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LA
RELIGIÓN:
FACTOR
FUNDAMENTAL y EN LA BASE
MISMA DEL ESCULTISMO Y
EL GUIDISMO
Me
piden que, con mayor
detenimiento que en
"Escultismo para
muchachos",
explique cuáles eran
mis ideas con respecto a
la religión en la época
en que instituí el
Escultismo y el
Guidismo. La
pregunta que me han
formulado es "dónde
entra la religión". Y
mi respuesta es,
simplemente, que la
religión no entra, sino
que se encuentra allí
de antemano, porque se
trata de un factor
fundamental, ubicado en
la base misma del
Escultismo y el
Guidismo. Es
por demás importante
que los Comisionados alcancen
un entendimiento cabal
de este asunto,
porque solamente así
sabrán explicarlo más
tarde, tanto a nuestros
Scouts y Guías, cuanto
a aquellas personas que,
ajenas al Movimiento,
deseen informarse al
respecto. EL
MOVIMIENTO SCOUT COMO
AMBIENTE DE DIALOGO
INTER-RELIGIOSO.
Deberá
desarrollarse una
amplitud de criterio
verdadera e interior y
deberá ejercerse la más
generosa de las
consideraciones por los
sentimientos ajenos,
pues el tema es
–y está muy
bien que así lo sea–
central entre todos
aquellos que los hombres
sienten más
profundamente. No
espero que todos estén
de acuerdo conmigo. Intentamos
solamente derribar las rígidas
barreras que separan a
los credos y que nos
llegan como una herencia
de la época medieval. Si
la guerra no fue un bien
para nadie, pienso que
cuando menos nos ha
dejado la lección de
que el patriotismo,
cuando es incapaz de
contemplar más allá de
su propio horizonte y de
reconocer y apreciar los
bienes de otras
naciones, no es
solamente mezquino, sino
asimismo perjudicial. También
nos ha enseñado la
guerra que el respeto
mutuo y la buena
voluntad entre los
pueblos, y no la crítica
severa, son el único
camino para asegurar la
paz y la prosperidad del
mundo. Lo
que se dice del
nacionalismo, vale otro
tanto para la religión. La
defensa de las creencias
personales es correcta y
adecuada, pero pronto se
convierte en mezquino
sectarismo, en cuanto
cesa de reconocer y
apreciar las bondades de
otras confesiones. Su
incapacidad para
considerar con amplitud
y magnanimidad los
esfuerzos ajenos para
servir a Dios, será
también incapacidad
para establecer en esta
tierra el Reino de Dios. Bien
saben todos que el
objetivo de nuestro
Movimiento es la
formación de ciudadanos
felices, sanos y
serviciales, es decir, buenos
ciudadanos; esto,
por poco se lo analice, significa
ciudadanos
convencidos de una
religión que también
practican. Pero
en esta época
materialista, en la que
las distracciones y los
placeres son puestos
cada día más y más al
alcance de la mano, el
desarrollo del espíritu
se vuelve cada vez más
difícil y así se lo
desprecia cada vez más
generalizadamente. El
objetivo del
Movimiento es brindar
toda la ayuda que nos
sea posible a fin de
establecer en esta
tierra el Reino de Dios. Para
lograrlo, inculcamos a la
juventud el espíritu y
la práctica cotidiana
en sus vidas de una
buena voluntad y una
cooperación
desinteresadas. Aquellos
de entre nosotros que
somos cristianos hemos
recibido estas virtudes
de Cristo mismo,
especialmente en el Sermón
de la Montaña, pero las
mismas virtudes son
aplicables por igual a
todos los adoradores de
Dios, sea cual sea la
forma de religión que
adopten. Por
ello, nuestro Movimiento
no da preferencia
particular a ninguna de
dichas formas puesto que
todas ellas buscan lo
mejor de acuerdo con sus
respectivos credos. TRIUNFO
DEL AMOR EN EL MUNDO
SOBRE LAS RIVALIDADES E
INTERESES EGOISTAS
Cuando
empleo la expresión
"el Reino de
Dios", quiero decir
el triunfo del amor en
el mundo, en vez del
dominio actual de las
rivalidades y los
intereses egoístas. El
yo es el objetivo número
uno de nueve de cada
diez personas, así como
lo es el de todas las
llamadas "naciones
patrióticas". La
consecuencia final de la
promoción del yo es la
guerra, mediante la cual
el demonio gobierna el
mundo. Su
antítesis, el amor y el servicio
desinteresados,
manifestaría a las
claras la mano de Dios
en el mundo. La
religión es el
cumplimiento del mandato
divino, pero
–hasta el presente–
la religión ha sido
incapaz de vencer el egoísmo,
fracaso del cual son
resultado los problemas
sociales e industriales
que perturban a todos
los países civilizados;
la Gran Guerra librada
entre las así llamadas
naciones cristianas; la
reconstrucción
posterior a la guerra
que de ningún modo ha
llenado las esperanzas
existentes. En
gran medida, el origen
de estos problemas debe
buscarse en el ansía de
resultados económicos y
materiales a costa del
aspecto espiritual. De
tal manera, no se crea
que sea esta o aquella
Iglesia particular la
que se encuentre en
falta, pues todas ellas
lo están en alguna
medida. J.
F. Newton recordaba,
en un articulo reciente
publicado en el Atlantic
Monthly, que:
"Las ovejas y los
cabritos no son los
creyentes y los incrédulos,
sino antes bien los
generosos y los egoístas".
(cfr. Mateo 25,
31-46). ¿DECADENCIA
DE LA RELIGIÓN?
Se
lamenta la Iglesia
Anglicana de la
declinación registrada
en la asistencia al
templo y la Escuela
Dominical; y de ello se
extrae que también la
religión padece una
decadencia similar. Sin
embargo, más que
probablemente, el
sentimiento religioso
depositado bajo la
superficie de la nación
sea el mismo de siempre,
sino es acaso mayor,
aunque quizá no se
manifieste en la
asistencia a los
templos. Se
dice que –en una buena
medida– es la duda, y
no la indiferencia, la
causa de esta situación. Thomas
Carlye decía: "La
religión de un hombre
no es el credo que
profesa. Su religión es su
vida, lo que hace en la
vida y lo que sabe de
ella y de su deber en la
vida. El malvado que
profesa un credo no es más
religioso que el hombre
bueno que no lo
hace". Y
J.
F. Newton dice a su
vez:
"Los mejores
hombres no son aquellos
que se sienten seguros
de su salvación, sino
aquellos otros que, en
vez de entretenerse en
reflexiones enfermizas
en torno de su propio
estado espiritual,
dedican todas las
fuerzas en bien de una
existencia de amor bajo
la guía de la verdad.
Son tantos los que, con
sólo una vaga idea del
sentido del amor a Dios,
lo aman en todo momento,
mediante el socorro que
prestan a los que se
cruzan en su camino... La religión no se
halla al margen de la
vida, sino que es la
vida misma, y de ésta,
la mejor parte." La
declinación de la
asistencia a los templos
no es prueba de una
decadencia de la religión. APETENCIA
DE PREPARACIÓN
RELIGIOSA
El
informe elaborado por el
difunto obispo de
Winchester sobre la
religiosidad de los jóvenes
combatientes en la Gran
guerra, demostraba que un
gran numero entre los
muchachos comunes y
corrientes no practica
religión alguna y
manifiesta a la par una
gran apetencia de
preparación, tanto con
relación a los
principios cuanto a los
detalles del
cristianismo. Mientras
tanto, la guerra, los
problemas de la
industrialización, los
desórdenes sociales,
todo habla a las claras
de una apetencia
de la practica del espíritu
cristiano entre los
hombres de todas las
clases y todos los países. Mi
experiencia personal
detrás de las
barricadas durante la
gran Guerra en Francia
donde me encontré en
estrecho contacto con
nuestros jóvenes
combatientes, confirma más
que suficientemente las
conclusiones a las que
arribaba el obispo de
Winchester, ya que muchísimos
de mis jóvenes amigos
me abrían entonces sus
corazones hasta el punto
de confesarme que jamás
recurrían a sus
pastores. Entre
ellos, algunos guardaban
una brumosa memoria de
lo que les había sido
enseñado en las clases
de la Escuela Dominical,
aunque eran incapaces de
enlazar aquellos cuentos
de niños con su situación,
en la cual se veían
obligados a enfrentar la
muerte a cada instante. ¡Resultaba
estremecedor... ! ACTUALIZACION
DE LAS IGLESIAS
Decía
el arzobispo de York que
"la
religión atrae,
pero la Iglesia
repele"; y
la experiencia nos dice
que este aserto tiene
mucho de verdad. Algunos
explican afirmando que
la Iglesia no está lo
bastante actualizada con
su estructura sostenida
en las enseñanzas de teólogos
de trescientos años de
antigüedad, enseñanzas
que, a su vez, han
llegado a ser
consideradas casi tan
definitivas como el
mismo Evangelio; y
agregan que esto no
puede sacudir al hombre
contemporáneo. Entre
los casos de
"duda",
comprobables entre los
que desean practicar la
religión, señalare el
de una persona a la cual
me unía una relación
epistolar y quien había
caído en la cuenta de
que Moisés, en su código
de prohibiciones, advertía
que Dios era
"un Dios celoso que
castiga las iniquidades
de los padres en los
hijos por cualquier
desobediencia de la
Ley" (cfr.
Exodo 20, 5): un
evangelio de temor. Pero
mi amigo advertía también
que Cristo nos llama a
hacer el bien, en espíritu
de servicio y
sacrificio, y nos señala
que nuestra recompensa
estará en los cielos:
un evangelio de
esperanza. Y la Ley
mosaica, con todo lo que
tienen de opuesto estos
dos métodos, ha sido
incluida en el Prayer
Book de la Iglesia
[Anglicana]. ¿Cuál
de ambos había de
seguir? Por
el otro lado, otros
hablan del peligro de
una Iglesia
desmedidamente
actualizada, en la cual
se pudiese llegar a
revestir los fundamentos
de la religión con
tantos ornamentos teológicos
que dichos fundamentos
acabaran por perderse de
vista. Finalmente
otro amigo me preguntaba
en una carta si debía
adoptar el cristianismo
o el iglesianismo. La
religión no es una
ciencia privativa de los
eruditos, pues si lo
fuera sus beneficios no
se extenderían más allá
del ámbito de los
estudiosos y quedarían
fuera del alcance de los
pobres; pero tampoco
es un fetiche, pues
si lo fuera su dominio
no excedería el ámbito
de los más débiles, de
los que se guían por
sus emociones, de los
supersticiosos. Siempre
y cuando la
contemplemos en su
simplicidad original,
la religión se
encuentra ciertamente
tan actualizada hoy para
el uso de todos como
pueda haberlo estado en
cualquier otro momento. LA
CONDUCTA RELIGIOSA,
EJERCIDA DESDE EL
INTERIOR
Lo
que importa es el
trabajo y la conducta:
"No todo el que
diga
'¡Señor! ¡Señor!'...,
sino el que
haga..."(Mateo 7,
21 y ss.). Cierta
vez se le preguntó a Abraham
Lincoln cuál era su
religión y éste
respondió: "Cuando
vea una Iglesia sobre
cuyo altar estén
escritas las palabras
'Amarás al Señor, tu
Dios, con todo tu corazón,
con todas tus fuerzas y
con toda tu mente; y a
tu prójimo como a ti
mismo' (Lucas 10,
27; Cf. Deuteronomio 6.
5), a esa Iglesia querré
pertenecer." En
este punto se encuentran
muchos hombres hoy, y
¡¡¡mañana serán más...!!!:
ellos
quieren retornar a los
fundamentos directos y
sencillos. Se
produce una evolución,
tanto en la libertad y
la determinación de la
persona, como en la
educación general de
los jóvenes. Nosotros
los mayores, necesitamos
reconocerlo si es
nuestro deseo mantener
el paso en los ideales
que proporcionamos a los
jóvenes. En
los últimos treinta años,
la nueva generación ha
salido del encierro de
una disciplina
victoriana, ejercida
desde el exterior, para
encontrarse en un estado
de mayor libertad, en el
cual se
ve obligada a regular su
conducta mediante un
control personal
ejercido desde el
interior. Surge
de allí la mayor
necesidad de la formación
del carácter, si se
desea que ese control se
mantenga encarrilado y
no degenere en
libertinaje. BUSQUEDA
DEL FUNDAMENTO DE LA
RELIGIÓN
Lo
que sucede con sus
conductas, sucede
igualmente con su
religiosidad, y los jóvenes
ya no toleran la guía
del dogma, aunque se
muestren aptos para una
busca personal de
conocimientos y razones
que sostengan la fe;
su apetencia se dirige más
a los fundamentos que a
las formas diversas que
han acabado por
desfigurarlos. Dice
el obispo Barnes de
Birmingham:
"No podemos
construir un mundo nuevo
si lo que tenemos para
presentar son hombres
vestidos con ropajes
pasados de moda. Jesús
tiene un mensaje para
todos los tiempos, un
mensaje de importancia
vital para nuestra época.
Si predicamos dicho
mensaje, predicamos a
Cristo. Si lo dejamos
semienterrado bajo la
elaboración del ritual
y cosas eclesiásticas,
damos a los hombres la
libertad de poner en
duda la verdad de
nuestra fe en el
Evangelio del Hijo del
hombre." Mencionaré,
como signo de los
tiempos y del espíritu
de investigación de la
juventud, el hecho de
que un Lobato, a quien
su Akela hablaba de las
maravillas del universo,
dejó a aquel último
poco menos que con la
boca abierta con la
pregunta de
¿Si
Cristo había visitado
también todos aquellos
millones de planetas, así
como lo había hecho con
el nuestro?. LA
RELIGIÓN EN EL PROGRAMA
DEL MOVIMIENTO SCOUT Y
GUIA
El
objetivo primordial
del plan de los
Movimientos de
Boy-Scouts y de Guías es
proporcionar una formación
positiva, más que
inculcar preceptos
negativos, porque el
chico o la jovencita están
siempre mejor dispuestos
para hacer algo que para
asimilarlo pasivamente. La
Buena Acción Diaria Por
ello introducimos en sus
actividades, como base
de la buena voluntad y
el espíritu de servicio
futuros, la práctica de
buenas acciones en la
vida cotidiana. La
base religiosa que
subyace aquí es común
a todos los credos y,
por lo tanto, nuestro Movimiento no
interfiere con la forma
de ninguno de ellos. La
Promesa Scout La
Promesa que formulan un
Scout o una Guía al
ingresar dice en su
primer punto:
"Cumpliré mi deber
con Dios." Adviértase
que la frase no dice que
el muchacho vaya a ser
leal con Dios –tal
cosa no pasaría de las
buenas intenciones–,
sino que hará
algo, actitud positiva y
activa. Por
lo tanto, antes de que la
Promesa sea recibida, el
primer paso que ha de
darse será el de
verificar que el
muchacho perciba a Dios
de alguna manera. La
Naturaleza como medio de
la comprensión de Dios Nos
demuestra la
experiencia,
especialmente entre los
chicos más pobres y
menos formados –y
recordemos que en la
caballería se nos enseño
a llevar el paso del más
lento de los
caballos–, que el
estudio de la naturaleza
nos proporciona el método
más comprensible y más
inmediatamente
asimilable. Mediante
el estudio de la
naturaleza, caemos muy
pronto en la cuenta de
que no existen dos
criaturas exactamente
iguales. Así
como entre los millones
de seres humanos no se
podrá dar jamás con
dos que sean idénticos
en su complexión, en
sus facciones o en sus
huellas digitales, de la
misma manera no existen
dos hombres cuyos
caracteres sean iguales. A
pesar de ello, cada vez
que ponemos manos a la
obra para
enseñar religión,
lo hacemos en una clase
de la Escuela Dominical,
tal como si todos fueran
de la misma pasta, tanto
en temperamento como en
receptividad,
pensamiento y carácter. El
deán
Inge ha acertado al
decir que "la
religión no puede ser
enseñada, pero puede
ser captada". Nosotros
queremos enseñársela
por medio de preceptos y
teología elemental,
entre las cuatro paredes
de una escuela, y
mientras tanto allá
afuera brilla el sol y
la naturaleza exclama
que ella a través de
sus ojos, de sus oídos,
de su olfato y del tacto
de sus manos, puede
manifestarles las
maravillas y bellezas
del Creador. No
hace mucho decía el Dr. Macpherson:
"La investigación
científica del universo
no era hostil al teísmo;
antes bien, ella era una
sierva de la religión;
las primitivas emociones
de asombro y adoración
que el cielo estrellado
despertó en nuestros
antepasados, se ven
exaltadas y
profundizadas por los
resultados de la
astronomía
moderna". La
astronomía ha
demostrado la unicidad
del universo y nos ha
dado al mismo tiempo
cierta percepción de lo
ilimitado y de
distancias que,
alcanzando como alcanzan
los seis millones de
billones de millas,
exceden nuestra
capacidad de comprensión. Si
recurrir a tales
longitudes y limitándose
a los objetos al alcance
de su mano, cada uno de
los jovencitos, mientras
el maestro alienta a
todos, podrá empaparse
por sí mismo de las
maravillas y bellezas
del universo que lo
rodean, para poder así
abarcar intereses más
amplios y desarrollar
paralelamente una cierta
comprensión del Creador
y del aspecto espiritual
de la existencia. El
chico comprenderá también
que es una más entre
las creaciones de Dios y
sabrá que hay un papel
en la evolución general
de la naturaleza que es
suyo De
esta forma, prácticamente,
la joven alma podrá ser
atraída y conducida
hacia la comprensión de
Dios. El
paso posterior será el
de mostrar que Dios es
amor, un amor que
trabaja en torno de cada
uno y en su mismo
interior. Entonces
el resto se hace fácil. El
muchacho comprenderá
mejor a partir de allí
que parte de su
"deber con
Dios" consiste en
cuidar y desarrollar
–pues se trata de un
préstamo sagrado– los
talentos con que Dios lo
ha provisto para su tránsito
por la vida: el cuerpo,
con su salud y su vigor
y sus poderes de
reproducción aplicados
al servicio de Dios; la
mente, con su asombrosa
capacidad de raciocinio,
de memoria y apreciación,
que lo pone por encima
del mundo animal; y el
alma, esa partícula de
Dios en su interior, es
decir, el Amor, que
puede ser desarrollado y
fortificado por la
expresión y la práctica
continuas. Así,
podremos enseñarles que
cumplir el deber con
Dios significa no
solamente reclinarse en
su bondad, sino asimismo
en hacer su voluntad,
mediante la práctica
del amor al prójimo. Si
esto pudiera
constituirse en regla
universal, entonces
ciertamente encontraríamos
el cielo en la tierra. La
Ley del Scout Seguidamente,
el Scout o la Guía
prometen cumplir la Ley
del Scout. Esta
enfatiza y señala la
conducta que ha de
mantenerse con respecto
a uno mismo y al prójimo,
de acuerdo con las
grandes líneas del Sermón
de la Montaña. Además, la Ley del Scout es una serie de mandamientos positivos y no un código de prohibiciones bajo la amenaza del castigo. LA
BUENA VOLUNTAD Y LA
COOPERACIÓN
Sólo
mediante la buena
voluntad y la cooperación,
ello es, mediante
el servicio brindado
alegremente a los demás,
puede
un
hombre alcanzar el éxito
real, es decir, la
felicidad.
Porque de tal manera descubre que el cielo se encuentra aquí, en esta tierra, y advierte que no se trata de una visión del otro mundo. Merced
a la buena voluntad y a
la cooperación, una
nación congeniará con
otra y los políticos
descubrirán la
imposibilidad de
arrastrar a la guerra a
pueblos que se profesan
una mutua amistad.
Descubrirán que lo
importante es la
voluntad de los pueblos. Nuestra
experiencia nos
demuestra que el
nacionalismo, una vez
llevado a su punto
extremo, busca la guerra
con otras naciones, sin
detenerse a considerar
los esfuerzos que los
estadistas desarrollan
para evitarla. Lo
mismo sucede con los
credos. Los
conductores de las
diferentes confesiones
intentan reunirse en el
redil más amplio de un
cristianismo
interconfesional, pero su
principal escollo reside
no tanto en las otras
confesiones cuanto
en los miembros más
fervorosos de su propia
fe. La
próxima generación
requiere con urgencia el
desarrollo de un amplio
criterio de buena
voluntad y servicio,
para
unir tanto a los credos
como a los mismos
pueblos. El
señalado es un deber de
grave responsabilidad
para todas las clases,
de importancia para el
futuro y fuente de una
promesa extraordinaria. La experiencia demuestra que los Boy-Scouts y las Guías responden en grado notable al llamado al servicio. EL
DESAFIO DEL MOVIMIENTO
SCOUT - GUIA
En
Gran Bretaña y en los
Dominios [de la Corona
Británica], contamos
con unos 900.000 Scouts
y Guías, y con más de
dos millones en el resto
del mundo. Estos
son los padres y las
madres de muchos más
millones que llegarán
en un futuro cercano. Si
están imbuidos con el
espíritu verdadero y la
práctica de la religión
en sus vidas cotidianas,
serán el conducto para
transmitir dicho espíritu
a aquellos millones y
millones de los años
venideros. Así, nosotros, Scouts o Guías, tenemos al alcance de la mano –si sabemos usarla correctamente– una oportunidad de oro para ayudar a las Iglesias, y el elevado privilegio de llevar a cabo, mediante nuestra preparación de la juventud, una contribución directa al advenimiento del Reino de paz y Buena Voluntad de Dios sobre la tierra. |
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