El aire frio lo desperto de golpe, estaba sudando, y su corazon latia a varias veces su velocidad normal, aunque sabia que solo era un sueño, sabia tambien que nuestra imaginacion puede llegar a ser mas fuerte que la realidad. Comenzo a distinguir lo que le rodeaba, y vio un paisaje conocido, la vieja casa donde habia vivido toda su vida, los muebles que habian sido testigos de las dos ultimas generaciones de su familia. Se levanto y camino hasta el interruptor del aire acondicionado, y tras una pequeña lucha lo logro apagar, regreso a su cama pero no tenia caso, el sueño habia huido.
Prendio su computadora personal y la luz del monitor proyecto su sombra en la pared, mientras terminaba de arrancar, penso en la cantidad de tiempo que habria perdido en su vida asi, esperando a que la maquina terminara lo que estaba haciendo, viendo el eterno simbolo del tiempo frente a sus ojos, sin pensar en nada concreto.
La maquina le dio la bienvenida, y lo primero que hizo fue prender la musica, musica suave, clasica ya, si hubiera sonado mas fuerte podria tal vez haber distinguido el grupo cantando el recuerdo mas profundo de su memoria, pero apenas se podia oir, y seria dificil afirmarlo. De forma casi automatica cargo el browser de internet, era practicamente una costumbre levantarse en medio de la noche, internandose en la red para huir de sus sueños.
Solo podia volverse a dormir cuando sus ojos enrojecidos se cerraban casi solos, cuando su cerebro se negaba a recibir mas informacion, y sus manos dejaban de sentir el teclado y el raton. En muchas ocasiones esto no ocurrian antes del amanecer, y el sol lo sorprendia buscando algun cabo suelto, el final de una serie de hipervinculos que justificara las horas robadas al descanso.
Una palabra parpadeo brevemente frente a el, y el corazon le dio un brinco, recordo las imagenes de su sueño y se dio cuenta de que habia llegado a esta pagina casi por casualidad, guardo la direccion rapidamente en la memoria, y con una extraña cara de satisfaccion y calma, se dirigio a su cama, en donde momentos despues dormia placidamente.
© Leonardo Alcántara G. 1999
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