Al Azif
Desconocido
Al Azif: Fragmentos Del Necronomicon
Descifrados de un criptograma isabelino único por David Langford Reconstruido, con ciertas adiciones necesarias y un prólogo explicativo por Robert Turner
En la presentación del siguiente texto me he atenido estrictamente al orden del temario original que se mantiene en el criptograma de John Dee. Aquellas partes en las cuales se han omitido los títulos, las ofrezco bajo otro que encaja con el contenido de la correspondiente sección del manuscrito. De hecho, sólo cuatro de los dieciocho fragmentos individualizados que forman el manuscrito tenían titulo. Los he presentado tal como sigue: DE LOS DIVERSOS SIGNOS, LA VOZ DE HASTUR, DE KADATH EL DESCONOCIDO y PARA INVOCAR A YOG-SOTHOTH (partes IV, X, XII y XIV respectivamente). Mis razones para adoptar estos títulos quedarán bien evidentes con una atenta lectura de las partes más sobresalientes del texto.
Para evitar las confusiones que invariablemente surgen cuando se trabaja con manuscritos escritos antes de la normalización del lenguaje, he adoptado un sistema que creo mantiene fielmente el tono y la atmósfera del texto original participando, al mismo tiempo, de las ventajas del inglés moderno. Las variaciones de la ortografía fueron también un factor primordial en la traducción de los diversos nombres de los entes: Yog-Sothoth venia dado por Yugsoggoth y Jogshothoth; Hastur como Haystir, H'stre y Haaztvr; Cthulhu como Cethulv, etc. Por tanto, en interés de la coherencia y la inteligibilidad, en todos los casos he adoptado en todo momento las ortografías reconocidas por los modernos estudiosos de los Ritos Cthulhu.
Los diagramas que aparecen en el texto se han extraído de tres fuentes: la primera, de las laboriosas y complejas descripciones indicadas en el cifrado. En segundo lugar, de un sistema de cuadrado mágico inherente al criptograma, que se basa en una lámina clave que proporciona la necesaria secuencia de líneas de interconexión empleadas para formar figuras lineales representadas en el texto. En tercer lugar, de algunas obras independientes sobre magia a los que se hace referencia en el criptograma; The Clavicules of Solomon y Three Books of Occult Phylosophy de Cornelio Agripa, por citar sólo los principales. Y en cuarto lugar, de una combinación de los tres métodos indicados. Los diagramas del Circulo de Piedra y los Signos que deben darse tienen su origen en la primera fuente (ver partes III y IV). El Alfabeto de Nug-Soth y la figura de la Fórmula de Dho-Hna (La telaraña en ángulo), el Signo mayor y el Sello de Koth se deducen de la segunda (ver partes IX, XVIII y IV). Con el tercer método se obtuvieron los caracteres Marte y Saturno que se indican en EL INCIENSO DE ZKAUBA (parte V), (cotéjese con Three Books of Occult Phylosophy, de Cornelio Agripa), y de forma parecida, los símbolos a grabar en la Cimitarra de Barzai (parte VIII) se tomaron de un manuscrito del siglo XVI de la Llave de Salomón (ver manuscrito adicional 36.674, Biblioteca del Museo Británico). Todos los demás diagramas se construyeron de acuerdo con el cuarto método. Por ejemplo, el contorno básico del Círculo de Evocación indicado en la parte XIV del texto se tomó del sistema de cuadrados mágicos, trazando líneas entre los puntos tal como se indica. Los símbolos Planetario y Zodiacal que ocupan los ángulos del octograma del texto descriptivo, así como las figuras de las constelaciones Aldebarán, Caput Algol, Cor Scorpii y Las Pléyades, del Second Book of the Occult de Cornelio Agripa (páginas 320 a 323}. La inscripción en el Talismán de Yhe es la pelambre ORKA traducida al Alfabeto de Hichus el Adivino, tomada, tal como se indica en el criptograma, de The Polygraphia de Abbot Trithemius. Como tanto Trithemius como Agripa emplearon el simbolismo procedente de fuentes increíblemente antiguas, las referencias que hay en el cifrado sobre The Polygraphia y Three Books of Occult Phylosophy (ambos del siglo XVI) arrojaron poca luz sobre la antigüedad real del Necronomicon. De la misma forma, muchos de los sellos y caracteres indicados en The Key of Solomon son de origen desconocido y, sin duda, de fecha anterior a las más antiguas versiones conocidas de la obra. Todo lo que puede decirse con alguna certeza es que la existencia del Necronomicon implica la supervivencia de una tradición que se remonta muy lejos, hasta el oscuro y lejano pasado. ¿Hasta dónde? Nunca podremos saberlo.