TALAVERA DE LA REINA.
HISTORIA DE LAS FERIAS DE TALAVERA

Antecedentes históricos

Para ello es preciso recordar lo que era aquella sociedad feudal, tumultuosa y violenta, pero al mismo tiempo amenazada por la miseria, la guerra y las epidemias. El ciudadano de entonces tenía que enfrentarse con los poderes que habían nacido de la monstruosa divisíon de territorios, sometidos a varios señores, generalmente despóticos y autoritarios.

Estas eran las tres potestades a que estaban sujetos: a la del rey, apareciendo los bienes realengos; a la de una comunidad religiosa que origina los bienes abandengos; o a un elemento de la nobleza rodeado de bienes solarieros. Ninguno de estos tres privilegiados pagaban tributo.

Conviene también repasar estos tributos, tan repetidos en los documentos medievales: a) el de moneda FORERA que se pagaban cada siete años por todos los súbditos del reino, llamada forera porque pertenecía al rey por fuero inherente a su señorío, b) el de FONSADERA, o sea el deber de acudir a la guerra, por una convocatoria o llamamiento que se denomimaba el fonsado, cuando los intereses de la nación lo demandaban. Los que estaban obligados a ir y no acudían por razones de enfermendad o trabajos que no podían abandonar, tenían que pagar el tributo de fonsadera. c) el de YANTARES en virtud del cual había la obligación de alojar al rey y a su comitiva cuando pasaba por ciudades, villas o aldeas.

Talavera desde el aire

En este escenario histórico y social se llega al reinado de Alfonso VIII que a comienzos del siglo XIII, en la primavera del año 1211, se establece por algún tiempo en Talavera, para reunir soldados que acudan en socorro de Salvatierra, amenazada por los almohades. Fue entonces cuando los habitantes de la ciudad obtienen del rey que la parroquia de Santa María se transforme en Colegial.

Alfonso VIII amplía la tierra de Talavera, recortando los dominios de las tierras de Avila y de Escalona, y muy partidario de los judíos, les confía la administración de los tributos. Valoró lo que significaba el Concejo o Municipio como asamblea democrática, y después de reconstruir el primer recinto amurallado, fija una cerca para ganados en la que pueden comprar y vender los mercaderes.

Su nieto Fernando III el Santo, funda en Talavera en el año 1226 un hospital para la Orden de Santiago, con destino a los Caballeros heridos en mercadería" en Talavera, según se lee en el Archivo de Uclés, de Archivo Histórico Nacional.

Además, después de la conquista de Sevilla, vuelve a Talavera en 1249, y lo que era un bien realengo, lo cede el rey al Concejo talaverano convirtiéndolo en patrimonio del Municipio; me refiero a la dehesa del Pedroso.

El Ayuntamiento de Talavera tenía que roturarla, repoblar el inmenso latifundio y administrar la dehesa como tierra comunal; la importancia del Municipio sigue alcanzando metas insospechadas. Puede cobrar tributos para mejora de su cabaña ganadera y para ampliar el mercantilosmo de lanas, leñas y aperos de labor.

Lentamente se va señalando a Talavera su destino de Ciudad para encuentro de traficantes y mercaderes, hasta lograr de Alfonso X el Sabio la solución del más delicado problema, que era señalar los términos con tierras de Toledo y Ciudad Real. En su famoso provilegio, formado en Sevilla el 11 de Septiembre de 1262, observamos los titubeos sentimentales de un rey que tiene que fijar sentencia entre los hombres buenos de Toledo, la ciudad en que nació un 23 de Noviembre de 1221 los de Villa Real, la Ciudad que él fundó y Talavera, por la que sintió tanta predilección su padre, el rey Santo.

Mercado de ganado

Pero la aportación más grande del rey sabio fue la creación de la Mesta en 1273, haciendo de Talavera un núcleo de comunicaciones viarias, cordeles y pasos de merinas que se bifurcaba hacia Guadalupe y hacia Andalucia.

Ajusta los usos ganaderos al Fuero Real y concede que en Talavera se hagan cambios de ganados y se ponga justo precio "e que en esto no se haga mal ni daño a otros e que todos los que concurran a estos tratos sean amparados por el Concejo".

Fue su hijo y sucesor, Sancho IV el Bravo, el que concedió definitivamente a Talavera el privilegio de tener una feria "por hacer bien a merced a su Concejo e por muchos servicios que ficieron... e porque sean más ricos a la tierra mejor poblada... e sea ocho días antes de San Andrés e ocho días depués".

Fue firmado este privilegio el 27 de diciembre de 1294 en Alcalá de Henares. Se conserva en el archivo del Excmo. Ayuntamiento de Talavera; es una carta privilegio, en pergamino, sin sello rodado ni confirmantes, pero una auténtica prueba de afecto del rey.

La feria de mayo se establece a principios del siglo XVII, diurante el reinado de Felipe III. Ya en 1615, Rodrigo Méndez Silva, en su "Población General de España" escribe que en Talavera hay dos ferias, la primera el 25 de noviembre y la otra el 5 de mayo.

Por decreto del 24 de mayo de 1837, se modifica la diración de las ferias y se fijan los días del 15 al 18 en la de mayo y del 21 al 24 en la de septiembre. Posteriormente por la Ley Municipal de 1870, en su artículo 67, se declara que es exclusiva competencia de los Ayuntamientos todo lo que tiene relació con ferias y mercados. El Ayuntamiento de Talavera estableció entonces los mercados que habían de celebrarse e 1 y el 15 de cada mes.

Famosas en toda España, las ferias de Talavera, evocan hoy la riqueza ganadera la belleza de su cerámica, la muerte de Joselito y la alegría entrañable de gentes trabajadoras, que acuden a Talavera en cita de cariño y de fidelidad a su Historia.


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