Teoría Tradicional y Teoría Crítica
. Horkheimer-Teoría = conjunto de proposiciones acerca de un campo de objetos.
-Su validez real consiste en que las proposiciones deducidas concuerden con eventos concretos.
La teoría, n relación con los hechos, siempre es una hipótesis: hay que estar dispuesto a modificarla si al verificar el material surgen dificultades.
La teoría es la acumulación del saber en forma tal que se vuelva utilizable para caracterizar los hechos de la manera más acabada posible.
Idea que hoy se tiene de teoría
La meta final es el sistema universal de la ciencia, abarcar todos los objetos posibles. Así las proposiciones de los distintos campos quedan retrotraídas a idénticas premisas, la separación de las ciencias queda suprimida.
Idea tradicional de teoría
La teoría es un "sistema cerrado de proposiciones de una ciencia".
La teoría es un "encadenamiento sistemático de proposiciones bajo la forma de una deducción sistemáticamente unitaria".
La ciencia es un "cierto universo de proposiciones que surge de modo constante de la actividad teórica, y en cuyo orden sistemático un cierto universo de objetos alcanza su determinación".
La tendencia es que apunta a un sistema de signos puramente matemáticos y fungen cada vez menos nombres en el lugar de los objetos examinados: aparecen, en cambio, símbolos matemáticos.
Las ciencias del hombre y de la sociedad se esfuerzan por imitar el exitoso modelo de las Ciencias Naturales. La diferencia entre escuelas que en materia de Cs. Sociales se orientan más hacia la investigación de hechos, nada tiene que ver con el concepto de teoría como tal. De cualquier modo el concepto de teoría que prevalece en las distintas escuelas sociológicas, así como en las Ciencias Naturales, es el mismo: los empíricos no tienen una idea diferente que los teóricos acerca de qué es una teoría bien formada.
El sociólogo de orientación fenomenológica asegurará que tras la comprobación de una ley de esencia será absolutamente cierto que cada caso particular (Exemplar) se comportará de acuerdo con ella. Pero el carácter hipotético de la ley de esencia se hará notorio en el problema de saber si, en un caso aislado, estamos frente a un ejemplar de la esencia correspondiente o de otra, relacionada con ella, o bien si se trata de un mal ejemplar de género o de un buen ejemplar del otro.
Teoría Tradicional y explicación de acontecimientos históricos.
Este problema aparece claramente en la polémica entre Eduard Meyer y Max Weber: ¿Es inútil e imposible responder a la pregunta de si, en caso de no haber existido un cierta decisión voluntaria por parte de determinados personajes históricos, las guerras desencadenadas por ellos habrían ocurrido igualmente tarde o temprano?
Meyer planteaba que era inútil e imposible. Weber, con su "teoría de posibilidad objetiva" postula una determinada causación histórica que implica que, como consecuencia de las reglas empíricas conocidas, en las circunstancias dadas se hubiera producido otro efecto.
Las reglas empíricas no son otra cosa que nuestro saber acerca de las relaciones económicas, sociales y psicológicas. Con la ayuda de ellas construimos el proceso probable, eliminando o introduciendo el acontecimiento que ha de servir para la explicación. Se opera con proposiciones condicionales, aplicadas a una situación dada. Si se dan las circunstancias a b c d, debe esperarse un resultado q; si desaparece d, resultará el acontecimiento r...Un cálculo de esta índole es propio de la estructura lógica del saber histórico así como de la ciencia natural. Es la forma en que opera la teoría en el sentido tradicional.
Sujeción de la ciencia al aparato social
Entre las distintas escuelas filosóficas, los positivistas y los pragmatistas parecen interesarse especialmente por la imbricación (superposición) del trabajo teórico en el proceso de la vida de la sociedad. Señalan como misión de la ciencia el predecir hechos y obtener resultados útiles. Sin embargo, en la práctica es asunto privado del científico concebir de este modo tal misión y el valor social de su labor. Puede creer en una ciencia independiente, "Suprasocial", desligada, o bien en la significación social de su especialidad: esta diferencia de interpretación para nada influye en su quehacer práctico. El científico y su ciencia están sujetos al aparato social: sus logros son un momento de la autoconservación, de la constante reproducción de lo establecido, sea lo que fuere lo que cada uno entienda por ello. Ambos deben, sí, corresponder a su "concepto", es decir construir una teoría en el sentido en que la hemos caracterizado. Dentro de la división social del trabajo, el científico debe clasificar hechos en categorías conceptuales y disponerlos de tal manera, que él mismo y todos quienes tengan que servirse de ellos puedan dominar un campo táctico lo más amplio posible.
División del Trabajo y Teoría Tradicional
La idea tradicional de teoría es abstraída del cultivo de la ciencia tal como se cumple dentro de la división del trabajo en una etapa dada. Corresponde a la actividad del científico tal como se lleva a cabo en la sociedad junto con todas las otras actividades, sin que se perciba directamente la relación entre las actividades aisladas. De ahí que en esa idea no aparezca la función social real de la ciencia, ni lo que significa la teoría en la existencia humana, sino sólo lo que ella es en esa esfera, separada dentro de la cual se la produce en ciertas condiciones históricas. Pero, en realidad, la vida de la sociedad resulta del trabajo conjunto de las distintas ramas de la producción, y si la división del trabajo en el modo de producción capitalista funciona mal, sus ramas, incluida la ciencia, no deben ser vistas como autónomas o independientes.
La ilusión de independencia que ofrecen procesos de trabajo cuyo cumplimiento derivaría de la íntima esencia de su objeto, corresponde a la libertad aparente de los sujetos económicos dentro de la sociedad burguesa.
¿Teoría como superación de Unilateralidad?
Es preciso traspasar a una concepción en que la unilateralidad, que inevitablemente sobreviene cuando procesos intelectuales parciales son aislados del conjunto de la praxis social, sea a su vez suprimida y superada. En la idea de teoría, tal como ella se presenta ineludiblemente al científico como resultado de su propio trabajo, la relación entre los hechos y el ordenamiento conceptual ofrece un importante punto de partida para tal superación. Siempre se vuelve a insistir en el hecho de que los mismos objetos, que, en una ciencia, constituyen problemas difícilmente resolubles dentro de un tiempo previsible, en otro disciplina, en cambio, son aceptados como simples hechos.
Pero la profundización del desarrollo del concepto de teoría no ha de realizarse sobre la base de esta referencia a la relatividad de la relación entre el pensamiento teórico y los hechos, inmanente a la ciencia burguesa, sino mediante una consideración que atañe, no sólo al científico, sino al individuo cognoscente en general.
Actividad y pasividad en individuo y en sociedad
Los hechos que nos entregan nuestros sentidos están preformados socialmente de dos modos: por el carácter histórico del objeto percibido y por el carácter histórico del órgano percipiente. Ambos no están constituidos sólo naturalmente, sino que lo están también por la actividad humana; no obstante, en la percepción el individuo se experimenta a sí mismo como receptor pasivo. La oposición entre pasividad y actividad, que en la teoría del conocimiento se presenta como dualismo entre sensibilidad y entendimiento, no representa para la sociedad lo mismo que para el individuo. Donde éste se siente pasivo y dependiente, aquella, por más que s componga precisamente de individuos, es un sujeto activo, si bien inconsciente y por lo tanto impropiamente tal. Esta diferencia entre la existencia del hombre y la de la sociedad expresa la escisión (rompimiento) propia, hasta ahora, de las formas históricas de la vida social. La existencia de la sociedad ha reposado en una represión directa, o bien es la ciega resultante de las fuerzas antagónicas, pero en ningún caso ha sido el fruto de la espontaneidad consciente de los individuos libres. De ahí que el significado de los conceptos de actividad y pasividad cambie según se aplique al individuo o a la sociedad.
Teoría Crítica: comportamiento y contradicción
Por regla general el individuo acepta naturalmente, como preestablecidas, las destinaciones básicas de su existencia, esforzándose por darles cumplimiento; además encuentra su satisfacción en resolver, con todos los medios a su alcance, las tareas inherentes a su puesto en la sociedad, y, a pesar de la energía con que puede criticar cuestiones de detalle, en seguir haciendo afanosamente lo suyo; en cambio, el comportamiento crítico a que nos referíamos, de ninguna manera acta (obedece) esas orientaciones que la vida social, tal y como ella se desenvuelva, pone en manos de cada uno. La separación entre individuo y sociedad, en virtud de la cual el individuo acepta como naturales los límites prefijados a su actividad, es relativizada en la teoría crítica. Ésta concibe el marco condicionado por la ciega acción conjunta de las actividades aisladas, es decir la división del trabajo dada y las diferencias de clase, como una función que, puesto que surge del obrar humano, puede estar subordinada también a la decisión planificada, a la persecución racional de fines.
El carácter escindido (dividido), propio del todo social en su configuración actual (diferencias de clases), cobra la forma de contradicción consciente en los sujetos del comportamiento crítico. En tanto reconocen ellos la forma presente de economía, y toda la cultura fundada sobre ella, se identifican con esta totalidad y la entienden como voluntad y razón: es su propio mundo. Al mismo tiempo, advierten que la sociedad es comparable con procesos naturales extrahumanos, puesto que las formas de cultura no son testimonios de una voluntad unitaria, autoconsciente. Lo que va de la historia no puede ser comprendido en virtud de su dependencia interna respecto de una sociedad inhumana, ellos son, aun en sus acciones conscientes, en gran medida funciones mecánicas. Aquella identificación es por ello contradictoria, una contradicción que caracteriza a todos los conceptos del pensamiento crítico. Para este las categorías económicas de "trabajo", "valor" y "productividad" significan exactamente lo que ellas significan en el sistema. Al mismo tiempo, el aceptar simplemente ese significado implica la más torpe de las falsedades: el reconocimiento crítico de las categorías que dominan la vida de la sociedad contiene también la condena de aquellas. Este carácter dialéctico de la autointerpretación del hombre actual determina también, en última instancia, la oscuridad de la crítica kantiana de la razón. La razón no puede hacerse comprensible a sí misma mientras los hombres actúen como miembros de un organismo irracional.
Praxis social inhumana
Si el actuar conforme a la razón es propio del hombre, la praxis social dada, que forma la existencia hasta en sus mismos detalles, es inhumana, y ese carácter de inhumanidad repercute en todo lo que se realiza en la sociedad.
La actividad intelectual y material del hombre siempre seguirá teniendo algo exterior: esto es, la naturaleza como suma de los factores no dominados. Pero si a ello se suman, como una parte más de la naturaleza, las circunstancias que dependen únicamente del hombre mismo, su relación en lo que respecta al trabajo, la marcha de su propia historia, entonces esa exterioridad es signo de una lamentable impotencia cuya aceptación es antihumana y antirracional.
La meta de la teoría crítica
Lo que la teoría tradicional se permite admitir sin más como existente, su papel positivo en una sociedad de funcionamiento, su relación, mediada y poco evidente por cierto, con la satisfacción de las necesidades de la comunidad, su participación en el proceso de vida de la totalidad que se renueva a sí misma, todas estas pretensiones por las que la ciencia no suele preocuparse ya que su cumplimiento es reconocido y asegurado por la posición social del científico, son cuestionadas por el pensamiento crítico. La meta que este quiere alcanzar, es decir, una situación fundada en la razón, se basa, es cierto, en la miseria presente; pero esa miseria no ofrece por sí misma la imagen de su supresión. La teoría esbozada por el pensar crítico no obra al servicio de una realidad ya existente: sólo expresa su secreto.
Imagen de la teoría crítica
Aunque la teoría crítica en ningún momento procede arbitrariamente o por azar, para el modo dominante de juzgar ella aparece, justamente por eso, como subjetiva y especulativa, parcial e inútil. Como ella se opone a los hábitos dominantes del pensamiento, como se opone a los responsables de un mundo parcializado, impresiona como parcial e injusta. Pero, por sobre todo, ella no puede exhibir un rendimiento material. La transformación que trata de obrar la teoría crítica no es algo que se imponga paulatinamente, de modo que su éxito, aunque lento, fuese constante. El crecimiento de número de partidarios más o menos esclarecidos, la influencia de alguno de ellos sobre los gobiernos, la asunción del poder por partidos que muestran una actividad positiva frente a la teoría, por lo menos, no la proscriben, todo esto pertenece a las alternativas de la lucha por alcanzar una etapa superior de la convivencia humana: no es el punto de partida de la teoría.
El juicio de la teoría crítica, justificación con respecto a teoría tradicional
Mientras que los juicios categóricos de las ciencias especializadas poseen, en el fondo, carácter hipotético, y los juicios de existencia, cuando los hay, sólo tienen cabida en capítulos especiales, en partes descriptivas o prácticas, la teoría crítica de la sociedad es en su totalidad un único juicio de existencia desarrollado. Este juicio afirma, dicho en términos generales, que la forma básica de la economía de mercancías históricamente dada, sobre la cual reposa la historia moderna, encierra en sí misma los antagonismos internos y externos de la época, los renueva constantemente de una manera agudizada, y que, tras un período de ascenso, de desarrollo de fuerzas humanas, de emancipación del individuo, tras una fabulosa expansión del poder del hombre sobre la naturaleza, termina impidiendo la continuación de ese desarrollo y lleva a la humanidad hacia una nueva barbarie.
Surgen en algunas partes de la teoría proposiciones cuya relación con la realidad resulta difícil. La problemática que surge tan pronto como proposiciones parciales de la teoría crítica se pueden aplicar a procesos, únicos y repetibles, de la sociedad actual, tiene que ver con la capacidad de rendimiento de dicha teoría en el campo del pensamiento tradicional, y en cuanto se orienta hacia metas progresistas, no con su verdad misma. La incapacidad de las ciencias especializadas, en particular de la economía política contemporánea, para sacar provecho del planteamiento parcial de problemas, característica de su modo de operar, no reside sólo en ellas mismas ni en la teoría crítica, sino en el papel específico que ellas tienen en la realidad.
Lo restante del texto implicaría un nivel de concentración del cual soy ajeno, creo que así queda explícita la teoría crítica y sus ideas principales.