Esos pequeños. . .
    Con mucha frecuencia nos encontramos con desagradables animalitos, como chinches, ácaros, garrapatas, pulgas, cucarachas, moscas, entre otros, pero muy pocas veces nos ponemos a pensar si ellos pueden ocasionarnos enfermedades; pues bien, las Rickettsias generalmente son transmitidas al hombre por estos artrópodos que pueden ser parásitos y algunos hasta servir de vectores de enfermedades como es el caso del tifo, que es ocasionado por la picadura del piojo humano. Los microbios más pequeños y responsables de diversas enfermedades, tales como el resfriado común, la viruela, el sarampión, entre otros, son los virus; microorganismos que no tienen supervivencia extracelular y pueden penetrar en nuestro cuerpo a través de las goticas producidas en el estornudo, en alimentos contaminados, en el polvo y mediante picaduras de insectos. 
    Algunos parásitos unicelulares viven en el organismo de otros seres vivos produciendo enfermedades como la malaria, la enfermedad del sueño, entre otros. "Una persona que tenga una amebiasis está constantemente excretando unas formas de resistencia de la ameba que se llama quiste, que va a parar a la materia fecal; si un cocinero prepara un alimento después de ir al baño sin lavarse las manos debidamente, ese quiste va a transportarse desde la materia fecal al alimento y de éste a la persona que lo ingiere. Por ello los alimentos que comemos en la calle, aunque estén bien cocidos, no implica que no estén contaminados", expresa el profesor Carmona Velásquez. 
    Por todo esto el hombre ha desarrollado métodos, como la pasteurización de la leche, la cloración del agua, desagues adecuados, desinfectantes, entre otros, para defendernos de tantos enemigos. También los avances tecnológicos como secadores automáticos y todo aquello que nos evite el contacto con superficies infectadas, es ideal para prevenir el contagio.
    Además de estos métodos de control externo, existen las vacunas, con una acción preventiva, y los antibióticos, con una acción correctiva.
    La buena alimentación y excelentes hábitos higiénicos son sin duda, la forma más eficaz de combatir estos diminutos pero grandes enemigos. 
 Those little. . . 
  We frequently encounter disagreeable little animals like bedbugs, mites, ticks, fleas, cockroaches, flies and others, but seldom do we think about their causing illnesses.  However, these arthropods are the ones generally responsible for transmitting parasites such as Rickettsias.  They can also serve as vectors for diseases like typhus, which can be contracted through body lice.  The smallest microbes, the viruses, are the ones responsible for diverse diseases such as the common cold, the flu, the measles and chickenpox. These microorganisms cannot survive outside of other cells and penetrate our bodies by means of droplets produced by a sneeze, or through contaminated food, dust or insect bites. 
   Some single-cell parasites live in the bodies of other living beings and cause diseases such as malaria and sleeping sickness. "A person who has amebic dysentery is constantly excreting the microbes through cysts that the microbes create to protect themselves from the environment.  These cysts are evident in the person’s stool.  If a cook prepares food after going to the bathroom, without washing his or her hands as required, the cysts will be transported from the fecal matter to the food and through this to the person who ingests it.  Because of this, even though the food we eat off the streets may be well-cooked, that doesn’t mean it is not contaminated.", explains Professor Carmen Velasquez. 
   In order to defend ourselves from all these enemies, mankind has developed things like pasteurization of milk, chlorination of water, adequate sewage, and disinfectants.  Also, technological advances like automatic dryers and other items that keep us out of contact with infected surfaces, are ideal for preventing contamination. 
   As well as these methods of external control, vaccines exist for preventative measures and antibiotics exist for corrective measures. 
   Eating well and excellent hygiene habits are, without doubt, the most effective means of combating these tiny enemies that can create such big problems.
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