Turquía en la entreguerra
En 1919, Turquía era una nación vencida y humillada todavía más por el Tratado de Sevres, que la obligaba a ceder extensas zonas del país a los Aliados. Esto provocó una intensa reacción nacionalista, especialmente entre las clases educadas y el ejército. Al frente de éste se colocó Mustafá Kemal, joven general que se había dado a conocer como el comandante que derrotó a los británicos en Gallipoli en 1915. Él y sus partidarios estaban resueltos a no aceptar la derrota, y a denunciar al sultán y a su gobierno en Constantinopla (Estambul) como "prisioneros de los Aliados", establecieron un gobierno rival con sede en Angora y Kemal fungió como presidente. Para septiembre de 1922 todas las tropas extranjeras de ocupación habían sido retiradas; el sultán huyó, la monarquía fue abolida y el Tratado de Lausana (1923) otorgó a Turquía condiciones más favorables.
¿Qué problemas encontró el nuevo presidente y con qué acierto los manejo?
El problema fundamental era que Turquía estaba atrasada en casi todos los aspectos concebibles y las reformas necesarias eran tan radicales que inevitable suscitaron un a seria oposición. Esto lo obligó a gobernar como dictador durante la mayor parte de su gobierno.
El éxito de sus políticas fue considerable:
- Tan pronto como se conoció la rigurosa naturaleza de las reformas proyectadas por Kemal se lavantó una fuerte oposición tanto dentro como fuera de la Asamblea Nacional, especialmente por parte de los eclesiásticos musulmanes. En 1925 estalló una revelión dirigida por un jeque conservador; Kemal la sofocó inmediatamente y la utilizó como excusa para desterrar a todos los paridos políticos excepto al suyo y asumir el control de la prensa, lo que permitió llevar a cabo la primera serie de reformas. No fue hasta 1946 cuando se permitió a los turcos realizar otro intento de democracia. Con todo, la dictadura de Kemal, aunque estricta, no fue brutal ni agresiva.
- El país estaba atrasado social y jurídicamente debido a la influencia de la religión musulmana (islámica) que dominaba todos los aspectos de la vida turca, incluyendo la educación y el derecho, e impedía el desarrollo de Turquía como un estado moderno. Para traer a turquía al siglo XX se requirió un ataque a los poderes de Islam y la introducción de sistemas y costumbres occidentales. A partir de 1928 el Islam dejó de ser la religión oficial y de intervenir en la política; Turquía se convirtió en un estado secular (libre de control religioso). Se implantaron nuevos códigos del derecho civil, el alfabeto romano, el calendario occidental y la observancia del fin de semana; y se construyeron millares de nuevas escuelas. La condición de la mujer se mejoró considerablemente; se prohibió la poligamia, se deshechó el velo, fueron legalizados el matrimonio civil y el divorcio, y en 1934 se concedió el voto a la mujer.
Para aliviar la situación económica de Turquía, Kemal adoptó una política conocida como el estatismo que implicaba la intervención estatal en tantas actividades como fuese posible. Mediante una curiosa mezcla de tácticas que sus críticos denunciaron diversamente como comunistas o fascistas y una política exterior que buscaba la amistad con todos, Kemal transformó a Turquía. Desde luego, quedaba un buen trecho por recorrer: en 1938 difícilmente podría haberse clasificado como una rica nación industrial, y su agricultura continuaba siendo primitiva en su mayor parte. Mas la obra de Ataturk fue triple: había librado a Turquía de su ineficáz monarquía, restauró el orgullo nacional, y la había colocado firmemente en el camino para llegar a ser un estado moderno y occidentalizado. No es exageración alguna llamarlo "el padre de la Turquía moderna".