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Manual de Cátedras de Mecánica de Suelos I : Unidad 2: Origen y formación de los suelos
UNIDAD 2
Origen y formación de los suelos
2.3 Clasificación de los depósitos por las características de transporte
El método de transporte al través de los agentes viento, agua, hielo y gravitación, así como la distancia de desplazamiento, condicionan la textura y el tamaño de las partículas resultantes, incidiendo en las diferentes clases de depósitos. Para el ingeniero civil, la clasificación más importante es la que considera la distancia de transporte, haciendo caso omiso del agente o agentes que intervinieron en la traslación de los suelos.
Así designamos por depósitos residuales aquellos que yacen sobre o a corta distancia de la roca de origen, caracterizados por agregados de forma poliédrica y aristas vivas, esto es, partículas de forma angulosa o muy angulosa. Cuando el traslado de los corpúsculos es prolongado, su rozamiento con las grandes áreas recorridas reduce su tamaño y pulimenta su superficie ocasionando partículas de formas redondeadas. Estas formaciones, de mayor capacidad que las residuales, son denominadas depósitos transportados. Los territorios boscosos obstaculizan el trabajo de erosión y arrastre de las aguas superficiales, ya que los troncos y raíces reducen la velocidad del flujo del agua, deteniendo los materiales que carga, razones por las cuales, en apoyo a otras de especies distintas, debe controlarse la denudación para obviar la fuga de las tierras de cultivo.
Los materiales fragmentados, cargados por los elementos de transporte, llegan frecuentemente al fondo de los lagos, ríos y mares, donde se adicionan de residuos de fauna y flora, endureciéndose y elevándose gradualmente sobre el nivel del mar por movimientos llamados de diastrofismo, con lo que se expone de nuevo al ataque y transporte de las fuerzas de intemperización, en ciclos que se repiten indefinidamente.
En alusión directa y exclusiva al medio de transporte, podemos apreciar los diferentes tipos de formaciones presentadas a seguida:
1.- Depósitos ácueos, transportados y sedimentados por el agua, que cubren grandes áreas continentales y de islas como la nuestra, donde el tamaño de los materiales acarreados es función de la intensidad de la corriente. Cabe distinguir en ellos a los depósitos aluviales o fluviales, lacustres y marinos. Los depósitos fluviales provocados por la acción del agua dulce corriente, pueden, en el caso de torrentes montañosos, mover gravas gruesas y aún peñascos y bolos, depositando los agregados en orden decreciente de tamaños en la medida en que se reduzca el gradiente o velocidad del flujo y alcanzando el lecho o fondo del cauce primero la arena y luego el limo y la arcilla. En la desembocadura de los ríos, la reducción de la velocidad del agua motiva la formación de los deltas o abanicos aluviales. Los depósitos lacustres han sido formados en aguas tranquilas estáticas de los lagos, por lo común de suelos finos o arcillosos, uniformes y laminados, donde a veces se observan bandas de color, granulometría y plasticidad diferentes, reflejo de cambios en el historial geológico de la sedimentación. Los depósitos marinos se constituyen por los residuos de la vida del mar, la contribución que hacen los ríos o por el trabajo dinámico del oleaje. Las sales presentes en el agua actúan como aglutinantes de los materiales depositados.
2.- Depósitos eólicos, originados por el viento como medio de transposición, que levanta agregados de tamaños reducidos para acumularlo en pequeños bancos de arena denominados dunas o médanos. El loess es un material eólico compuesto de partículas uniformes de 50 a 90 % de tamaño de limo, con orificios verticales de antiguas raíces que le otorguen una permeabilidad menor en dirección horizontal que en la vertical; tienen gran volumen de oquedades y reducido peso unitario, manteniéndose en cortes verticales, pierden resistencia y rompen, frecuentemente, cuando satura, dada la presencia frecuente de cementantes carbónicos solubles en agua. Los loess abundan en el valle del Mississipi, en las llanuras de Alemania, en el interior de China y en las pampas de Argentina. En China alcanzan alturas de acumulación de 300 metros, en la provincia de Chensí y vecinas, erosionándose fácilmente por el viento y la lluvia al punto que algunos caminos construidos en estos depósitos se han convertido en pasos estrechos y profundos como canales.
3.- Depósitos glaciales, existentes en las regiones septentrionales de Europa, Asia , Canadá y en algunas zonas de los Estados Unidos de Norteamérica, se originaron en el Período Cuaternario, cuando gigantescas masas de hielo se derritieron y avanzaron liberando grandes cantidades de grava y arena.
© Octubre 1981 y © Junio de 1984 Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, Santo Domingo, República Dominicana
© Mayo 1994, Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, Santo Domingo, República Dominicana