Era inevitable que un programa de tan amplio alcance suscitara oposición; los hombres de empresa objetaron violentamente al crecimiento de los sindicatos obreros; se resintió el grado en que el gobierno federal estaba interfiriendo en los estados; la Suprema Corte opinó que Roosevelt estaba asumiendo demasiado poder, y declaró inconstitucionales muchas de sus medidas. También surgió oposición por parte de los socialistas que pensaban que el Nuevo Trato no era suficientemente radical y todavía dejaba gran influencia en manos de los grandes negocios. Mas Roosevelt gozaba de inmensa popularidad entre los millones de norteamericanos, de manera que aunque las fuerzas de la derecha se alinearon para desplazarlo, en 1936 y 1940, triunfó ampliamente en las dos ocaciones. |