DERROTA DE LAS POTENCIAS DEL EJE (1943-1945)
La caída de Italia fue la primera etapa del derrumbe del Eje. Tropas británicas y norteamericanas desembarcaron en Sicilia por mar y aire (10 de julio de 1943) y pronto capturaron toda la isla, lo que hizo caer a Mussolini, que fue despedido por el rey. Las tropas aliadas cruzaron Salerno, Reggio y Tarento en la península y tomaron Nápoles (oct.1943) cuando ya el mariscal Badoglio, el sucesor de Mussolini, había firmado un armisticio y colocado a Italia al lado de los Aliados en la guerra. Con todo, los alemanes, resueltos a conservar Italia, se apresuraron a enviar tropas a través del paso de Brenner para ocupar Roma y el norte del país, pero fueron capturados. La campaá pudo haber terminado mucho antes si los Aliados hubiesen sido menos cauteloso en las primeras etapas y si los norteamericanos no hubieran insistido en retener suficientes divisiones para la invasión de Francia. A pesar de ello la eliminación de Italia contribuyó a la victoria final: proporcionó bases aéreas para bombardear a los alemanes en Europa central y los Balcanes, y mantuvo a las tropas alemanas ocupadas cuando eran necesarias para resistir a los rusos.
La invasión de Francia (conocida como el Segundo Frente) comenzó el "Día D", el 6 de junio de 1944. Se juzgó que había llegado el momento propicio, después de haber eliminado a Italia, controlado los barcos U y una vez que los Aliados habían alcanzado la superioridad aérea; sin embargo desde 1941 los rusos habían estado apremiando a los Aliados para que iniciasen este segundo frente a fin de aligerar la presión a que se hallaban sujetos. Los desembarcos se hicieron por mar y aire, los alemanes resistieron tenazmente. En el curso de pocas semanas fue liberada la mayor parte de Francia (París lo fue el 25 de agosto). Bruselas y Amberes fueron recuperadas en septiembre.
El asalto a la propia Alemania se llevó a cabo a continuación, pero el fin fue demorado por la desesperada resistencia alemana y desacuerdos entre los norteamericanos y los inglesesMontgomery deseaba un avance inmediato para alcanzar Berlín antes que los rusos, pero el general norteamericano Einserhower era partidario de una cautelosa marcha a lo largo de un extenso frente. El fracaso británico en Arnhem, Holanda (sep.1944), pareció justificar la idea de Eisenhower, aunque en realidad la operación de Arnhem (un intento por tropas paracaidistas de cruzar Rhin y rebasar la Línea Sigfrido de los alemanes) podía haber tenido éxito, si las tropas hubieran descendido más cerca de los dos puentes del Rhin.
En consecuencia Eisenhower se impuso y las tropas aliadas se dispersaron sobre un frente de casi mil kilómetros, con resultados infortunados: le fue posible a Hitler lanzar una última ofensiva conra Amberes a travás de las mal definidas Ardenas; los alemanes rompieron las líneas norteamericanas y avanzaron unos 97 kilómetros, creando una aglomeración en la línea frontal (dic.1944). La enérgica acción de ingleses y norteamericanos cortó el avance e hizo retroceder a los alemanes a su posición original. Pero la batalla resultó importante debido a que Hitler había arriesgado todo en el ataque y había perdido 250 mil hombres y 600 carros de combate. A principio de 1945 alemania fue invadida en ambos frentes; los ingleses todavía deseaban seguir adelante y tomar Berlín antes de que lo hicieran los rusos, pero el comandante supremo Eisenhower rehusó dejarse apresurar, y Berlín cayó en poder de las fuerzas de Stalin en abril. Hitler se suicidó y Alemania capituló.
La derrota de Japón estaba aún por llevarse a cabo. El 6 de agosto de 1945 los norteamericanos arrojaron una bomba atómica sobre Hiroshima, la que mató a 84 mil personas, y una en Nagasaki tres días más tarde que costó la vida de otras 40 mil personas, a raiz de lo cual el gobierno japonés se rindió. El presidente Truman justificó el acto por el hecho de que había salvado vidas norteamericanas ya que de otro modo la guerra podía haberse prolongado por un año más. Muchos historiadores opinan que estos bombardeos no eran necesarios puesto que, de hecho, ya en julio los japoneses habían realizado sondeos de paz a través de Rusia. Quizás la verdadera intención era terminar la lucha de golpe, antes de que los rusos (quienes habían prometido entrar a la guerra contra Japón) cobraran demasiado territorio que les diera derecho a compartir la ocupación del país.