Konchalovski
hace rato que monta en Lada
Ya no podré leer más ningún libro de
esos
de Editorial Raduga, de Editorial
Progreso.
No podré disfrutar más de aquel Tío
Stiopa
de estatura increíble y tan horrible
ropa.
No te puedo negar que los ojos me arden
y no podré tomar el té negro en las
tardes.
El teatro Bolshoi aún no ha sido
saqueado
hay Noches de Moscú, crimen organizado
los Estudios Mosfilm seguro que han
cerrado.
No me volveré a emocionar con Siberiada.
Konchalovski hace rato que no monta en
Lada.
No podré disfrutar de aquellas olimpíadas
con los soviets ganando todas las
medallas.
La Kasánkina grita: no me dejen sola.
Serguei Bubka se venga y toma Coca Cola
con Salenko, que juega en la Liga Española.
Estribillo
Alguien a mí me preguntó si me había leído El Capital
-Sí, pero a mí no me gustó, pues la heroína muere al
final.
En fin, que no me gusta tanta economía novelada
que escribió el tal Carlos Marx.
Ahora que los censores no pitchean bajito
ya podemos burlarnos de sus muñequitos.
Ahora que los
ministros cambian las
banderas
podemos hablar mal de su industria
ligera.
Hoy que llevo en la frente el cuño del
vencido
y me acusan de muros que al fin se han caído
puedo ser post-moderno, perder el
sentido.
Renegar de la utopía en que creo
O ensañarme con toda la ley del deseo
con la momia de Lenin y su Mausoleo.
Hoy que sólo del vodka queda la resaca
yo me niego amor mío, cambiarme la
casaca.
Hoy que los Konsomoles van pasando de
todo
abrázame mi China, y no me dejes solo.
Y mientras Fukuyama repite iracundo
que estamos ante el fin de la Historia
del Mundo
mi amigo Benedetti abre el tomo segundo.