Vivir en la casa de los padres

 

Ya sabes como son los padres

que piensan que no acabas de crecer

siempre pendiente de tus amistades y el libro que te acabas de leer.

Están seguros porque me educaron

y me pusieron todas las vacunas

que tengo que aguantarles cada una

que me halen las orejas delante del vecindario

que si hablo, que si digo, que si pienso

que si tengo que entregarle la mitad de mi salario.

Y aunque me porto bien y ya soy grande

hay que pedir permiso pa' salir

y regresar antes que den las 12

porque aunque toques no te van a abrir.

Pero en casa yo me siento cual vergel

aunque hay gente que me dice que esto parece un cuartel.

 

Estribillo

Mándame una remesa pa' no caer en el pozo

mira que se están muriendo mis tíos más poderosos.

 

La casa la vamos llevando con lo que produce la guarapera.

El viejo que sabe torcer tabaco

y la vieja que es tremenda curandera.

A veces dirigimos un deporte o destilamos un alcolifán.

Pues ya no dependemos de esos tíos

que por reirles la gracia nos mandaban el dinero.

Ahora dependemos de nosotros

y de la buena voluntad de mis hermanos que se fueron.

Quiero llegar a los 74, que en mi casa es el promedio de vida

comiendo bajo en proteína y grasa

y haciendo mucha bicicleta fija (o china).

Pero en casa yo me siento como en casa.

Aunque hay gente que se casa

para irse de mi casa

 

Estribillo

 

Ahora tengo un nuevo invento para que mi familia sobreviva

le alquilo un cuarto a esos primos lejanos

que gustan de nuestro estilo de vida.

Y aunque la casa está algo apuntalada

conserva todavía su majestad.

Nosotros nos quitamos la comida

porque andamos calculando un negocio a largo plazo

y les tocamos música divina

pa' que vayan con el tiempo asimilando los garbanzos.

Yo se que en tu casa no hay apagones

y siempre está repleta la alacena

que puedes expresar tus opiniones

y hay muchos mas canales en tu antena.

Pero en casa yo me siento como en casa.

Calabaza, calabaza, cada uno a hacer un flan.

 

Estribillo.

 

Letra y música: Frank Delgado.

La Habana, Mayo de 1998.

 

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