Los inicios musicales de Manuel García
García-Pérez (nacido en Barcelona, de pequeño iba mucho
por Albacete y por eso suscribe que la patria de uno es la infancia) se entremezclan
con los de su pasión por la pintura, afición que no ha abandonado
(como dato anecdótico, tuvo hace poco una exposición de su obra
en Barcelona). Las orquestas de baile que todavía recorren los pueblos
del país fueron la escuela en la que dio sus primeros pasos como músico;
y, tras haber pisado miles de escenarios, busca un proyecto propio.
Se mueve durante año y medio para montar un grupo, hasta que conoce a
Esteban Martín (el que después estuvo en Gabinete Caligari).
Con él empieza a componer canciones, y así nacen Los Rápidos,
un quinteto donde también militaban José Luis Pérez, Lluis
Visiers y Antonio Fidel (¿sabías que se llamaron Los Rápidos
porque consiguieron en sólo dos meses un contrato con EMI-Odeón?).
Y en noviembre de 1980 ya se encontraban grabando un disco.
Pese a la relativa repercusión
del álbum, el grupo realizó 300 actuaciones entre 1980 y
1982. En sus conciertos se añadía un componente escénico
(achacable en gran porcentaje a Manolo) que incluía explosión
de televisores, uso de herramientas, mecanismos y otros elementos que potenciaban
la dimensión de happening teatral de espectáculo.
Por otro lado, Quimi Portet Serdá (de Plana de Vic, Barcelona), a finales de los 70 ya estaba entre los componentes del grupo Kilimanjaro's. Posteriormente fue el promotor de The Dumpers, una formación hispano-australiana que funcionó durante 1979, hasta que puso en marcha su segundo grupo: Kul de Mandril. En tre sus actividades no estrictamente musicales se contaba también su participación como socio fundador de la compañía de teatro "La Troca" y del "Circo Sémola".
En la recta final de Los Rápidos
fue cuando se produjo el inevitable encuentro entre Manolo y Quimi, en la localidad
catalana de Hostalets de Balenyà (1982). Enseguida congeniaron y no tardaron
mucho tiempo en poner en marcha un proyecto común; Al principio aprovecharon
el material más abominable de Los Rápidos y los tocaban
los locales diciendo que habían pasado a ser Los Burros. Después
y antes de nada más, deciden fundar una compañía discográfica
independiente, Discos Kriminales. Sacaron el single de "Kul de Mandril"
y un montón de maquetas. Pero la cosa falló y dejaron la discográfica.
Al cabo de dos meses se centraron
ya como Los Burros, que eran Jordi Vila (posteriormente batería
de Loquillo), Antonio Fidel, Manolo y Quimi. Todavía no sabían
si llamarse Los Burros, Los trogloditas, Los Hombres rana, Los pies de
pato... Al final se repartieron los nombres y Jordi Vila se quedó
con lo de Trogloditas. Y
fue así como nacieron Los Burros en
su formato definitivo que tampoco tuvieron problemas para conseguir un
contrato discográfico, en este caso con Belter, aunque también
esta vez la compañía, después de ficharlos, les prestó
poca atención. Entre marzo y abril de 1983 se registro el único
LP del grupo: Rebuznos de amor. Como ocurrió
con el de Los Rápidos, alcanzó más fama cuando
ya no existía, que en el momento de su aparición. Realizan
unos 70 conciertos, e incluso hacen un video-clip de una de sus canciones:
"No puedo más", y consiguen un premio especial de video-clips (Acevit)
y que la RAI italiana lo adquiera.
Pero tenían que solucionar la
situación delicada que atraviesan, con Belter entre dos aguas y
el disco convertido en un fracaso comercial. Entonces deciden que ha llegado
la hora del replanteamiento y del proyecto definitivo, y querían
que el cambio se notara, pero sin aprovechar la reducida fama de Los
Burros. Y así se gesta El Último de la Fila y
lo primero que hacen es alzarse con el primer premio del concurso de maquetas
de la revista Rock Spezial. Fueron las canciones "A cualquiera puede sucederle"
y "Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana",
suficientes para convencer a un jurado que les brinda la posibilidad de
grabar un LP con la multinacional Virgin. Sin embargo, ya habían
comenzado a negociar con la independiente catalana PDI, y deciden serle
fieles.