Entrevista del diario los Andes de Mendoza

¿Es difícil encontrarlos o parece difícil?

T: -Mucho no nos gusta el tema de los reportajes.

Ch: -No, no. Si nos buscás, nos encontrás.

Pero hay muchos periodistas que me dijeron que ni se me ocurriera hacer una nota
con ustedes...

T: - Tuvimos muchos problemas y decidimos no dar más notas. Las damos cuando
tenemos ganas. Pensamos que algunos medios tienen una manera de informar muy
especial, poniendo las bandas como rivales. Nos comparan con Los Redondos, Los
Piojos, Red Hot Chilli Peppers y nada que ver. La idea nuestra es unir y tocar con
otras bandas, hacer cosas juntos. Meter el fútbol y el rock en la misma bolsa no es
bueno. No hay que buscar enfrentamientos si estamos todos pateando para el mismo
lado.

¿Ese enfrentamiento los hace aún más misteriosos?

T: -Nos encanta decir cosas, por eso aprovechamos estas notas, que son cada
mucho tiempo, para hablar.

Ch: -Lo que sí es cierto es que por ahí vienen de un colegio y nos piden una nota y
la hacemos. Ellos buscan otra cosa.

Insisto con su perfil bajo y su poca aparición. Hasta la misma compañía discográfica
que los tiene a ustedes dudaba de que esta nota se hiciera.

Ch: -Sí, sabemos que es difícil estar acá, sentado con nosotros. Pero no es que nos
hacemos los difíciles. Es una cuestión de ver si el chabón o el diario que te pide la
nota es copado o no.

T: -Por una cuestión de cómo pensamos, no creemos que sea coherente darle notas a
cualquiera.

Ch: -Siempre nos han tocado periodistas que no pusieron lo que nosotros realmente
dijimos, o buscaron la vuelta para que hubiera alguna trifulca con otra banda.
Siempre buscaron escándalo.

T: -Y cuando tocamos tenemos mil quilombos con los pibes hinchas de distintos
clubes. Como somos de Mataderos, piensan que somos de Nueva Chicago y
ninguno de nosotros es de Chicago, y los que le tienen bronca a Chicago vienen a
nuestros recitales y arman unos líos bárbaros. Esos enfrentamientos los crearon los
medios. Por eso, preferimos callar.

¿Comparten el público con los Redondos?

T: -Sí. La gran mayoría que va a ver los Redondos nos ve a nosotros.

¿Y qué más comparten?

T: -Que ensayan en el mismo lugar que nosotros. A veces creo que tenemos los
mismos problemas y por eso nos parecemos mucho.

Ch: -Nosotros nos cruzamos siempre con los Redondos en la sala de ensayo, pero
no somos tan amigos como muchos piensan. No se dio. Ellos son más enigmáticos
que nosotros. No se dio la amistad que tenemos con (Ricardo) Mollo, Los Piojos,
Caballeros de la Quema...

¿Siguen produciéndose en forma independiente?

T: -Totalmente. Lo único que hacemos es darle el disco terminado a Polygram.

¿Por qué siendo tan independientes están bajo el contarto de una multinacional?

T: -Es medio contradictorio. Polygram es una multinacional, pero nos sirve para
difundir lo que nosotros queremos decir, entonces aprovechamos eso. El contrato
que tenemos con ellos es que hacemos los discos, se los entregamos y ellos los
venden.

Ch: -En realidad, eso se dio porque nosotros en una primera época eramos
independientes y llegó un momento en que no podíamos bancar más esa situación.
Los dos primeros casetes los hicimos como pudimos, pero después la gente pedía
más y no nos daba el cuero. Los CD ya no eran tan fáciles de hacer como los casetes.
Entonces, Polygram cayó en el momento justo, porque se nos venía un problema
grande. Otras compañías ofrecieron contrato pero la única que aceptó las
condiciones que poníamos nosotros fue Polygram. Parece mentira que una
multinacinal nos dé mejor trato que las nacionales que la van de progres.

¿Ustedes mandan por sobre todas las cosas?

Ch: -En todo. Elegimos el corte, la tapa, los dibujos, todo. Como La Renga siempre
funcionó bie, ellos no tocan nada.

¿La Renga siguen siendo ustedes tres o ya son cinco?

Ch: -Los pilares somos nosotros tres. Somos los que arrancamos juntos, pero el
número no nos jode. Es más, el Gordo Gaby (el manager) es uno más.

Pasaron 11 años desde que La Renga salió a la calle. ¿En qué cambiaron?

T: -A nivel económico nos cambió mucho. Nos pudimos comprar nuestras casas y
desde hace muy poco vivimos exclusivamente de la música. A partir de
Despedazado... nos dimos cuenta que la banda nos requería mucho tiempo.

Ch: -Yo creo que nos dimos cuenta que esto venía muy fuerte cuando hicimos el
disco en vivo. Cuando llenamos el primer Obras nos dimos cuenta que teníamos una
responsabilidad mayor. Entonces, empezamos a ver la parte técnica, a comprar
equipos, a sonar distinto. Pudimos comprar mejores instrumentos. Eso se nota en las
grabaciones.

¿Siguen tocando temas de Credence?

Ch: -Siempre. Es una banda en común que tenemos. Cuando zapamos siempre sale
algo. Aparte de Creedence, nos une Led Zeppelin, Iggy Pop y algunos otros.

¿Por qué el disco nuevo no tiene nombre?

T: -Salió así. Nos encantó la estrella y no quisimos ponerle nombre.

¿Será por la buena estrella de ustedes?

T: -Puede ser... Esa es la estrella americana. Es la buena estrella y siempre nos dio
suerte. Aunque también nos dio algún problema con la compañía. Para nosotros,
ellos son los que se encargan de vender el disco y punto. Por eso, después que
vieron el CD nuevo y todo en cartón, nos empezaron a decir que en los
supermercados no lo podían vender y algunas otras cosas, pero salió así y nos
gusta.

¿Este es el paso más importante que han dado?

Ch: -Todos los pasos que dimos fueron importantes. Vos preguntas si nos cambió la
vida, y sí... nos llenó de sorpresas a cada momento.

T: -El disco anterior se vendió mucho y creo que había una presión inconsciente de
ver cómo salía el nuevo disco. Mucha gente nos conoció con Despedazado... y eso
que nosotros veníamos laburando desde hace mucho. Es más, varios pensaron que
ése era nuestro techo.

¿Y creen que conformaron esas expectativas?

T: -Los que nos siguen desde hace tiempo sabían que venía un cambio. Ya en vivo
mostrábamos que los temas nuevos sonaban algo distinto a los viejos. De la misma
manera creemos que el disco nuevo es bueno y por lo menos se está vendiendo muy
bien.

¿El barrio los sigue tratando bien?

Ch: -En general, sí. Hay distintos tipos de gente. Hay mucha que nos está
conociendo ahora. Antes yo caminaba por el barrio miles de veces y nadie me daba
bola. Ahora todos me saludan. Algunos porque son forros, otros no.

¿Con los fans tienen contacto?

T: -Sí. Eso es primordial para nosotros. Nos gusta mucho comer asados. Vienen
muchas bandas de otros lugares y nos reunimos, nos cuentan sus cosas y nos tiran
ideas. Hay una anécdota muy buena con eso de los fans. Hay bandas que alquilan
micros y van a vernos donde toquemos. Unos chicos de San Miguel alquilaron un
micro y viajaron a Córdoba. El bondi los dejó en la puerta del estadio y se fue. Los
dejó tirados. Nosotros hablamos con la gente del estadio para que pudieran dormir
ahí y no se los llevaran en cana. Esos pibes se juegan por nosotros. Lo menos que
podemos hacer es juntarnos a comer un asado con ellos.

¿Les conmueve ver esos chicos que los siguen?

T: -Nos sentimos un poco de todo: amigos, responsables, enemigos. Esos chicos
que se quedaron solos en Córdoba te despiertan algo en la cabeza. Vos te das cuenta
que hacen un sacrificio de ir a todas partes y te das cuenta que defienden lo que
pensamos nosotros, para que se haga más fuerte.

¿Qué es lo que piensan ustedes?

T: -Cuando se formó La Renga no pensamos en hacer un género específico.
Pensábamos mucho en la amistad, la unión, sentir algo y defenderlo, defender los
derechos humanos - no tanto los sociales porque no estamos muy de acuerdo con el
sistema - Esas son nuestras banderas.

Ch: -Que no se pierda un poco la parte del espíritu, de apretar una mano y decir
"confío en vos". Está todo muy jodido, viejo. Todos se preocupan por joderse, va
todo muy rápido, se pasan por arriba, tratan de pisar cabezas para trepar a un lugar
que ni conocen. Con eso se pierde el espíritu. Quizás nosotros fuimos creciendo y
podemos vivir más cómodos que antes cuando laburábamos y tocábamos, pero el
espíritu lo seguimos manteniendo intacto. Eso fue lo que nos llevó hasta acá. El
espíritu de rebelión, de hacer correr la sangre por las venas, construir algo que sirva.

¿Les cuesta mantener ese espíritu?

Ch: -No, para nada. Lo sentimos cada vez más.

T: -Es lo único que no nos cuesta.

Después de llenar varios estadios, como lo han hecho, ¿no sienten que son
mejores?.

Ch: -No... Después de llenar estadios salimos a tapar muertos al toque... (risas). En
realidad, nos sentimos medio vacíos.

T: -Hasta el día del recital, nos come la impaciencia y después extrañamos todo eso.

¿Grabarían un unplugged?

T: -No. Inclusive la MTV nos ofreció grabar un show eléctrico, pero les dijimos que
no, porque teníamos que ir a Miami, y no nos pareció que fuese a funcionar. Acá
sentimos otras cosas. Nosotros funcionamos mucho a partir de lo que recibimos de
la gente. Hay cosas que nos salen nada más que en vivo.

Hay muchas bandas de rocanrol que terminan vaiando sus propuestas. ¿A ustedes
les cuesta ser fieles a ese rock poderoso que hacen?.

T: -Los temas los hace Chizzo y le salen así.

Ch: -Qué sé yo... es lo que me sale. Hay sonidos de bandas nuevas que son lindos
pero nosotros no nos vemos haciendo cosas raras. Capaz que el día de mañana se
nos ocurra cantar tangos y eso sería bueno. Por ahora, lo que nos gusta es lo que
suena crudo, eléctrico, donde el parche de la batería explota y donde el bajo se
escucha gordo. Así nos gusta la música. Esta es nuestra forma de expresarnos y veo
muy difícil que cambiemos.
                                                Walter Gazzo

                                      Diario Los Andes - Mendoza

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