Los laboristas atribuyeron su derrota en las elecciones a la carta Zinoviev, pero los historiadores parecen convenir en que los conservadores habrían ganado de cualquier manera. Empero, aunque breve, el primer gobierno laborista no careció de significación: demostró que un gabinete de ese partido podía funcionar y ganó respeto tanto en el país como fuera de él, por su manejo de los asuntos extranjeros. |