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Los escollos de la ruta Rover

Los Rover ya estaban en marcha hacia el punto de reunión llamado partida, al que habrían de llegar siguiendo las indicaciones del jefe, cada uno por el sendero que le tocase recorrer en su vida Rover, de acuerdo a las posibilidades del equipo personal que llevaban.

Sabiendo que surgirían contratiempos al progresar en la ruta de la vida Rover, pidieron al jefe que los previniera de cuales podían ser los escollos que se le presentaran  y como debían enfrentarse a ellos para superarlos.

El jefe, fiel al B-P y de acuerdo a sus enseñanzas, recordándoles la reflexión que les había hecho antes de emprender la ruta, los previno acerca de los escollos del roverismo diciéndoles...

Debemos tener presente que para un rover, la ruta del Roverismo es el camino que nos conduce a la felicidad. Sin embargo, al adelantarnos en la ruta del servicio encontraremos escollos con los que podemos tropezar.

Armados entonces con la prudencia de los viejos lobos que observan la ley, la promesa, y los principios scouts, creciendo en la practica de las virtudes scouts y en la obediencia a los jefes, podemos emprender la ruta hacia la felicidad de amar a Dios y al prójimo; según nuestra vocación de servicio.


El primer escollo lo constituyen las malas aficiones, que B-P llamaba el escollo de las apuestas. La vida Rover necesita ser vivida, el sentido común de una persona sana, que por supuesto tenga aficiones sanas.

La mayoría de los jóvenes de hoy, viven buscando como pasar el rato para no aburrirse y terminan casi siempre aburriéndose de buscar la forma de pasar el rato.

Algunos optan por hacer deporte y distraerse, y al final terminan haciendo deporte para ganar y lucirse.

Otros en cambio, eligen ver espectáculos para recrearse y terminan fanatizándose por un competidor o equipo determinado.

Así los jóvenes que buscan tener un rato libre de esparcimiento, resulta que cuando lo encuentran , aprovechan para hacerse mala sangre. Por eso, es necesario tener sentido común, ya que no esta el escollo peor afanarse por ganar una competencia deportiva o hinchar por un equipo determinado, sino en hacer de ello una cuestión de vida o muerte, olvidándonos que solo es una afición.

Es de buenos Rovers, tener el sentido común de la sana alegría, para ocuparse en aficiones que edifiquen el cuerpo y el espíritu.

Cuanto mejor a de ser, si esas aficiones implican el servicio al prójimo. 

Con un corazón vigilante, que ningún pensamiento vano aleje de nuestro gran jefe, procuraremos ocuparnos siempre de servirlo en la persona de nuestros semejantes, sin distraernos en aficiones vanas y pasajeras que apolillan el espíritu scout.


El segundo escollo se presenta bajo la forma de la complacencia de los propios gustos, como lo definió B-P, el escollo del vino.

Con el estomago lleno hasta el hartazgo, seria difícil caminar y trepar con agilidad. Con unas copas de mas, seria imposible andar sin desviarse de la ruta. por ultimo, descansando a cada rato y empleando el resto del tiempo en contar nuestras hazañas en el trayecto que hemos recorrido, podríamos olvidarnos de preguntar como es la ruta mas adelante y una vez entrada la noche, perder nuestro camino.

La gula, los vicios, la pereza,  y la arrogancia  son los gustos de la complacencia, no es de buenos Rovers en complacerse a si mismos tras los halagos y las adulaciones, como hacen los vanidosos buscando satisfacer aquellos gustos. 

El honor es el compromiso que alimenta el espíritu scout, por eso debemos tener un corazón noble que ningún afecto indigno rebaje, siendo capaces de dominarnos a nosotros mismos. Con paciencia, día a día, obrando lealmente, debemos practicar el autodominio para buscar  complacer solo a Dios y al prójimo que nos necesite.


El tercer escollo son las tentaciones del instinto, que surgen de una hombría equivocada. A este B-P lo llamaba el escollo de las mujeres.

La vida Rover tiene por meta la partida, que implica alcanzar la madurez de un hombre cristiano, fiel a sus principios y consecuente en la practica de las virtudes cristianas y scouts. Por lo tanto, las reuniones y salida con chicas forman parte de la vida scout de un Rover y no es un paréntesis como a muchos les gusta suponer.

La cortesía con las chicas es un signo inequívoco del espíritu que anima a un Rover en todos los aspectos de su vida. por eso, debemos proceder con recta intención y pureza de corazón, pudiendo equivocarnos muchas veces, pero procurando siempre practicar las buenas acciones, conformes al espíritu que nos anima.

Con un corazón recto que ninguna maldad desvié, debemos caminar siempre, para poder mantener firme el paso, cuando los fuertes vientos de la duda y la oscuridad del deseo, nos inviten a recorrer senderos equivocados.


El cuarto escollo es el de la arrogancia y el apasionamiento desmedido, que B-P definía como el escollo de los charlatanes y presuntuosos.

El arrogante siempre sabe todo, se siente seguro para opinar y metiendose en cuanta conversación pueda, discute hasta acalorarse, con el fin de exponer sus infalibles puntos de vista, con interminables declamaciones. Se apasiona de tal manera en todo lo que piensa, dice y obra que llegue a creerse dueño de la verdad, convencido que este pobre mundo puede andar bien siguiendo sus consejos. Todo este mal comienza con la charlatanería, porque quien siempre habla, solo se escucha a si mismo y termina por convencerse que el mundo gira alrededor de su ombligo.

Con la humildad de los lobatos, los Rovers debemos saber "escuchar y seguir a los viejos lobos" para aprender que en el silencio del espíritu atento, se vive la fraternidad y el respeto al prójimo.

Con un corazón fuerte que ninguna pasión esclavice, procuremos moderar nuestro ímpetu y escuchar  pacientemente, comprender respetando  y luego servir en lo necesario, con amplitud de criterios, siendo amigos de todos  y hermano de los demás scouts.


El quinto escollo en la ruta es el mas peligroso, pues lo constituye el peligro del ateismo, como nos decía B-P, el de la irreligión.

La mayor parte de los jóvenes de hoy viven en la oscuridad del egoísmo , aficionados a los placeres, cegados por la vanidad, complacidos en los vicios, ensordecidos por su arrogancia. Habiendo caído, luego de tropezar con estas escollos, ya no tienen ojos para ver la luminosa realidad de la naturaleza que los rodea, de esa manera, solo creen en lo que ven y actúan por lo que creen.

Creer lo que se ve, a lo largo termina siendo para ellos, el triste panorama de un mundo sin horizontes, que les obliga a bajar la vista para no ver; y no solo se pierden de no mirar hacia arriba, y contemplar el cielo, sino que se olvidan de cuanta cosa bella los rodea, terminando por olvidarse de Dios, autor de esa luminosa realidad que no ven.

B-P que nos enseño que la irreligión no entra en el Escultismo, sino que esta en su misma base, nos mostró un camino fácil de llegar a Dios, y que es, aprender a contemplar la naturaleza, porque cualquiera que se afane de conocer sus secretos, inevitablemente elevara sus ojos al cielo para descubrir a Dios, escondido en la creación. 

Nosotros, scouts, tenemos la maravillosa posibilidad de conocerlo en la naturaleza humana del prójimo a quien fraternalmente servimos, por nuestro honor y con la gracia de Dios, que nos ha regalado a los Rovers un cielo maravilloso que tiene la cruz del sur, símbolo de nuestra fe cristiana, por la cual vivimos con un corazón generoso para servir.

Prevenidos por los consejos del jefe e inspirados por las enseñanzas de B-P, los Rovers con el corazón alegremente dispuesto, redoblan la marcha de su formación personal hacia la partida rover...

 


 
 
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