En junio de 1940 era evidente que Gran Bretaña se enfrentaba sola a los nazis. Los británicos respondieron con gran firmeza. La vacilante política del gobierno de Chamberlain llegó a su fin con la invasión a Noruega; a partir de mayo de 1940, Chamberlain fue sucedido en su cargo de primer ministro por Winston Churchil. Éste infundió su indomable energía y resolución al esfuerzo de la guerra; por el momento poco podía ofrecer sino palabras, pero éstas, magnificamente elocuentes, resultaron una herramienta eficaz. Durante el verano de 1940 se libró una batalla épica sobre el cielo británico, pues la Luftwaffe alemana intentaba terminar con la voluntad de resistencia de la población, propósito que estuvieron a punto de conseguir. Sin embargo, la imperfecta estrategia alemana y la capacidad técnica británica dieron un giro a la situación en el mes de septiembre. Esta "batalla de Inglaterra" tuvo el mismo efecto que la batalla de Marne en 1914; Alemania no quedó derrotada, pero sí obligada a sostener un combate de duración indefinida y dudoso resultado.
Por otra parte, el dictador de España, Franco, resistió hábilmente los halagos de Hitler y no abandonó su neutralidad, aunque, de hecho, colaboró con Alemania. En septiembre de 1940, Italia lanzó una ofensiva contra Egipto desde Libia, pero fue contenida y rechazada. |
De Gaulle Aunque Francia no hubiera firmado una paz formal con Alemania, en la práctica ya estaba fuera de la guerra. Únicamente algunos fragmentos del Imperio, en África ecuatorial y en algunas islas dispersas, se sumaron al movimiento de liberación. El gesto de De Gaulle, por quijotesco que pudiera aparecer en un principio no careció de importancias, pues en él se hallaba la semilla de la futura reconstrucción de Francia: Charles De gaulle huyó a Inglaterra en el último momento; el 18 de junio, proclamando que se había perdido una batalla pero no la guerra, hizo un llamamiento a todos los franceses para que se le unieran a la resistencia. Así nació el movimiento de los Franceses Liberales, que al principio recibió una respuesta muy limitada.
|
|
Con excepción de Rusia y algunos países neutrales, todo el continente europeo estaba bajo control alemán. Rusia había respetado los términos del pacto nazi-soviético, llegando a utilizar su influencia sobre los comunistas europeos en favor de Alemania, pero seguía persistiendo una desconfianza mutua entre ambas partes. Hitler decidió eliminar la amenaza potencial que Rusia representaba para su retaguardia, y el 22 de junio de 1941 sus fuerzas atravesaban la frontera soviética. Rusia no se había preparado adecuadamente, de modo que la máquina militar nazi comenzó repitiendo sus éxitos anteriores. A finales de 1941, Moscú y Leningrado estaban sitiadas, y los alemanes habían llegado a Crimea. Pero Rusia era un país muy grande, y sus dos principales recursos, los generales Invierno y Espacio (qué mal chiste, N. del T) volvieron a salvar la situación. A pesar de sus terribles pérdidas, los rusos consiguieron resistir.
|