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Especial Concierto de Barcelona - Julio´99 El Viaje

 

He tratado de resumir en unas líneas cómo fue el viaje hacia Barcelona, así como el concierto que durante cerca de 2'30 horas hizo vibrar a las cerca de 15.000 personas que estábamos presentes en el Palau Sant Jordi de Barcelona.

 

Por fin llegaba el día esperado, 12 de Julio de 1999, habíamos estado esperándolo desde hacía muchos años, pero sobre todo desde hacía cerca de un mes cuando adquirimos las entradas.

Eran las 16'10 cuando el Euromed inició su trayecto hacia la estación de Sants de Barcelona. A bordo, en los asientos 5C y 5D del coche 6, Juan y Yo. Como el documental de la tele era insoportable, empezamos a calentar motores con la discografía completa de MetallicA cargada en el Discman, y de paso amenizar las tres horas que se tarda en recorrer los 350 Km que separan Valencia de Barcelona. Las azafatas nos daban la bienvenida mientras nos repartían unos caramelos así como unos auriculares, para iniciar el trayecto puntualmente.

 

 

A las tres horas, como se había previsto llegábamos a Sants, eran las 19'10 y había que hacer algo hasta que empezase el espectáculo. Así que como buen hincha del Barça que soy, propuse a Juan y Álvaro, que había llegado en coche, enseñarles las instalaciones del Camp Nou. ¡ Aceptaron ! Algo dificil de entender cuando os cuente que son hinchas del Madrid y Athletico respectivamente ¿no? Pero bueno, el caso es que se quedaron con las ganas, porque llegamos pasadas las 8 y acababan de cerrar. ¡ Qué putada ! Después de haber llegado andando desde Sants. Un bocadillo para reponer fuerzas y a perdernos en el metro de Barcelona para acabar en la Plaza de España y empezar la subida a Montjuic. Desde allí ya se veían a los miles de fans, que como nosotros habían llegado de todas partes para ver en directo a sus ídolos.

Eran las 20'45 y estábamos pasando el control de acceso al reciento, por cierto, menudo control, si lo llego a saber me habría llevado la videocámara, pero bueno, ¡ Por fín dentro !. En 15 minutos salían a escena los Monster Magnet, así que había que buscar un buen sitio. Nos decidimos por un lugar en la grada lateral y aguardamos impacientes, viendo cómo se llenaba poco a poco el Palau.

 

 

A las 21'00 los Monster Magnet empezaban a calentar el ambiente con su Heavy Metal, recordando los inicios de Metallica. El cantante se dedicaba a correr de un lado a otro del escenario, a saltar y a destrozar guitarras. Sobre las 21'50 nos dijo, "Are you ready for Metallica?", todos dijimos que sí. Acabaron de tocar la canción y se despidieron de todos. El espectáculo iba a comenzar.

A las 22'15 se realizó la última prueba de sonido, y después se apagaron las luces. En ese momento se desató la euforia. Todos comenzamos a corear el nombre de Metallica. Y a los cinco minutos, sobre las 22'35 saltaban al escenario Jaymz, Lars, Jason y Kirk, al mismo tiempo que se encendían las luces. Estaban a punto de empezar, ahora sólo se trataba de hacer de aquel momento algo inolvidable.

Sin mediar palabra, encadenaron Breadfan y Master of Puppets, hasta que Jaymz se dirigió a nosotros: " We are Metallica, but tonight, you are Metallica!" Todos empezamos a gritar, y siguieron con Of Wolf and Man, The Thing that Should not Be, Fuel (¡ espectacular !, con unas llamaradas de fuego de tres metros a cada lado del escenario coincidiendo con el inicio de la canción), The Memory Remains y Bleeding Me. Después, Jason cogió un vaso de agua, se fue al centro del escenario y nos dijo: " Gracias for Metallica, Salud, and Fuck You !", lanzó el vaso al público y nos brindó un solo alucinante con el bajo.

Tras esto el resto del grupo se unió a él para empezar con Seek & Destroy. La temperatura crecía por momentos, así que camisetas fuera y a botar como posesos coreando las letras. A mitad de canción, Lars se marcó un solo con la batería, increíble. Ahora solamente faltaba la exibición personal del Rey con su guitarra, pero habría que esperar un poco más.

Siguieron con For Whom the Bell Tolls, en la que faltaron las campanadas y ahora sí, Jaymz pronunció las palabras mágicas: " Kirk, show them !", se retiraron del escenario, y allí se quedó Kirk con su guitarra negra de cantos blancos homenajeando a su ídolo, Jimmy Hendrix. Nos dejó boquiabiertos con esos sonidos agudos y distorsionados. Había valido la pena todo.

Luego, siguieron con King Nothing y Wherever I May Roam, antes de que empezaran a oirse los disparos y helicopteros que anunciaban que One acababa de empezar. El Palau se vino abajo. La gente cantaba, saltaba, gritaba, era increíble. Todos esperábamos con impaciencia que Jaymz pronunciase el estribillo final para dar paso a esa exibición mundialmente conocida de guitarras, bajo y batería a modo de ametralladoras y que yo siempre había soñado poder presenciar en directo, fue algo indescriptible, había que vivirlo.

Tras esto, continuaron con Fight Fire With Fire , fuegos artificiales incluidos, similares a los utilizados en Fuel y One, para al terminar despedirse de todos nosotros y abandonar el escenario. Todos empezamos a corear su nombre, no podía haberse acabado, todabía faltaba el bis pensábamos. Y así, tras hacerse de rogar durante unos diez minutos, volvieron a saltar al escenario.

Jaymz, cogió un taburete, se sentó en el centro del escenario y empezó a interpretar Nothing Else Matters, a lo que la gente respondió encendiendo sus mecheros. Luego, continuaron con Sad but True, Creaping Death, Die, Die my Darling y Enter Sandman para despedirse de todos nosotros con Battery. Después empezaron a lanzar púas al público de las primeras filas y desaparecieron como héroes en la obscuridad del escenario.

Todo había terminado, aquello por lo que habíamos soñado toda nuestra vida acababa de pasar por delante de nosotros y ahora tocaba volver a la realidad. Así que salimos del Palau y nos fuimos a dar una vuelta por la madrugada de Barcelona, una de las ciudades más bonitas del mundo, pero a la que no le perdonaremos que no tuviera ni una maldita fuente aquella noche, ni siquiera una máquina de Coca-Cola en la que poder beber. Menos mal que encontramos un bar de mala muerte en el que se ve que no dormían nunca y nos vendieron unas botellas de agua con las que refrescarnos. Después nos fuimos a la estación de Sants y nos dormimos en un banco de la calle mientras esperábamos que saliera el tren de vuelta a Valencia.

A las 7 de la mañana ya nos habíamos ido de Barcelona y pocas horas después llegábamos a casa. Sin duda, el verano acababa de empezar de la mejor manera posible.

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