De un amor amargo que endulzó mi vida,
de tu piel atada a mi melancolía,
me quedarán madrugadas amando al silencio
y intentos de poesía dirigidos al aire.
Aprenderé a verte suspendido tras una estrella,
a sentirte con cada caricia del viento en mi piel,
a escucharte en el murmullo del silencio,
que solo me hablará ya de ti,
a empaparme de ti con cada lágrima tuya,
que caerá en forma de lluvia sobre mí,
en la belleza de un amanecer,
encontraré el color de tu voz,
le hablaré a tu ausencia y
le daré un abrazo a tu espacio vacío.
Mientras exista la noche,
y traiga con ella a la luna,
yo me seguiré enamorando,
de una historia sin principio ni final,
de algo no palpable,
de un sentimiento eterno,
de un amor etéreo
de unos besos que han muerto justo al nacer,
No se acaba el amor,
el que tu no estés no te apartaré de mí,
no estarás en ti ni en tu cuerpo,
estarás donde está el recuerdo,
y ése siempre estará conmigo,
metido en mi sangre,
en mi cuerpo,
rasgándome cada rincón,
arañándome el alma
clavada tu esencia en mi corazón.
Materializaré el amor,
convirtiendo el pensamiento
en estremecimiento
con roces invisibles de tus manos.
El futuro junto a ti era mi amigo,
cuando te vayas,
será el destino mi mayor enemigo,
pero jamás conseguirá asesinar mis noches junto a ti.
Ni entristecera mis ojos...
tendrán por siempre tu reflejo.
Estarás en mí...y en todo,
estarás, porque si no estás...te inventaré.
Estarás en lo intocable, pero estarás,
porque estarás en mí.
Cuando quiera impregnarme de ti,
sólo tendré que mirar la luna, la nuestra,
ésa que cambiará el color de su luz,
y hará que su brillo se torne verde azul... como tus ojos.
Luna mística y serena,
por siempre dueña ya de mis fantasías.
Le daré yo sola vida a un sueño,
y te seguiré escribiendo,
porque un poema tampoco se ve,
es la luz que nos permite ver,
y lo que yo quiero que veas... es vida.
No te olvidaré, intentarlo,
es recordar que es imposible,
solo lo haré quizás,
el día que se pueda dibujar
el sonido de una lagrima,
o pueda retener con las manos agua,
parar el viento,
encontrarme al Sol de noche,
o escuchar cómo abre una rosa sus pétalos...
Si aprendimos a sentir con intensidad,
lo llevaremos hasta la eternidad.
Espérame, que a nuestro lecho de estrellas,
yo algún día llegaré... espérame.
A.Y.S.P.S 1