente,
te amo aunque no me entiendas,
me gustas vino tras vino,
cerveza tras cerveza.
Y no que esté borracho,
sólo que impera tu sabihondez rancia
para inventar escrúpulos y yo no los hago.
Te acepté como eres:
con tu vulgar inocencia y ambición destrampada.
Estás llena de mundo, de sexo,
de coquetería, obvias formas
con juventud y gracia.
Serás la luna abierta, desde hoy,
en mis días tristes, rutinarios,
despersonalizados y oscuros...
¡Te surtes en carne y en el amor te agotas
y yo te veo llorar y residuar
con el placer que sabes!
He aprendido de tí, amante mía.
¡Gozo y sufro con tu mundo y tu llanto,
comparto ty secretos y tu vergïenza
en otros hombres!
*
Soy tu amante (2)
Tus prudencias deseadas
y trascendentales se confunden,
pero eres lo que eres:
una desvergonzada estrella del deseo,
la pública deidad entre mariscos.
Los mafiosillos de machista estampa
vienen por tí.
¡Tú sí tienes azúcar, de verdad, chula!
Tiviri-tiviri, panchanguera, pompi loca,
festejo social, cantas lujuria.
Eres el mejor trofeo, la noche, la hembra,
y por dólares te adquieren otros hombres.
¡Menos yo!
Se te paga, pero... ¿te vendes?
No todas las veces, no todas.
Y de tu boca rota, sapos, ¡zape, zopilotes!
...cómo echas tu rollo y me gustas
brava e insolente, ¿lo sabes? en ocasiones.
Desde lo más hondo del ser y tu mar,
bajo tu nalgatorio, en tí y dentro,
hallé una niña, triste y violentada,
¡llena de máscaras!
que está buscando amor
y aún no lo halla, pero te quiero...
*
Las prostitutas
a Rocío
Cuando saltas delante de mis ojos,
cuando irrumpes, ente manifiesto,
y das en las pupilas,
eres un golpe de la brisa con aroma
y una mariposa y una noche y me encantas.
Por lo general, evocas el perfume
y la tibia forma del muslo y la armazón de huesos
relajados y fluídos. Tu estómago
cubrirá mi piel como arcilla que se lava
en barranqueras, o cascada que baña
dulcemente, aunque huelas a yagrumo
a mis espaldas
y te pierdas como gacela, apurada
por tu rumbo de malezas o escondrijos.
No me gustas por eso
porque te vas y tu encuentro es más breve
que el silencio y menos duradero que la aurora.
... pero me gustas, zorra,
porque conservas la astucia de vulpeja
y husmeas la madriguera de la calle
en la ciudad mundana y en la plaza
del cuidado circunspecto, te temporas.
Te surtes con vestidos de lujo y de marrana, si te place.
Te engalanas, asqueada o cómplice, del orgasmo ajeno.
Te obsequias provocante y provocada.
Azuzas con lockeano sensualismo, te enciendes
como un motor de sexo, talonera.
¿Pero dónde, mujer, serás tú más amada?
Me gustas, nulípara, y no quiero pagarte
porque en tí está escondido todo lo que quiero
primariamente mío, hormonalmente santo:
tus críos con su lenguaje puro,
a menos que los vendas,
lo mismo que a tu cuerpo.
Te hallaré como el zorro
que no vende ni compra su presa, la persigue.
Se cerciora si conservas o escindes
tu luz de fe y malicia,
tu fuego de amor e instinto,
tu pez ígneo de lealtad
en los montes sagrados de los días.
No vayas por fuego fatuo y por ventaja
a los ojos del salvaje, que él no paga;
él muerde, acosa, organiza,
desespera, se angustia
y en su mundo no existen las monedas
ni el fascinum ni el escarnio;
no pagará las deudas no debidas
ni fundamentadas, menos
al nacón de las monedas.
Como el salvaje, satisfecho del rito
de pezuñas clavadas por astucia y por deseo,
soy el preguntante del te quiero.
13-4-1975
*
La niña que abre las piernas
1. La tentación
Usted, niña adolescente, ha abierto
las piernas al maestro; se ha burlado.
No me sonrojó tu cuerpo hermoso;
me gustas. Me ofendió el escarnio.
Que dolió en la tiroides, porque Vishuda
purifica la garganta. Y da consciencia:
niña, así jodes. Deslumbras, Swadistana.
Te hablaré, sin embargo, con la dulzura que yo tengo.
Muy poco sabes de la energía del tantra;
ante este quinto paisaje de tus piernas,
te asomaste a todo lo mundano. Puedes matar
a un hombre; puedes cubrirme de fango.
¡Cuán tontamente hablas del golpe del verraco
y el movimiento del gorrión y el toro inmerso
dentro de la vulva! Y si da su energía, inmutable
su esencia de toda cosa, tú corporizas,
tentadora, irreverente, prematuramente.
Guarda los tesoros de tu vulva radiante.
Retén el pele porque estoy en defense
de tu cuerpo. Hoy soy el Deber, el Cuidado.
Hoy: seré como el amor durgado de una Madre,
zanja de Mahadevi que te oculta;
voluntad de Siva al detener tu danza
y callar sus Tambores.
2. Autocontrol
He visto las divinas bragas de tu mundo;
cuán lejos de Vishuda fundas tus atributos.
Sí. Puedo ser mucho más si quisiera al quererte.
Mas así no se ejecuta mi pedagogía;
así no te preservas, visnudándote;
así no me provocas cuando plazco
… a Uma, Laksami, Sakti y Sarasvati.
Me hieres que, al tronchar la flor eterna,
abofetées los ojos del maestro.
Hundíste tu virtud en lodo, navegaste
en rada de mis ojos, accidental barquezuela.
Semilla de Sarasvati, ¿qué hicíste con el habla?
Enmudecí, niña hermosa, desamparaste
mi arte, rompíste en mi presencia
todas las caracolas, callaste el disco del OM.
3. Moraleja
Pero yo sé tus nombres, tus verdades eternas,
y conozco Tu llama. Mía es y es ardiente.
Hicíste de Parvati, la sombra, y aún de Kali,
las tinieblas que no me pertenecen.
Un día conocerás al hombre; consuélate,
niñaja. Visnú hoy se convirtió en Tu Amante;
pero Siva se negó a quererte. Apagaste la Llama.
Visnú posee las cualidades protectoras.
Tomaste el lugar que no te pertenece
con motivos clandestinos: la subversión del sexo.
12-6-1985
*
Habitación de Pakriti
Los obsequiosos entran a las habitaciones
de la mujer desnuda del mismo modo que a los campos
del valle del oprobio. Creen de su jugo,
las rétas del santón, la dulce esperma, incontaminada.
Y, ante la rasa, comentan que nada
pinta sus íncubos y súcubos cuando van
por la victoria en la Sadhana
como si fueran tan obvios y sinceros
sus presuntos motivos, sus voces en las noches.
Se jactan los prajnudos que entran en tus habitaciones:
«Te conozco en la cumbre y el abismo»,
canturrean estos sadhaqas de la chacra-puja
a mitad de la cama, buenos pa' nada.
Y mienten y dejan sus imágenes en duda,
en simulacro de consuelos,
migaja de palito amargo.
¿Qué dejaría a tu piel, Gopi-devadasi,
quien llevó el placer oscuro de sus callejones
a tus intimidades, a tu kama, y te marcó,
con su chancros, en lugar de bien iluminarte
impregnando en tí sus propias ardientes devociones?
Por esto el corazón no quiere verse,
se queda a oscuras, aunque todos lo invocan,
como si fueran tan obvios sus profundos latidos.
Y la mujer, ella...
a la que quiso alzar en nubes por los cielos,
se pintó un cuerpo de alas, se convirtió en harpía,
y el gesto arruflanado de los hombres
se congeló en los hombros, no en las alas.
A salta mata, se decora este demonio
sin ananda, este gibón sin jiva que
huye mientras da sus puros alaridos.
*
Romance de Mara
... y salieron al desierto de Shur y anduvieron
tres días por el desierto sin hallar agua y llegaron
a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara,
porque eran amargas: Exodo
Los que no cosechan del árbol del poema;
pero tampoco alimentan su raíz,
preguntaron con enojo:
¿Qué nos endulzará la boca?
Como leña en lajas, ulcerantes de encono,
quitaron las hojas y las cortezas
a los textos de su piel, al tronco cancionero.
Derribaron los cimientos de sí,
incrédulos del misterio doloroso
que el poeta conjura del penacho a la raíz.
Preguntaron: ¿Qué beberemos?
Confesaron su odio por los bosques
del léxico y quemaron los versos
escritos en rollos de vitela
y maldijeron al vitoco
(Consolador, hijo de Consoladores)
y la promesa informada por él,
el valle del frondoso lirismo.
... porque él se vistió de árbol
y fue proclamado vasallo de signo servicio
por oyentes que le vieron besar
la flor de la metáfora y escribír
el Pacto Vegetal de su decoro.
Sin embargo, los hijos de Tritón
a las peñas pedían sus caracolas
porque, en su corazones,
fornicaban con ídolos de arena, diciendo:
No hay vida en la símil ni dulce amina
en las frases del Consolador.
Y llamaron al poeta mentiroso,
payaso, anti-héroe, vitoco
y pachotero, camino al tercer día.
Y el poeta persistió en la siembra
de su asombro, con savia fluyente
y con saliva de sus ríos profundos
entre cicatrices de los sequedales.
Lo tenían en yugo, amarrado de los pies
y a él, en pese a lo tundido, por ironía...
a más patadas... ¡más versos!
porque él funciona con espíritu
más fuerte que el dolor y la necesidad,
y aún su lengua, que fue arrancada de cuajo
para enmudecerlo, innecesaria fue
para invocar las arboledas
con la química del alba.
El tiene treinta atalayas de pan
en las costillas y tres cuerpos
de Visnú para llegar al final
del tercer día, con su canción
triunfante de alimento...
¿Qué beberemos?, insistieron
los tritones, habitantes de las grutas
del nitrógeno, al mirarlo sin morir
por los senderos quemantes de Shur.
Contrario a él, ellos
sin la fe hidrosoluble del vino,
o la chupadera láctea del calcio.
De pronto, con ponzoña vengadora,
la Culebra del Desierto los detuvo
como a cañas flacas de abandono.
Señaló hacia una laguna,
hediente y dijo:
¡Bebed de Mara, bebed
y temblad, zoófagos, hijos de coníferas,
zooides del zooblasto, y malditas sean
otra vez estas aguas, maldito
el fósil zoógeno de los corales
y los senderos calizos
de vuestros párpados y uñetas
que escarban la tierra con fatiga,
porque éste es el último oasis!
Y según lo maldecía, en pánico,
se comían sus excrementos.
Excepto él, el vitoco, objeto de maltrato
y llamado poeta de los árboles
y las aguas amargas.
Entonces, este sátiro poeta
sacó voz del ronco viento y semillas
de algún artificio del trigo
y flores de alguna espiga
de la maravilla...
¡A la vista de todos! nacieron
almendros, dátiles y manzanos,
como si se legislara la dulzura
escondida con su voz.
Fue que el poeta clamó
a los treinta señores de sus huesos
(a palos azotados por la multitud)
y decía: Sácialos de carotina,
Endulzador de las Alquimias,
para que vean más allá
de sus raseros xenoftálmicos
al bacalao pudrido de sus bocas,
su livor suplantador, dentro del alma,
sus fingimientos cárdenos.
Flúyelos sobre las aguas endulzadas
para que conozcan las ovas de la miel
y la leche verdadera, deva del azúcar
y el grano, redentor de litoclasas,
quebrador de rocas; hártalos ahora
de tiamina, ya que son pobres de Shur
y jamás se alimentaron de cereales
ni sutilezas del génesis en platos
de estrofas limpias
y páginas de harina.
En las blandas arcillas del futuro,
el poema es salud de la carne
y con leche se cocina el hueso
y con amor se vive en el verso
que es dulce a los pámpanos
de la vid agria del desierto.
Sumérgelos de hocico
en la riboflavina, en la franja
anaranjada que lava comisuras
de labios secos y partidos
y permite a los besos
la ternura de las elegías
y el olor de la epidermis
rimada con deliquio,
porque ellos no son poetas,
no conocen la vid verdadera
ni los monstruos de la voz
que canta e invoca,
premedita y plasma
la autenticidad de la glucosa.
Rayos ultravioletas los consumen
y sus cuerpos son espectros de ceniza.
A flor de dientes y lengua vipirina,
mascan sus maldiciones y blasfemias.
¡Son hijos de Mara, incrédulos
del árbol que endulza las aguas!
En cada espacio de vértebra,
dáles la perfecta rima
para la canción del genoma!
Húndelos en el pozo viscoso
de tu amarillo linfa, mánalos
como tocofenol vegetal de tus aceites
para que no sean estériles ni magros
y se multipliquen en el texto
de Tu Sol nutricio; que beban
la sangre de tus espinacas,
caldo de tus legumbres
y bebedizos de tus patatas cocidas
en horno de elocuencia morfogénica.
¡Que aprendan a morder,
sin dolor de encías y sin tedio,
a los sabores de tus ácidos ascórbicos
ya que en tí, señor de sonoridades,
late la palabra furiosa,
la denuncia y el colmillo conspirador!
¡Tantas galas de violencia
y no resisten hasta el tercer día
estos hijos de Tritón,
depresivos, asténicos,
comegofios de arena!
Dáles la biotina, versolari
del Axis Mundi, suélvela
en las aguas de Mara y que beban
las riquezas de tus alacenas
de vitamina H, chacra por chacra,
del epistrófeo al sacro,
del alfa a la omega.
¡Que se laman los bigotes,
que olviden que tragaron polvo
y bebieron orines de cobras
y pitones; a fresas y a moras
que les sepan las jetas
a esos dueños de duras cervices!
¡Puebla sobre el poema
de las aguas dulces tu sustancia rojiza!
Combate a las crueles anemias del alma.
Exilia la pelagra
y establece el Reino del Consuelo
con ácido fólico que te sobre
porque hay torrentes sanguíneos
en desgracia y parturientas
con úteros rotos
y alambiques de tibias doncellas
que mueren en mañerías
con hombres engañosos
y hembras que no hayan ligamen
ni atadura porque no saben
salmos en madremontes
ni canciones para el fuego de la leña.
Estas cosas dijo el Vitoco,
mesías sin mentira y cantor
de panderos y danzas,
al echar árbol a las aguas amargas
y endulzar la vida de la arena.
¡Treinta vitaminas que Funk
ni imaginó, desde ese día,
reconstruyeron al pueblo de Tritón
y a las bocas que comen leudo
en los días de santa convocación!
Bendito fue el durazno y el ciruelo,
el cerezo y el higo, vitaminadas
fueron, por causa de beber,
del agua dulce de algún texto,
las naciones y el que les dio ordenanza
y probó con agua amarga
y la Venus del espejo
y la Venus del pomo
y el odioso livor que incensó
a las hijas de Eurinoma
y las enterró vivas
por amar a los poetas
de Apolos...
9-7-1990
*
Decadencia
Al Dr. Joaquín Torres Feliciano,
hermano orgánico, viviente, de quien he aprendido
tantas cosas maravillosas…
En irrupción trágica de siglos temporales,
el hombre tenebroso, profundamente desdichado,
sin sattwa, organizó su pesimismo doxológico.
Que no haya verdad, sólo relativismo.
Que no haya medicina que nos sane,
sólo la mentira del yo que es sabandija
y se arrastra, el yo mezquino / hombre-bestia
en tránsito por transitoriedades.
Golpeó a los soñadores en cada etapa al hilo.
En cada renglón, sin hacer alto, intensamente,
como horda de godos, godeosos de homicidio.
Como avanzada de (h)unos, mongoloides, b(v)andoleros.
En aras del árbol del huesillo, cazadores son de Chitta.
De las tarzanadas viven con pensamiento inestable.
En estado latente de consciencia, Chitta es la misma
mona que ellos. Son tanteos formales, simiescos,
asociativos, subconciencias empíricas de selva.
Y encendieron la pira sin el fuego divino.
Sin los cinco alientos de la vida sagrada.
La energía cósmico-vital escuchó profanaciones.
Tú, Madre Tierra, (s)linga, chit(ta) en mi verga;
c(h)inga tu changa-madre como Putana ardiente,
shunya en vacíos elementales, pónte cabeza abajo.
Puja tu coxis. En la banda de las mulas,
te empino, en yoni-chinga te parto. Desciende.
En avatar de supina-positionis te desfloro.
Buscaron a las hembras, depositarias de rishis
y lo que ha sido oído de la boca misma de El Propicio.
Subieron a arquitectos del cielo sobre leña ardiente.
A puñaldas se quedaron con el porvenir:
realidad de lo posible. El más allá de los bardos
poblaron para el desastre, la burla y sufrimiento.
Este no fue el día más feliz del mundo.
Fue una noche sin gloria. Fue la decadencia en ciernes
y la culpa y el padecimiento evolucionario.
Y comenzó al fin: la acumulación hexiológica del llanto.
De hábitos que anidan en ciegos instintos.
De agresiones que en el entorno son cuitas.
En la realidad de la historia, lapidaciones se gestaron
en las plazas, gestos ecofóbicos, injurias de renegados,
distimia sistemática del mundo por los que ya
no adoran. Ni comprenden. Ni sueñan.
2.
Recriminación a Kamsa, enemigo de Krisna
Vendrán a matarte.
Con un veneno mortal te frotarán el pecho,
ahí está Tu Corazón como testigo, y alguien es
que desea el Brahmán unitario, el nunca dual
para que sea posible que el intruso lama
su impersonalidad ominipresente
con su capricho inmundo, con lengua rasposa,
inferior a su consciencia. A su consciencia, Krisna.
¡Ay, Chit! Vendrán a matarte. Vendrá el Temible
y hará su llamado, verte en muladares de asno egoico
obtuso. What a shitty way to treat on you!
Que un divya te hiera con su mano,
o lo intente, o lo tenga en el corazón en secreto.
¡Querrá arrebatar lo que no es suyo!
3.
Esto es un demonio: el que roba la Bondad
que hay en Sattva Guna porque oyó la dulzura
de algún trino y lo caricioso de la brisa o el bosque
de los mansos árboles, altas ramas que miraron
el sol del firmamento y el fundamento mismo.
Esto es un demonio: uno que come el vómito
de las eras epocales y llama Vida a la excresencia
en un aquí y ahora de lo-sido; pero la vida
no comenzó con los tambos del vientre envilecido
o las carronas del masticar lo masticado.
Esto es un demonio: el malagradecido
que no pregunta su origen ni bendice la simiente
que el Padre le dio ni a la madre que tuvo
(depositaria ovular de los saberes de su origen).
¡Ay, pura Shakti!, oidora, dinámica,
horno del Pan, nicho femenino, vienen
a matar la potencia trascendente de los Divyas,
a escupir lo que sale de tu encanto,
a la que junto a él / ellos / forma los anillos de la Vida
mientras él, el Krisna de avatares desintegra
los objetos ilusorios del pensamiento
necio, desleal y putrecible.
Esto es un demonio, pues, cuida al Enamorado,
(p)madre de la Enroscada, cuida al esposo, Enamorada.
Gopi vacuna de la Edad de Hierro, prepárate
en este siglo de tinieblas, cala el tiempo,
que Kamsa está en camino
y consigo, La Putana.
4.
Tiembla, demonio, que apenas recuerdas
lo que fuíste. Apenas sabes lo que serás
pues ya no sabes lo que hicíste.
Tiembla porque vas en círculos como ebrio
que no tiene horizonte. Acelerado peñasco
hacia el vacío. Empujado en cascada
cuyo torrente desciende a la esfera
donde no lo espera nadie, sino la confusión
del arrecife. ¡Tiembla, porque hallarás
al que da de comer a los gorgojos!
Tiembla ante el que convierte en microbios
a los gigantes truhanes, al que quita y da,
al que produjo al éter y desata la prebiótica del ser
e involuciona la evolución química del Todo.
El que mata al niño, o lo lleva al genocidio,
a los infanticidas por las guerras inútiles,
¿qué le espera como episodio del Mathura,
al final? Dí qué, demonio, epítome del Tamo
(g)una, (a)divino de maya, portal ingrato.
(K)arma de aniquilación, (a)divya, dvapara-yuga,
tres edades se murieron en Tu Nombre.
Cincuenta por ciento de la Piedad posible:
lSwamis del Sentido, amos del Orden.
14-3-1990
5.
Se han impuesto, como paradigmas, los sobrevivientes.
Los que organizaron de balde el tiempo odioso, nefario.
Ahora juntan a los canes, salivosos, exaltados, asaltantes
de afectos y emociones, donde ya no cabe la esperanza.
Cerca de mí ya no querré a esos guarros. Estorban el turno
del progreso. Las ideas. Son lobos de la violencia física.
La locura maligna de su hobbeanismo izó su bandera.
Ultraracionalmente son los sordos. Matoidemente,
tábula rasa y asesinos. Tiranos, hipócritamente dulces.
Soñadores, salven el mundo por inocuo que parezca
con la canción, con la plegaria, el juramento.
Silven en sus bocas la sílaba del (OM)bre santo.
Pinten el paisaje, como Goya que dispara
la ironía, como Goya condolido por las tragedias
duras de ser libre, español, autóctono, pacífico.
Eviten estos crímenes de guerra y de invasiones.
Sean puros con la onírica bienhechora, sean ideales
sin olvidar la historia, ontológica del ser aquí y el ahora.
Sepan que son los jardineros del Maestro que teje
y la mujer que enjuaga y tiende los ropajes de la carne
y el gozo del espíritu, síntesis del jabón de lavadores.
Hijos de la Flor de Loto, semillas del futuro, sus actos
en el estanque se rebosan. La decadencia es sucio.
Jardineros, protejan la semilla dentro del capullo.
6-12-1980
*
6.
A Erica y Judith Corina,
dos lindas muchachas de Tepic (Nayarit)
¿Qué puedo ya querer de tí en la edad de las tinieblas,
en edad de matricidas, en edad de infanticidio?
En edad de conflictos perpetuos, se fundó
la aparición de tu presencia, ¡ay cuánto lo siento!
Se fundó la irrupción de los salvajes,
hombres-bestias, asesinos
de la boda sagrada, el hierogamos,
las nupcias del cielo y de la tierra.
Antes yo fui aquel varón que no aceptaba
la semilla pudrida del olvido. Te ví en la muerte cíclica.
Te advertí en los renacimientos, en la primavera.
Te observé, embelesado, antropológicamente,
Rama Dorada, y con ojos tan perfectos,
como Frazer que te escarba, te exalta y te bendice.
Te ví en la siembra y el invierno.
Escuché los lamentos en el fondo de la Cueva.
Te concebí descendiendo al mundo de los muertos
y eché la Llama de la Vida en mi llamado.
Tan seguro estuve, Koré, Inna, Perséfone, Erika,
que eras, la Madre y la Hija, diosa de la vida
y las regeneraciones, latencia y expectación
que merece buscarse en lo otoñal
y el invierno de lo pródigo.
Eras mi antorcha, Démeter,
y descendía a los mundos subterráneos
y te hallaba para llenarte con besos.
Quería que andaras conmigo
y me hicieras compañía.
Tomadora del todo, dispensadora,
hoy la muerte no es cíclica. Hoy no existe un templo
que tenga tu nombre y tus vasijas, hoy no hay
muertos durmientes al que llamar «Tu Semilla».
Nadie se regenera. Ninguno se emociona como antes
porque llegas con tus hierbas curativas,
porque vas a las tumbas, a la zona terrible
donde una anciana sabia entierra sus raíces.
¡Ay, quiero evaluar el proceso completo,
hija que se aleja de la madre, hija del exilio
a distintos lugares, fruto del árbol de la Vida!
Y veo la Muerte, vida cósmica que ya no es la mía,
vida animal, emotiva, que ya no es la esperanza
de mis renacimientos, vida con repliegues
que ya han sido asaltados, y no tengo mi ingreso.
… pero. ¡qué linda son, después de todo!
aunque ya no me escuchan. Nadie va por un grano
de cereal a las vasijas de esos templos agrícolas.
No son ya convocatorias fecundas debajo de la tierra.
No son misterio donde la vida se esparce
dentro de las cuevas, ¡oh, diosa madre!
¡Oh, diosa persefónica, demeterina!
Este es el mundo de los muertos durmientes
donde nadie despierta, sino con el puñal que duele
y el ciclo de vida que nadie completa.
Asaltaron tu mundo, Démeter.
Te dieron la rocola y el fonema per se,
vegetaciones de artificio, nuevos brotes de cosechas
sin granadas, que sean útero ctónico.
Te dieron la juventud de los raseros, civilización
de vividores en sus propios rencores matricidas,
en placeres de venganzas, varoniles, masculinas.
2-3-2007
*
7.
Ni el deseo ni el placer serán mis enemigos
desde hoy. Mis impulsos, mis instintos,
míos son. A mí los engramaste, Brahma.
Con Siva me pusíste en la parva
de sus protecciones; no renunciaré
al mundo, me expandiré con él
por el canal de Sushumna.
Encantaré mi serpiente.
Cielo y tierra celebraron sus nupcias.
Siva y Sakti danzaron sobre mi lengua.
Desde mi paladar el Creador, dijo:
«Baila conmigo. Ella y yo somos Uno».
Samsara y nirvana, uno.
8.
No se sabe qué iluminación espiritual
está latente, pero está ahí, disponible
hasta en los tiempos más sombríos:
David Pond
Desde hoy no habrá humanidad sombría
que me dicte sus pautas, me ofrezca
sus objetos, sus desdichas, su yugo.
No habrá diablo que me maldiga
ni represores que apaguen mi consciencia.
Desde hoy quiero lo que quiero.
He de tenerlo todo inclusive el privilegio
del rechazo, del no querer, de la renuncia.
Adoro al que es Señor Supremo de los tiempos.
Ya no me herirá la prisa, ya no
me ataré al pedal del movimiento.
Lo buscaré como un águila que avanza
por los cielos; soy ya un zorrillo al que díste
propias alas, astucia y paciencia.
9.
En la edad sombría de kali-yuga,
donde el abandono y la traición,
el crimen, el narcisismo, el desparpajo,
son la moral prevaleciente, dejaré
el ego dolido, sepultaré sus derivas.
El ego ya no sirve, así podrido. Perdió la japa.
Necesito algo nuevo, realmente eterno.
Amaré más, despertaré mi espíritu.
Buscaré la pureza. Camino de regreso.
Padma. Desde mi loto tengo mi alimento.
10.
Desde hoy el aire canta, silva, anda conmigo,
me susurra secretos, se asoma a mis ventanas.
Será mi amigo; no dirá vendavales.
por mucho que sea el Viento, lo comprendo.
También seré un hijo de sol. Amaré
su clorofila, su amor por cada hoja,
su ardor en mi frente, amaré su luz
en todas mis mañanas, su transparencia
que desoculta todo. Su ausencia
será deliciosa, menos tibia en mi noche.
Amaré las lunas que vea. Les diré
el nombre de mis bellas deidades.
Me observarán de hito en hito.
Aprenderé a agradecer, lo había olvidado:
Lo Bueno dura, siglo tras siglo, milenio tras milenio,
y lo que existe vale por su necesario sentido.
11.
Desde hoy serán claros mis rumbos.
Quiero coherencia, autonomía, verdad.
La confianza es mi motor de vida.
La responsabilidad, mi destino.
Admitiré mis deudas, por kármicas que sean,
pero tendré confianza. Soy racional,
el varón productivo, convocado a la perseverancia,
armonizado por Kriya de Tejido, por meditaciones
sobre el valor del tiempo, el cuerpo, el sexo, mi entorno.
No negaré mi cuerpo, observaré su dolor
y su cura, su higiene, su virtud;
mi cuerpo es Nandi, toro de mis establos,
mi vehículo, elefante propicio, mas yo no soy él.
Lo que soy, como Jiva, es eterno
y, en algún tiempo más, me escaparé del polvo,
me saldré de los huesos.
Le diré: adiós, cuerpo mío y bendecirán
mis cenizas. Agradeceré el rumbo sin rumbo
del vehículo, Prakriti / Nandi / natura.
12.
Los decandentes enseñan, desde el reino
de su preocupación e incertidumbre,
que el ego vale más que la esperanza,
que el olvido aún más que los perdones,
que la osadía, con arrebato, vale más que las cautelas,
que no hay nada, trascendente o inmanente
que nos guíe, que el ruido vale más que la palabras
y la humildad menos que la alegría de los jactanciosos.
Seré sordo, mudo, impasible, incrédulo.
Enseñan que no hay integración posible
de la expresión divina y los instintos descritos ya,
la bestia humana, el ego en los planos sensoriales,
su reino; Dios no se regocija en la carne, alegan.
No hay flor de loto que soporte diez pétalos.
Entonces seré sordo, mudo, impasible, (in)crédulo.
No hay siete chacras, no hay círculos
de energía, sólo el espinazo con su dolor
y reventados yugos, no hay siete bendiciones
en la carne, sólo este mundo de demonios activados,
soledad que aflige, emotividad mórbida,
competencia rival, peces grandes comiéndose
al pequeño. La vida es la batalla por la sobrevivencia
entre hombres que son lobos para el hombre.
Entonces seré sordo, mudo, impasible, (in)crédulo.
6-7-1984
*
Endimión
Dormiré para el mundo, pero a mi corazón
lo abrazará la Luna. Cada noche vendrá.
Cada noche su beso en la montaña
donde yazgo, dormido aunque no quiero.
El celo del poder me ha subyugado.
Selene me quiere a mí, su pastorcillo enamorado.
Dormiré para el mundo, sus pocilgas externas,
los samskaras, pero me abrazará
la que con media luna hiere lo efímero,
corta lo falso, activa la piel del quinto cielo
mientras besa la anahata vibrante
con lengua viva de luz y tacto.
*
Las voces del karma
… el Ser está escindido en discontinuidades
que tan sólo puede ser superadas en el vivir:
Martin Heidegger
Las tinieblas, ¿a qué conducen?
¿Por dónde y cómo escaparemos
de las cavernas del Erebo?
Dímelo, pequeña hermana de la noche.
¿Alguno ha visto tu hermosa epifanía?
El resquicio que libera y entreje la vida.
¿Bajaremos al Hades con tristeza,
o nos verás con ojos subterráneos, nos colgarás
a todos a tu cuello, a tu pulso,como collar de calaveras?
¿O nos darás ese beso que torna tu lengua roja
y tus ojos tal como espejos pupilarios de sangre?
2.
¿Quién dejó el Edén verdadero que se llamó Delicia,
tu placer, Durga en las albas, si fue bendito?
¿Por qué hoy, en despretigio, Kali se invoca
en causa infame de ritos sangrientos y es Thug
de los impuros, homicidas, que habitan
entre devotos con colmillos pandilleros?
¿Por qué el poder de las energías competitivas
rezuman su aliento, por qué su hervor en la cuarta altura
de tu Altar y el Cesto? Tus kundalínicas serpientes,
amorosas, quintaesenciales de vida, son burladas.
¿Por qué las ideologías más envilecidas
toman el control; manejan las pandillas,
las circunstancias y las expectativas?
Esos hijos del poder no son los Fuertes
del Ananda y de la Dicha. No son otra cosa
que bocones, pero no llegarán a la garganta
de los quintos cielos. No se unirán a cantadores
de corazón ardiente y aceptación amorosa y receptiva.
3.
a Jean Paul Sartre
¿Quién miente al decir que el ego no es útil,
y da únicamente consciencia bruta de la nada?
¿Quién que diga si de veras es posible vivir
(la consciencia) como carne y externarla en el mundo
y lo real, inteligentemente?
¿Quién trajo a la mesa del simposio
la idea siniestra de que es preferible dormir
en las cavernas, en fantasías aisladas,
en tensiones inconcientes,
ausente de amor o de apetito?
¿Habrá sido del thuggae que sofoca, asfixia,
estrangula con sus propias manos la idea?
¿Del Id y su bestial conducta o del ego elemental
que dio su abstracción de lo desconocido?
4.
El aguilismo se ha esparcido con discursos ostentosos
y su vulgar patriotismo que da grima. Desde América
lo escucho por canales de TV, desde la Gran Bretaña
por donde viene el triunfante jingoísmo.
La peor versión de Skanda y de Kumara;
¡ay! Karttikeya, tu guerra…que en Spread eaglism
se transforma y en Oriente y Occidente todo corrompe.
5.
A Danny Rivera y Lucesita Benítez,
cantantes valientes de mi Patria
Esto soy. La Garganta, la canción.
Temporada primaveral: corazón a la asaz hermoso.
Un corazón que no dice ¡Ay de mí!
Determina un carácter, acepta cada ambiente.
Vuelve tan orgulloso este ser que escupe
en la avaricia, este ser rebelado contra el odio.
Atrapó el temperamento de su buena estrella.
¡Cómo canta su amor el corazón iluminado!
El primero de los centros superiores
de la Novia, la serpiente, la eterna enamorada
del hombre, la hiedra fiel de las paredes ígneas
de las zarzas ardientes, de los ángeles
que protegen los desiertos, la tierra
del exilio y las separatividades.
Esto soy: aceptación profunda del OM
que me ha llamado, ésto soy,
el guerrero gutural, paratiroide, vishudíco,
que jamás ha pronunciado:
«No soy digno».
Soy el que canta lo maravilloso.
Soy el mesajero de lo posiblemente grato.
6.
[Cada año el 9.5% de la población estadounidense
(aproximadamente 18.8 millones de adultos) padece
de enfermedades depresivas].
Y es en la referencia de mi carne que yo aprehendo
el mundo que me circunda: Jean-Paul Sartre
El primer karma, la primera consciencia
de tu acto, es no amar la base de tu mundo,
olvidar su raíz, sobrevivirse, no solverse,
no admitir la semilla que cae de un árbol,
el aroma de una rosa que se abre,
la sombra que te brinda su amparo.
Karma equivale a decir no tengo mente.
Ni Mana ni espíritu
ni punto de vista ni enfoque.
Estoy caído, no puedo levantarme.
Este mundo es el peor de los mundos.
Nací para ser sobreviviente.
Mi pan es diariamente el pesimismo.
La vida no tiene sentido.
Y soy el más tonto de los tontos.
Me sustento de la fatiga y el agravio.
Camino en rumbos donde no importo
a nadie; el placer no existe; no sé
a dónde mirar. Nada es hermoso,
nada solidario, nada es puro.
7.
… a los desalentados
Mas no hay ninguno, ni uno solo,
totalmente desvinculado de la vida.
Ninguno a quien haya que aborrecerlo
por completo, nadie absolutamente mánico,
ninguno que en depresión se sostenga
por siempre. Te van a sonreir, hijo
de los desalientos; te van a abrir los ojos
cuando menos lo esperas.
El amor puede provenir de un perro.
De un gorgojo. De un arroyo.
Una llovizna dulce puede enseñarte
el mundo. Una voz de niño,
una sonrisa con el poder más dulce
puede acariciarte y sacarte de la ilusión
del desamparo y la prisión de la culpa
y la desesperanza.
8.
El perdón y la dulzura son la cualidad
de quien se posee a sí mismo:
Paramahansa Yogananda
Los depresivos no saben concentrarse.
Con el puño los golpea la ansiedad.
¡Los tunde duro! con guantes de seda,
bofetadas les pega una mirada ajena, una mueca,
el gesto de quien no los compadece.
Dolores crónicos el depresivo guarda
donde un ritmo cardíaco lo trastorna,
donde anida un descontrol, perseverante,
y una euforia excesiva y unas ganas inmensas
de morirse. O de hablar de la muerte,
sin abrirse las venas, o irritarse o callarse.
Los depresivos en tensiones de la vida
no creen; pero el karma los busca.
Nadie quiere sufrir voluntariamente,
pero el karma no duerme. Es el Angel Negro.
No deja siestar al que adeuda, no respeta
ni pariente ni generaciones ni familia ni estatus.
Los depresivos, en instintos de combate
o escape se refugian; pero hay sólo una medicina
que cura sus tristezas: el testigo a la izquierda
del hombro y dejarse enroscar por Kundalini
9.
Karma is a thing to be accepted, not eluded...
The greater part of Karma, or Destiny, works out
by means of character, not by means of drastic
happeningd which are specially dealt to us out of
Tthe blue, as it were: Dion Fortune
Tú no te amas a tí mismo. No te observas
en el radar de tus péptidos, no te ves en la emoción
de nadie, no te almacenas ni en la misericordia.
Y unos pocos te aman. Tienes suerte.
mas a ninguno oyes. Apenas perteneces
a los ecos de ese Ser que te dice: Reacciona.
Tu cuerpo es un desierto, sólo arena, y tu soledad
es oscura. Siempre noche. Sin camino.
La puerta se abre con una solitaria estrella
y no entras; el mar no existe bajo tu barca seca.
No te refiere a las olas. Ni al agua dulce
ni a la sal humedeciente.
La comunidad te ha visto, aún te llama
(aunque, en realidad, son muchos los temerosos de tí)
y huyes al vacío donde te culpa el odio más que ellos
y lo entiendes: No se te convoca.
El perdón es más valioso que tu orgullo.
Dolor cultural __ así le llamas a tu entorno.
Tú, el que no sabes de civilidades, el hostil,
bestializado por adorar la incertidumbre
y convertirla en violencia. Ante nada
adquieres el sentido de valía.
Tú cerraste la bioquímica, díste punto final
al más mínimo de los potenciamientos
y perdíste el control.
Todo lo transformas en disparos de balas,
en vano se te habla de integración, Asesino.
10.
En la muerte de Rita, asesinada
por su propio padre, pandillero
La libertad, la subjetividad del otro, no pueden
ser atrapadas físicamente: Jean-Paul Sartre
Rita te llora y no lloras a Rita.
Tus deseos se cohesionan al Karma
y eludes el cambio. En morada de Tracio Duro,
veneno bárbaro, no diluyes, no solves
tu dialéctica con devenires fenoménicos.
Sobreviviente, en aislamiento, de piedra,
osificado. Emocionalmente denso,
ni el presidio te transforma.
Con postulados axiomáticos, auto-evidentes,
a priori, absolutizas tu credo de perversión
sobre la Tierra: la Ira es voluntariosa,
tu falso cimiento, tu ley.
11.
Más fuerte, indeseado, putrefacto,
viene el tracio, el puño de los opresores,
ideólogo del control manipulante;
más reprimido en sí para subir a la garganta
y hacerse la canción de fortaleza
o de dolor profundo.
El culto al terror adviene.
La desdicha está pidiendo su corona.
Un cáncer de emociones contenidas,
un estanque con hervores de hostilidad
y de fracaso interno: éste es el dolor
que no puede potenciarse, física manifestación
sin recepción, sin bienvenida en péptido
que tenga alas curadoras, endorfina
que lo diluya. Mensajero que lo traiga
a redenciones. Más fuertemente atado
viene el enfermo que no quiere curarse,
el temeroso de sus propios miedos,
el tullido en la raíz, su mente egoica,
primitivizada por extrema ansiedad
y justificaciones.
12.
Ya van a inaugurar la i>Buena Vida.
Parecerá ironía; pero un bárbaro de la Tama
se acomodó en el trono de la injuria
después de perseguir a todo sudra y vaisya:
obreros, granjeros, comerciantes.
YaVaNa, el bárbaro, tiene dos brazos de Durga,
extremos de la carne, feroces, destructivos y nefarios.
Ya van los militares de su yuga a disfrutar el yugo
de la caza, vana administración con vajras
de hierro de la K(a)sa-Triya.
Corromperán la noción del Bien Supremo.
Quieren ca(z)sar el Erebo y la luz
de la Noche, Kali-negra, con brahamana.
Ya van a buscarle su Vidya para acostarla
en el lujo de los péptidos, el confort de la kama.
Mas una villa de lujuria no es vidya de Skanda.
13.
El militar es normando, ultramontano,
integrista que administra los imperios
de la Maya, charlatán ilusionado con Venecia
que sacrifica en bacanalia al peonaje feudal.
Y dice: Laizzes-faire, YaVaNa, el vano ahora,
el presente hueco, poroso, de Shelburne.
Usurero, The Good Trencher Man dejará
que caigan de su mesa las migajas.
Hoy viene a orquestar sabiduría, placeres,
indulgencias, bonos de culto frigio a la obediencia.
Ya van a inaugurar de British East India Company,
el gobierno sinárquico del Señor de las Islas.
El bárbaro Lord de los moscas y caza-triyas
protejerá a los frigios-dionisíacos, aún a los masones
franco-martinistas, a los que la traigan
(libre o en cadenas, lo que anhela):
a la más bella putana de cressida, inconstante,
elocuente como Troilo en la alegría de quien
gana su loto de mil pétalos.
Un bárbaro apetece su Brahamana:
sabia, con chintamani, dualística en las ragas
melódicas del ritmo, con memoria animal
porque él con arcos y flechas es la maravilla.
Y con cañón de címbalos echa las torres abajo.
Sube al Edén por manzanas de sabiduría
y en el jardín del cuerpo trabaja su ganancia.
Yavana está aquí. Llega, toma y conquista.
Vence el ya vino; tamas-ya-raja.
Lord Shelbourne y Edward VII están al mando.
Ya van a inaugurar el culto martinista,
la sinarquía anglo-normando-veneciana.
El bestialismo ya entró al portal
de un jardín de cadambas.
14.
El hombre sólo está aprendiendo a aprender:
Srí Chinmoy
Hijos de la Cruz Mutable, el madero lo llevan
como Jesús a cuestas; él quiso hacerlo solo,
pero se han unido y lo cargan, a veces
ni sabiendo el por qué. No viven el Sat-sanga.
Por pueril sentido de sufrir, por necio temor
al suplicio, por eso en cruz mutable
toman el peso, se arrastran, van litando.
Hijos del dolor común, la espiral
de espacio tiempo ya les dijo que la Cruz
está en el suelo todavía, no los eleva
a la dedicación ni al pacto de la Diksha.
Suelten la cruz, si esán cansados,
reposen en la alegría. Tantralicen.
15.
Te llevaremos una vírgen de Orléans.
En una pira del Hijo, la pondré.
En relatividad, ella abrirá los ojos;
en luz y oscuridad alternantes,
verá su mundo, su futuro, su libertad.
Ella conoce la verdad, la gloria de su honra.
Y es bella como un canto en durgapuja,
como un tambor y una cuerda de vina.
Transparente, sonora, desnudez juvenil
tiene Juana, de arco asida, endorfina del Señor.
Aunque vista un pantalón de cambaya
y una raída blusa de cotín, maya ha de ser.
Como sat-sanga son sus arengas de prapatti,
Como invocación a Shakti, la consorte
de Siva y el ser, como gopi entre las vacas
y el prado. Es campesina.
¡Qué bella es Juana, la brahamana de Chit,
baba anand, bienventura sea porque en su doncellez
está Dios, y el Delfín la escuchado.
16.
¡Cómo me duele, cómo me duele,
cómo me duele que te vayan a tocar!
Corrido norteño
… pues, búscala,
con más prisa que corriendo, Joseph de Maistre.
Haz que venga como pordiosera de rabo largo
y felino mimo porque soy el amador dispuesto.
Seduciré a la amada, la quiero para mí.
¡Acierta a ver su paso por el mundo, vincula
su dulce positivismo radical a mis postulados
hic et nunc, a mi etrusco-bálano imperial!
Que me quemo de celos si otro la tocara
y no yo. Que un lombardo en Londres la compre
o me la entregue, con las nalgas suaves
pero sangradas como el pain-moufflet.
Persíguela, tiéntala entre martinistas de Lyon.
Jeremy Bentham, localízala hasta en Cloud-Cuckoo.
En los entresijos del Imperio, en cavernas
de brujas repulsivas
y epigardos ocultos en wookey holes.
Traéla de una oreja si resiste, no importa
que te difunda la noción de que su alma es
siempre libre y no será para mí, no importa
que te diga que la muerte escapa
a mi potestad que es mía o la que es suya,
o no es de Nadie. Amar es un objeto de fascinación
y, ¿quién hay tan libre que se consuma por entero?
No. Escucha, Sir Palmerson. Yavana me dio
la autoridad: John Locke, Quesnay, Adam Smith,
Enmanuel Kant, y firmé la Gran Convocación.
Ya van a preparar la Cruz, la segunda cruz
y las túnicas blancas y el vestido de púrpura violenta
confeccionado ha sido: ya van a cumplirse decretos
que el Cíclope exaltado animó:
echad la Linga al fuego y encended
el horno, Yoni en tracia ofrenda,
a la Gran Bestia de Tamas.
*
El viejillo iluminado
«There is nothing beyond Me»:
Bhagavad-gita, 10.8
El Maestro de los sentidos indicó:
Mi nombre es Hrsikesa, domador del mulo.
Japa / Jara / jari / kesa. AUM…Y en la lengua
de quien cantó Su Nombre, en medio de la saliva,
según testigos, lapacharon los dioses / los cátodos
y danzó Krisna, el jari-jari kesa / A(a)(u) Om…
Enseño la Mocha al necio. El mundo es zoofílico,
falso, imperfecto, como ojo que no ve
y oído que no oye y olfato que no sabe de aromas
y sabor que no discierne la sal ni se regocija en la miel.
La aceleración rotacional o lineal
sentidos son, como presión al tacto,
como calor o frío, como tensión y extensión
de cada músculo y la presión de la sangre
en venas y en arterias e inflación en los pulmones;
como temperatura de la sangre en la cabeza
y oxígeno que visita las arterias y el pH líquido
cefalorraquídeo, pero, haya un sistema reticular activador
o haya un trauma en la sucesión del DNA,
sólo Brahma es verdad; sólo la Moksa
libera, sólo de la Vida la consciencia responde.
Ven y canta, relincha, mulo,
hoy víste un semidios, el Supremo Jari-jari,
el dulce Ketchup de Rama el Jubiloso
y el Eterno Gozador. Ven y canta:
No vale la pena vivir por vivir,
vivir sin más allá… japa japa,
jari-jari kesa / A(a)(u) Om….
2.
(Para cantar, si es posible, a son de conga,
con cuatro, maracas, flauta y obóe)
A vencer las miserias del mundo animal
El viejillo convocó.
Hacedme reverencia y devoción.
La plaza-mundo-esfera llena estuvo
de cerdos y crianza caballar, gansos, buitres,
antro (de 8.4 millones de especies), campo
plantas, peces, reptiles, pájaros
y antropoides también… japa japa,
jari-jari kesa / A(a)(u) Om….
¡Pobre de tí! Mula muda, sorda mudha
del muladar, si no te beneficiaras de mí.
Soy quien destruye la tribulación.
No te quedes en la tribu del Des(e)ar,
sin dharma, sin rama ni penacho
al que se aferra el gozo.
… japa japa,
jari-jari kesa / A(a)(u) Om…
Soy el Restaurador. Swami, maitreya,
sin Metralla, Divina Gracia, tan solo.
Cantor coquipelado de un verdadero Ser
… japa japa,
jari-jari kesa / A(a)(u) Om….
más allá del objeto cognoscible de la Maya,
más acá de la síntesis de imagen
y del objeto en-sí de lo ontológico.
No vale la pena vivir por vivir,
vivir sin más allá… japa japa,
jari-jari kesa / A(a)(u) Om…
3-9-1979
*
El maestro feo
No me vean así, con tal incredulidad.
He conocido el amor y devuelvo el bien
por bien y nunca el mal por mal.
No me acusen por mi cara prieta,
arrugada, cacariza, deforme, pues
hinchados mis párpados están.
(Les lloré por amor; por eso les lloré).
Con ojos vivaces, como alimaña montuna
en acecho, perviví y al fin me reprendí. Triste
ya no. Me contuve. Así no se puede vivir.
Vengo aún con mi cuerpo provocante,
kármico, por ley lo que merezco. Mas
conservo la Vida, salud, energía, autoridad.
Recordaré este inicial amor: lo arquetípico.
Aprenderé a quererles. Cuidaré mi vestido
cada vida un poco más, dulcemente gentil.
Mas si me desprecio yo, no lo haga nadie.
Pido un canto al que da y una varita de incienso
Quemada. Presencia de amor será para mí.
2.
La hermosura es real. Y en la carne, tardía.
Fui negligente, desprecié mi entidad, mi bios
y Brama dijo: «No, no, no es necesario».
Y en la brama tuvo, por gracia y ejemplaridad, esposa
y más de una gopisuela le brilló la hebilla y le mojó
los calzones. «Brahma, eres el Todo y Todo es Tuyo».
Y el casto bellaco, el maestro infiel, mendigó:
Dáme una gopi. Sí, una sola; pero, ya que la quiero…
que no se parezca a mí, que tenga el encanto
de una pastorcilla de mi pueblo y la physis
de la atracción molecular y la sonrisa de tu Eternidad
y una trenza amarilla que ate su alegría a mi ser.
3-8-1979
*
El hablador
Y Sem, el predicador, adujo: Hay una mente celestial.
Y un modo de cantarla; ir en cada octava poco a poco
porque así, se cita Dios, brahma se ensancha.
Del Brih-brama, su canción, el OM bendice
y se duplica lo vibrante y fluye-con y viene desde ahí
y siendo-como y para-sí y con-otros, revelada.
Y el rojo es Sita, excitatoria y el amarillo, gozo.
Y el verde es tan sedante. Esa es la mente justa.
Una hoja llena de verde-clorofila. Rigpa celeste.
Un cielo azul que no deprima porque todo sea dual.
O existan sus paradojas, aún no reconciliadas
con el infinito o la vibración de la Dicha. O lo astral.
Ha cantado la octava 28 de lo Desconocido
en el corazón donde él mora, crístico Vishnú.
Sem es feliz y predica: «Escuché al que da TODO».
Cuanto desées, llámalo. Tuyo es.
Dijo Sem, predicador-generatriz que comunica
el Atman, en cátodo de madre, in uterus.
Mantrizando por primera vez.
Callaba en alta frecuencia hasta su oír.
Quedó en silencio astral, en polos de la carne.
Cuando creyó muerto el deseo y murmuró:
«Corazón, no tengo nada»; fue cuando lo obtuvo TODO,
sobre todo, ese amor, ¡ay, ese amor! Tu amor Rigpa.
5-3-1979
*