Bolero
nostálgico para artistas emigrados
Aló, Estocolmo, cómo está señor violín
?
le
sienta bien la sinfónica y ser el primer atril.
Yo sé que a veces pega duro el frío
que el idioma es un hastío que no te
deja vivir.
Yo sé que tú prefieres la charanga
pero el mundo es una ganga y no te da
para elegir.
Aló, Caracas, cómo está doña Talía
cómo le va en la porfía de vivir del
culebrón ?.
Yo sé que es preferible un melodrama
que ser la primera dama de un teatro sin
función.
Yo sé que tu belleza se marchita
y es mejor en Santa Rita que en el Barrio Luyanó.
Yo te adoro, yo te adoro
y tengo penas vitales por ti.
Y entre los dogmas medievales te defiendo.
Yo te entiendo, yo te entiendo
y espero que hagas lo mismo por mí.
Aló, Miami, cómo está señor paisaje ?
Era de ida el pasaje, lo sabía hasta el
Emir.
Yo sé que nada inspira y encabrona,
cargar en tu vieja Poma agua para
subsistir.
Si un día se te olvidan los manglares
por correos celulares, te los voy a
remitir.
Aló, Canarias, cómo estás señor poeta
?
Me contaron de la arenga que diste en
Radio Martí.
No sean tus plumazos inspirados
para un solo condenado, pues te puede
repetir.
Y espero que en aquel País profano
los alcoholes sean más sanos que el bouquet del azuquín.
Aquí La Habana, al otro lado de la línea.
Yo te cambio mi gramínea por un cuento
de París.
Andamos como putas en cuaresma
cada uno con la regla o un período
sutil.
Recuérdame en un día de neuralgia
y en tu cuarto y con nostalgia, guarda un
sitio para mí.