Aquí va otro momento épico. Esto apareció en el suplemento Tercer Tiempo de La Tercera. Relata un hecho que ocurrió en el programa más bizarro de la televisión chilena: El Festival de la Una.
Se remata el siglo
El domador de los tigres, Martín Vásquez, del circo Gasca, contó luego que había desafiado a Maluenda, asegurando que la gente de la TV se lucía en cámara, pero que se acobardaba frente a algo realmente arriesgado. "Me picaron sus palabras -explicó luego el animador- y, sin pensarlo mucho,acepté el reto".
Rodolfo Arenas R.
El 11 de octubre de 1984, como parte de la sección La Sorpresa de los Jueves, los televidentes de El Festival de la Una vieron como el animador Enrique Maluenda entraba a una jaula con ocho tigres de Bengala.
Se suponía que esta acción no revestiría más riesgo que el que normalmente se corre al ingresar a una jaula con ocho tigres de Bengala,pero nadie previó que a una tigresa se le declaraba el celo y los machos estuvieron especialmente nerviosos. Hubo rugidos, animales que se negaban a seguir las instrucciones del adiestrador y, cuando el animador enfrentó a las fieras, látigo en mano, para ordenarles alguna pirueta, uno de los tigres le lanzó un par de zarpazos. Maluenda estaba a un centímetro del terror, incluso se le veía más rígido que de costumbre, pero supo controlarse y llevó la prueba a su fin. Al salir de la jaula, una asistente le secó el sudor de la frente y el programa siguió adelante.
El domador de los tigres, Martín Vásquez, del circo Gasca, contó luego que había desafiado a Maluenda, asegurando que la gente de la TV se lucía en cámara, pero que se acobardaba frente a algo realmente arriesgado. "Me picaron sus palabras -explicó luego el animador- y, sin pensarlo mucho,acepté el reto".
El adiestrador declaró que ningún otro personaje de la televisión latinoamericana se había atrevido y felicitó a Maluenda, declarándolo "el animador más valeroso del continente". El conductor, a su vez, aseguró que luego de esa prueba se sentía preparado para nadar en un río con cocodrilos.
La ocasión, salvo algún revuelo en la prensa de la época, no quedó registrada en la historia. Pero el animador enfrentando a los felinos puede ser entendido como el comienzo del fin de una época de El Festival de la Una y, por su intermedio, también de una forma de hacer TV. Fue la cumbre de la televisión que se enfrentaba al televidente con una complicidad de "compadre paleteado", en que se regalaban ollas a presión a los centros de madres que acudían al programa y las señoras,emocionadas casi hasta las lágrimas, correspondían inundando de cupones los concursos de popularidad. Los tigres, que se portaron agresivos con Maluenda, presagiaban el cambio de era que acabaría devorando la TV de antes de los focus group y los públicos segmentados.
Maluenda era de los animadores que comenzaron en veladas artísticas de liceos y su estilo incluía mucho público en el estudio, el beso de señora en la mejilla, la gira por regiones en el verano, tratar de "príncipe" a sus colaboradores y frecuentes apelaciones a la "camarita amiga". Había sido el más exitoso animador a comienzos de los '70, cuando su Sábado en el Nueve derrotaba al Sábados Gigantes de Mario Kreutzberger,otro amigo de las señoras de la primera fila y con formación de kermesse Luego triunfó en Perú y el Caribe, para regresar a hacerse cargo precisamente del legendario programa auspiciado por ceras y salsas de tomate, donde no era pecado ni venial regalar canastillos de productos de tocador y para cumplir con una sección no se trepidaba en llevar al estudio hasta a un circo, y sus fieras.
¿Algo que declarar? docbizarro@yahoo.com
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