La otra
orilla
Yo siempre escuché hablar de la otra
orilla
envuelta en una nube de misterio.
Allí mis tíos eran en colores
aquí sencillamente en blanco y negro.
Había que hablar de ellos en voz baja
a veces con un tono de desprecio.
Y en la escuela aprendí que eran gusanos
que habían abandonado a su pueblo.
Estribillo
Bailando con Celia Cruz, oyendo a Willy Chirino.
Venerando al mismo Santo y con el mismo padrino.
Allá por la Sawesera, Calle 8 o Jallalía
anda la media familia que vive allá en la otra orilla.
Un día tío volvió de la otra orilla
cargando con su espíritu gregario
y ya no le dijeron más gusano
porque empezó a ser un comunitario.
Y al fin llegó el fatídico año ‘80
y mi familia fue disminuyendo.
Como años antes pasó en Camarioca
el Puerto del Mariel los fue engullendo.
Aún continúa el flujo a la otra orilla
en vuelos regulares y balseros.
Y sé que volverán sin amnistía
porque necesitamos su dinero, o su
consuelo, yo no sé.
Se hospedarán en hoteles lujosos
y pagarán con su moneda fuerte.
Y aquellos que les gritamos escorias,
como yo
tendremos que tragarnos el nombrete, no
digo yo.
Bailando con los Van Van, oyendo a Silvio y Pablito.
Haciendo cola pa’l pan, o compartiendo
traguito.
La dignidad y la distancia son más de 90 millas.
Yo decidí a cuenta y riesgo
quedarme aquí en esta orilla.
Bailando con Celia Cruz, oyendo a Silvio y Pablito.
No le digan más escoria, que esos son los marianitos.
Bailando con Celia Cruz, oyendo a Silvio y Pablito.
En mezcla tan informal, merengue con planito.
Bailando con Celia Cruz, oyendo a Silvio y Pablito.
Puede que el pan se demore, aguanta hermano un poquito.
Bailando con Celia Cruz, oyendo a Silvio y Pablito.
Por mucha escasez que haya yo te brindaré un traguito.
Bailando con Celia Cruz, oyendo a Silvio y Pablito.
Esa emisora mi hermano, ponla un poco más bajito.
Bailando con Celia Cruz, oyendo a Silvio y Pablito.
Dicen que vienen llegando, cuidado con tu optimismo.