EXCLUSIVO DE ESTA PÁGINA !!!


 
[Blue Ribbon Campaign icon]
Libre expresión en la red

Todo lo que usted quería saber sobre Dr. Jeckill pero temía preguntar. La versión sin cortes del libro que los abogados de la banda intentaron sin éxito impedir que se publique. Les adelantamos en carácter de primicia total una primera entrega de lo que será sin duda un verdadero boom editorial.

La biografía no autorizada de DR. JECKILL

Historia singular si las hay la gestación de ésta banda. La fase embrionaria comenzó a fines del 98, a instancias de Paolo Moscatelli, también conocido en los conciliábulos rockeros cómo "Toto", o "Gallego", guitarrista de vocación, que venía acompañado de una respetable reputación, en lo que a cuerdas se refiere, de que "la rompe". Tristemente cierto, me atrevo a decir, ya que rompe por lo menos una cuerda por ensayo. Además de su reconocida competencia instrumental, sus credenciales incluyen vastos conocimientos teóricos, así cómo acredita saber escribir música, aunque a veces la escriba sin tilde en la u.

Cansado de interpretar canciones de Perales en los ómnibus, Paolo se contactó con Ernesto Jara, eminente vocalista vernáculo y admirador confeso de José Vélez, quién se encontraba momentáneamente alejado de las tablas, y que se comenta moldeó un estilo vocal muy particular en base a tan dispares influencias cómo Backstreet Boys, Bárbara y Dick, Tremendo, y Aldo y sus Pasteles Verdes. Durante sus forzadas vacaciones, Ernesto enfocó su energía creativa hacía la composición, acercándole a Paolo una veintena de temas propios que el guitarrista devoró con fruición, decidiendo luego que mejor se dedicasen a realizar covers.

Lejos de mermar ésto el espíritu indómito del vocalista, éste le sugirió a Paolo la posibilidad de ampliar el espectro creativo del grupo acercando nuevos integrantes, idea que fué recibida con beneplácito. Es así que el novel dúo se contacta con Fernando Rey, veterano de guerra de varias oscuras agrupaciones locales, que se mimetizó inmediatamente con el sentir del combo (en especial del Combo 4), dejando en claro que estaba llamado a ser el verdadero "hombre de peso" en la interna de la banda.

Sus referencias no podían ser mejores, por lo tanto no lo fueron. Fueron peores. Ernesto y Paolo se vieron seducidos por la idea de contar con alguien que dominara tanto la guitarra cómo el bajo, ya que ésto abría interesantes perspectivas musicales. Luego de que le tomaran las pruebas de rigor, donde Fernando dejó bien en claro lo que podía hacer con la guitarra, la decisión fué unánime e inmediata: que se dedicara a tocar el bajo.

Corrían ahora los primeros meses del año 99 cuándo la banda se aprestaba a ensayar por primera vez, con el aporte invaluable de Roberto, baterista que se arrimó al grupo a instancias de Paolo. Ya desde el primer acorde Roberto captó el aura especial que rodeaba al grupo, aunque luego de no más de tres o cuatro ensayos, demostrando una clara visión de futuro en una decisión sopesada y sorprendentemente madura para alguien de su corta edad, Roberto les comunica la dolorosa noticia de que la banda era algo tan, tan especial, que decide abandonarla.

Para otros, ésto podía haber sido el fin del sueño de gloria, fama, dinero y mujeres, pero no para ellos, voluntariosos albañiles del rock nacional. Es entonces que el nombre de Franco Pisano comienza a ganar la calle. Experimentado baterista, es además la prueba viviente de que la primera impresión no es la que cuenta. Luego de su primer ensayo con la banda, los demás miembros estaban ya convencidos de recurrir a una caja de ritmos, más es entonces que Franco, en un movimiento táctico brillante digno de la más astuta estrategia bélica invitó a la banda a su casa con el objetivo de enseñarles su batería. Simplemente, amor a primera vista. A partir de ése momento, y a pesar de que las baterías no se tocan solas, el puesto fué suyo.

Así continuó esta saga por un tiempo, en espera de la incorporación del último y definitvo intergrante.

Probablemente el nombre de Gonzalo Rey no sea aún conocido para el gran público, lo cuál es lógico, además, pues nunca lo será. La banda decidió, en aras de ese valor inclaudicable para estos cinco uruguayos de ley que es la democracia, realizar un llamado abierto para los aspirantes a cubrir el puesto de tecladista. El susodicho Gonzalo fué el único que acudió al llamado, aunque llegó un poco tarde. Así y todo, fué una decisión muy difícil, que ameritó varias noches en vela y no pocos enfrentamientos intestinos, que amenazaron fugazmente la hegemonía interna. Al final primó la cordura y la banda se obsequió a si misma su integración definitiva.

Usted se estará preguntando, amigo/a cyber lector, que sería de una banda sin un buen manager. Creo que ellos también se lo preguntan, y siento que pronto lo averiguarán, puesto que tampoco tienen uno. La tan crucial cómo anónima tarea recayó en Daniel Terradas, hombre que ya es leyenda en la noche montevideana, y qué es además considerado un miembro más de la banda, siguiendo la tradición del "quinto Beatle", el "sexto Stone" o el "noveno Ocho de Momo".

 


Esto es todo por ahora. En sucesivas entregas les descubriremos más de ésta apasionante historia.


This page hosted by GeoCities Get your own Free Home Page
1