Sangre, quiero más sangre
por Muerte 1998


Sangre, ese es mi único pensamiento, sueño y vivo solo por y para la sangre. No se, como describir la sensación que me produce ese precioso liquido rojo, es una sensación de euforia desenfrenada, cuando veo como fluye el liquido, todo mi cuerpo se siente agusto. Esa obsesión la llevo conmigo desde la tierna infancia, me acuerdo que una vez vi a un niño que se caía y se hacia una herida en la pierna, rápidamente me acerque a el, para ver la herida, el me pidió ayuda y yo seguí allí impasible, sin prestarle la menor atención, mi vista y todos mis sentidos solo eran para ese precioso liquido, que gorgoteaba en la pierna de aquel niño, con una belleza inusual. Esa afición o manía, es mi terrible secreto y pesadilla, solo vivo y existo por esa sustancia, sin esa sustancia, mi vida no tendría ningún sentido, por ella trabajo en un hospital extrayendo sangre a la gente. Pero si la afición se quedase solo ahí, seria magnifico pero aquella cosa, esa extraña sensación me obliga, a ver mas sangre durante el resto del día, por eso me dedico en mis tiempos de ocio, ha realizar algún que otro descuartizamiento, todo ello realizado con la mas absoluta discreción, ya que ante todo yo soy un enfermo, y como las personas enfermas necesitan sus medicamentos, yo necesito la sangre para vivir, es ella la obsesión de mi vida, es mi único amante y mi único deseo, no tengo tiempo para otra cosa que no sea la sangre, ella ocupa todo el tiempo de mi vida.

Suelo matar una persona diariamente, solo por esa extraña necesidad imperiosa, pero claro antes de matarla, la explico porque la tengo que matar, la cuento sin ningún pudor mi problema, pero naturalmente ellos en vez de compadecerse de mi, se ponen a gritar de una forma histérica, y yo naturalmente les tengo que hacer callar antes de que les de un sincope, ante todo mi amabilidad, luego obligado por mi extrema necesidad, les voy descuartizando poco a poco, siempre comenzando por los ojos, son mi mas profunda debilidad.Llevo haciendo esto desde los 18 años, y todavía nadie me ha pillado con las manos en la masa, naturalmente porqué no dejo ningún detalle al azar, por eso me veo en la obligación de incinerarlos, en el horno de mi casa, algunos amigos míos se extrañan de la suciedad que tiene, si supieran para que lo utilizo, se quedarían mudos.¿Y para que todas estas precauciones?, se preguntaran, pues todo porque esta sociedad, ustedes no me comprenden, yo que soy solo un miserable enfermo que necesita la sangre para sobrevivir, no es comprendido por ustedes, mamíferos indeseables, que se alimentan con animales, que contienen la misma sustancia que yo necesito para vivir, extrañas costumbres las suyas y luego, se preguntan porque lo hago, y dicen que soy un loco. Sencillamente cosas de la vida, yo que soy un enfermo que solo tiene una extrema necesidad, no me la quieren conceder por simple avaricia, que desaprensivos que son, solo por una simple sustancia, de las muchas que hay en su cuerpo, y no me la quieren dar.En estos momentos estoy, en una habitación acolchada, de algo que ustedes llaman un hospital psiquiatrico, cada varios días me viene a visitar una persona con bata blanca, diciendo que me va ayudar, a curarme, yo le replico que no necesito ayuda, solo soy un enfermo con una extraña necesidad.El hombre de la bata blanca, me ha dicho que voy a estar aquí encerrado varios años, hasta que se me cure mi enfermedad, no se cuantos años estaré, pero seguro que no voy a poder aguantar, si dentro de poco no veo una gota de sangre fluir de algún cuerpo, me suicidare, porque como les digo mi única razón para vivir es la sangre y sino puedo ver sangre para que vivir...

Las horas van pasando lentamente, y aun me pregunto porqué me han encerrado en este lugar, por mi curiosa enfermedad, si aun me hubieran encerrado por descubrirme descuartizando a alguna persona, lo hubiera comprendido, pero no entiendo porque me han encerrado por absorber demasiada sangre en mi trabajo como enfermero, si es que me quede fascinado, viendo aquel liquido rojo, y el hombre al que le estaba sustrayendo la sangre, se puso a gritar y yo para hacerle callar le tuve que clavar la jeringuilla en uno de sus ojos misericordiosos, para que entendiera que no me dejaba hacer mi trabajo, luego me llevaron unos hombres vestidos de azul a un habitación oscura, y al mes siguiente me encontré delante de una sala llena de gente, entre la que también estaba el paciente insatisfecho, con un parche, entonces un hombre de túnica negra me dijo que explicase porque había realizado aquel, y yo le explique mi sencilla historia y mi extraña enfermedad, ya que creí que por fin alguien me comprendería, parecía un hombre razonable y todo, pero me declaro culpable de no se que, y me llevaron hasta esta habitación acolchada.Aqui llevo varios meses, y viendo que no quieren darme algo de esa preciosa sustancia, he decidido suministrarla de mi propio cuerpo, ¿que como haré eso?, muy sencillo primero me arrancare uno de mis preciosos ojos, para ver como va fluyendo mi sangre, alrededor de todo mi cuerpo, luego poco a poco y con paciencia me iré mordiendo todo mi cuerpo para ver fluir mas sangre y finalmente me arrancare el otro ojo, supongo que no sobreviviré, pero por lo menos satisfacere mi mas urgente necesidad y la única razón por la que vivo...



Escrito por Muerte 1998. Dedicado a H.P.Lovecraft, Alex de la Iglesia y John Carpenter

Volver a Relatos
1