Como todos sabemos, para el funcionamiento de los hornos de fundición se empleaba carbón. De aquí saldría la escarabilla. El carbón, ya quemado, era extraído de los hornos y depositado en las escombreras formadas junto al río Nervión. Aquí las mujeres y los niños, principalmente, revolvían entre los montones de escarabilla buscando trozos que no se habían quemado totalmente para emplearlos como combustible, debido a su elevado poder calorífico, en las chapas de las casas. Son precisamente estas mujeres y niños los que recibían el nombre de escarabilleros, que más adelante se convirtió en seudónimo del pueblo.
Por las propiedades que presentaba la escarabilla (dureza y porosidad) nuestro Ayuntamiento pedía a Basconia que determinadas zonas vertiesen los escombros para cubrir los caminos evitando que se formasen barrizales.
Es también de aquí de donde sale el mote de escarabilleros, que se daba a los habitantes de nuestro Pueblo debido al aspecto que presentaban sus calles, donde más de uno de nuestros padres destrozó la suela de sus alpargatas nuevas. Así tenemos que las mujeres, para evitar que se estropeasen los tacones de sus zapatos, solían llevar unas alpargatas para cruzar los tramos cubiertos de escarabilla escondiéndolas después en alguna zarza para la vuelta.
Tal apogeo cogió el mote de escarabilleros, que en los bailes que se organizaban en los alrededores todas las mujeres que vivían en nuestro pueblo quedaban marcadas como escarabilleras, lo mismo que las de Arrigorriaga recibían el nombre de pajeras y Arrigorriaga el de la paja.
Otro dato curioso es que Basauri, con tener una población superior a la de Galdakao, moría menos gente de tuberculosis. Investigaciones posteriores han demostrado que se curaba con una pastilla derivada del cock, es por eso que en Basauri no había prácticamente tuberculosis, ya que la escarabilla es precisamente uno de esos derivados del cock, y ésta cubría los caminos del Pueblo.