Roosevelt y el Nuevo Trato

Roosevelt provenía de una familia adinerada de Nueva York; educado en Harvard, ingresó a la política en 1910 y durante la primera Guerra Mundial fue Subsecretario de Marina. Era un hombre dinámico, lleno de vitalidad y rebosante de ideas nuevas; poseía gran habilidad para comunicarse con la gente, sus pláticas radiofónicas inspiraban confianza y le granjearon enorme popularidad.

¿Cuáles eran las metas del Nuevo Trato?

Escencialmente eran tres: Los cambios de Roosvelt constituyeron un cambio completo al laissez-faire de los Republicanos, ya que estaba dispuesto a intervenir tanto como fuera necesario y a gastar el presupuesto gubernamental con tal de arrancar al país de la depresión.

¿Qué implicaba el Nuevo Trato y qué éxito tuvo?

Era inevitable que un programa de tan amplio alcance suscitara oposición; los hombres de empresa objetaron violentamente al crecimiento de los sindicatos obreros; se resintió el grado en que el gobierno federal estaba interfiriendo en los estados; la Suprema Corte opinó que Roosevelt estaba asumiendo demasiado poder, y declaró inconstitucionales muchas de sus medidas. También surgió oposición por parte de los socialistas que pensaban que el Nuevo Trato no era suficientemente radical y todavía dejaba gran influencia en manos de los grandes negocios. Mas Roosevelt gozaba de inmensa popularidad entre los millones de norteamericanos, de manera que aunque las fuerzas de la derecha se alinearon para desplazarlo, en 1936 y 1940, triunfó ampliamente en las dos ocaciones.

¿Qué resultados tuvo el Nuevo Trato?

Es preciso decir que no logró todo lo que Roosevelt había esperado. Algunas de las medidas fracasaron completamente, como fue el caso de la Ley de asistencia a los Agricultores, que ciertamente ayudó a los granjeros pero que dejó a muchos peones sin trabajo. Aunque el desempleo disminuyó, todavía representaba un serio problema.
Así pues el Nuevo Trato no rescató a los Estados Unidos de la depresión: sólo el esfuerzo bélico fue capáz de hacer bajar el desempleo hasta una cifra inferior al millón, en 1943.
Pese a lo anterior, los logros del Nuevo Trato fueron muchos: la ayuda a los destituídos y desocupados, y la provisión de millones de empleos adicionales; reestableció la confianza en el gobierno; los proyectos de obras públicas proporcionaron servicios de utilidad permanente. Nunca antes un gobierno norteamericano había intervenido tan directamente en la vida de la gente común. La gran realización de Roosevelt fue el rescate del sistema de gobierno norteamericano en un tiempo en que otras naciones abrumadas por la crisis se estaban volviendo al fascismo o el comunismo. 1