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Listín Diario- Martes 18 de junio de 1996 OPINIÓN - 8
Las Maestras de la Escuela Anexa
Por Enrique Penson
La Escuela Primaria Anexa a la Normal Salomé Ureña, fue, por necesidad un centro de educación modelo, en vista de que su misión principal era la de servir de entrenamiento a las futuras maestras normalistas; función que llevó a cabo hasta la apertura de la Escuela Evaristo Mejía. En tal compromiso, su estructura, método pedagógico y personal docente, fueron tomados de la mejor oferta nacional de la época. Para comenzar satisfaciendo su posición de vanguardia, fue concebida como colegio mixto; niñas y niños estuvimos juntos en las aulas, aprendiendo y jugando, del mismo modo que seguiríamos unidos en la madurez; decisión atrevida para entonces.
El segundo local de la Escuela, y que alcanzamos, funcionó en la esquina Sureste de la intersección de las calles 19 de Marzo y Salomé Ureña, de Santo Domingo, en una vivienda adaptada para enseñanza, donde en la cocina se instaló la Dirección y un antiguo piano. La mesa para los anafes de carbón vegetal fue demolida al paso del tiempo. Entonces la gran mayoría de las escuelas públicas del país operaban en casa de propiedad privada.
CONSUELO NIVAR era la abeja reina de aquella colmena, quién tenía el escaso don de administrar con justicia la alabanza y la amonestación. Para obtener el doctorado en Filosofía, presentó como trabajo final: "Sistema Educativo en la República Dominicana", que fuera publicado por la librería Dominicana, en el año de 1952.
COLOMBINA CANARIO fue profesora del primer curso. Yo entré a la institución un año después, pero recuerdo, con afecto, su interés por todos nosotros.
EDNA GARRIDO, nuestra maestra de Segundo grado, llevó en una ocasión, al aula, una pecera de juguete, construida con paredes de cartón estampado, y en la que se pescaba con unas cañas quie tenían, como anzuelo, una punta magnética que atraía a los peces provistos de adherencias de hierro en la bolsa; pero lo que nunca imaginó el fabricante del juguete fue que una profesora dominicana colocaría en los peces fragmentos de papel con preguntas que deberían contestar los estudiantes. Como Licda. Edna Garrido de Boggs, escribió la obra "Folklore infantil de Santo Domingo", publicada en 1955 por el Instituto de Cultura Hispánica, de Madrid.
CARMEN ADOLFINA HENRIQUEZ nos instruyó en el Tercer curso, capaces ya de leer y escribir, puso especial interés en el mejoramiento de nuestra lectura expresiva y en el cultivo de la inteligencia, de lo cuál es nuestra la utilización de portadas de la revista argentina, infantil, "Billiken", pegadas a las paredes del aula, sobre las cuales se hacían ejercicios de interpretación del mensaje del dibujante. Es autora de la cartilla "Margarita", con la cual se llevó a cabo un programa de alfabetización nacional.
ELENA PACHECO, nuestra entusiasta maestra de Cuarto grado, hacía torneos entre sus alumnos, agrupados en dos equipos. Cada conjunto ponía un lanazador, que ella elegía, el cual hacía preguntas sobre las tablas de multiplicar; llevándose el registro de las nueve entradas del partido, para finalmente declarar un ganador. Aún conservoel limbor que me obsequió el día de entrega de las calificaciones finales: "Vida de Hombres Célebres", de la Editorial Sopena.
ROSELIA GARCIA, profesora de Quinto curso, hábil, además de instruirnos en las materias del año, era sobresaliente en el desarrollo de manualidades, entre las que recuerdo el tejido de cinturones y la confección de costureros forrados con materiales vegetales teñidos, para obsequio a nuestras madres. Había cultivado un pequeño jardín, alrededor del brocal de un viejo pozo y se molestó cuando un día, jugando al "topao" le maltratamos sus plantas de azucenas.
JULITA AYBAR, profesora de Sexto curso, aprovechó las lecciones de Historia para cultivar el amor a la Patria, Con la narración de las batallas del "19 de Marzo", "La Estrelleta" y "Beler", conmovía nuestras fibras más íntimas, arrancando de sus alumnos vítores que ella invitaba a reducir, aunque complacida con los efectos alcanzados. En este año establecimos correpondencia con la Escuela Morelos, de México.
Al término del curso el plantel fue trasladado a su nuevo local, construido en la parte interior de la Escuela Normal Salomé Ureña, en la calle Padre Billini, al lado de la Iglesia de Regina, donde en el patio, los varones rodábamos sobre segmentos, colocados sobre la tierra, de las antiguas columnas pétreas del Colegio San Luis Gonzaga, luego Palacio de Justicia.
La escuela original, de educación primaria, tenía los seis cursos reglamentarios, pero a solicitud, aprobada, de nuestros padres, fue llevada a ocho para completar el ciclo de la educación intermedia. En tal virtud, los espacios diseñados para biblioteca y "kindergarden" fueron utilizados para aulas de séptimo y octavo cursos, respectivamente.
GLADYS CHAPUSEAUX, a quién me unen lazos afectivos adicionales, fue nuestra conductora del Séptimo grado; muy joven en quella época, llevaba a su hogar, día tras día, los cuadernos de sus alumnos para ser corregidos en la intimidad familiar, en las horas que debieron haber sido utilizadas para descanso.
RAMONA NOBOA, profesora de octavo curso, representa los valores más altos de responsabilidad; superando los requerimientos del plan de estudios vigente, cuidaba con entusiasmo de la Física y la Química, siendo brillante en Historia Universal. Pro ella tuvimos las primeras noticias de la Revolución Francesa, Mara y Robespierre. Su participación escolástica iba más allá de todo lo imaginable. Cuando se formó el equipo de baloncesto masculino del colegio, la Srta. Noboa de entonces se quedó con nosotros para ayundarnos a interpretar un libro sobre la practica del deporte en asunto, existente en nuestra pequeña biblioteca colegial. Posteriormente y al término del curso, previo sometimiento a los exámenes preparados y conducidos por las autoridades de la Secretaría de Educación, nos recibía en su hogar de la calle Santomé, para efectuar los repasos de lugar. Al a que fuera después esposa del Maestro Simó, le tocó sufrir nuestras alteraciones psíquicas, propias de paso de la niñez a la adolescencia.
ANTONIO SUAZO, GRACITA ALSINA Y ALINIA CRUZADO, con méritos sobrados, se incorporaron después al grupo de maestras.
NINETTA ROQUES y ATALA CABRAL, por el mecanismo de la renovación contínua, capitanearon otros grupos docentes que continuaron, con igual hidalguía, la labor de las damas a las cuales hemos hecho referencia.
Maestras de la Escuela Anexa, dondequiera que estuviesen, herederas del legado de Eugenio María de Hostos y Salomé Ureña, las centenas de sus alumnos que vamos por el país, asidos de la mano y con una sonrisa en los labios, les expresamos, en forma pública y universal, nuestra gratitud por su labor abnegada en pro de nuestra formación cultural y cívica. Gracias Madres-Profesoras!