Napoleón

El 15 de agosto de 1769 nace en Ajacio Córcega uno de los genios militares más grandes que ha producido la historia, Napoleón Bonaparte, poco después de la cesión de la isla a los franceses. Sus padres fueron Carlos Bonaparte, de origen aristocrático pero escaso de bienes, y Leticia Ramolino.

Su padre Carlos luchó por la independencia de Córcega, pero aceptó finalmente la dominación francesa y representó a la nobleza corsa en París. Allí consiguió una beca real en la Escuela Militar de Brienne para Napoleón, quien posteriormente logró ser admitido por sus propios méritos en la Escuela Militar de París, donde recibió una sólida preparación. A los 17 años contaba con el rango de subteniente de artillería y dos años más tarde era ya teniente.

Su primer triunfo militar lo obtiene en Tolón en 1793, plaza que logra arrebatar a los ingleses, como recompensa es ascendido a general de brigada y nombrado jefe de la artillería del ejército de Italia. En tal carácter, toma parte en las operaciones en torno a Niza.

Napoleon Bonaparte

Al producirse la reacción termidoriana, Napoleón es apresado pues se le considera protegido de Robespierre, pero es puesto en libertad gracias a Lázaro Carnot. En marzo de 1795 le ofrecen el puesto de jefe de la artillería en el ejército del Oeste, pero lo rechaza pues considera que dicha posición no le ofrece beneficio alguno.

Por fin, gracias a Madame Tallein, Napoleón logra reconciliarse con los jefes de la Convención y Barras lo nombra segundo jefe de las fuerzas del interior para enfrentarse a los realistas sublevados. Mediante el uso de la artillería, Napoleón desbarata las columnas rebeldes y hace fracasar el llamado "golpe de Vendimiario". La recompensa no se hace esperar: Napoleón es ascendido a general de división y general en jefe del ejército interior. Cinco meses más tarde, en marzo de 1796 recibe el codiciado mando del ejército de Italia y se casa con una atractiva criolla de la Martinica, Josefina Tascher de la Pagerie, viuda del general Alejandro de Beauharnais (guillotinado durante el terror) y madre de dos hijos. Dos días después, Napoleón parte hacia Italia. Tiene sólo 27 años.

La campaña a la que es enviado, tenía como objetivo vencer a los ejércitos sardo y austríaco que ocupaban Italia. En vez de proseguir la lucha en los Alpes, Bonaparte desciende hasta Cadibone, localidad situada entre Niza y Génova, se lanza sobre sus enemigos, que no aciertan a reponerse de la sorpresa y logra separarlos en Montenotte, Dego, Millesimo y Mondovi. Los sardos, destrozados, piden la paz, y el rey de Cerdeña, por un tratado firmado en París el 15 de mayo de 1796, cede a Francia Cuneo, Niza y Saboya.

Napoleón marcha ahora contra los austríacos, pasa el Po y consigue la victoria de Loditras la cual entra en Milán. Mientras pone sitio a Mantua, estratégica plaza fuerte en poder de los austríacos, firma armisticios con los duques de Parma y de Módena y con el Papa Pio VI, e impone fuertes contribuciones de guerra que le permiten socorrer al Directorio.

Agotada, Austria apenas puede contrarrestar el empuje de las fuerzas francesas, que se dirigen triunfalmente hacia Viena, los austríacos firman entonces el armisticio de Leoben, precursor de la "paz de Campo Formio" y Napoleón crea la república Cisalpina, fusión de Lombardía y Cispandana, y la de Liguria. El cuatro de septiembre de 1797 Pedro Augereau, general de las tropas napoleónicas da el golpe de estado de "Fructidor" para eliminar a los realistas del gobierno, este hecho y la paz de Campo Formio que Napoleón firma según su propio criterio, promueven la popularidad de Bonaparte, a quien se debe que cesen cinco años de guerra.

Pero con Inglaterra sigue en pie la hostilidad. Napoleón propone debilitarla ocupando Egipto y cortando sus comunicaciones con la India, lo cual aprueba el Directorio para alejarlo de Francia, pues empiezan a considerarlo un hombre peligroso, La expedición parte de Tolón, toma Malta y se apodera de Alejandría . Tras la batalla de las Pirámides Napoleón entra en el Cairo el 23 de julio de 1798, el primero de agosto Nelson destruye la escuadra francesa en Abukir y la fuerza francesa de tierra queda aislada. No obstante, Napoleón prosigue su campaña. Se dirige a Siria, donde consigue victorias resonantes, pero se estrella ante San Juan de Acre. Entretanto, se ha realizado en Francia el golpe de estado de "Pardial" y una segunda coalición de naciones europeas pone en peligro la forma republicana de gobierno. Enterado de ello Napoleón abandona su misión en Oriente y desembarca en Frejus tras burlar la vigilancia inglesa en el Mediterráneo.

Una vez en Francia, Napoleón recibe en homenaje de las multitudes. Sieyes, la figura dominante de París, esta convencido de la necesidad de derrocar al Directorio para evitar la restauración de la monarquía, se asocia con Bonaparte y juntos preparan el golpe de estado.

El golpe se realiza al fin en "18 – 19 Brumario del año VIII de la República" (9 – 10 de noviembre de 1799), siendo cómplices el mismo además de Sieyes y Napoleón, algunos miembros del Directorio, ministros y miembros del consejo de ancianos, además del presidente de los Quinientos, Luciano Bonaparte, hermano de Napoleón.

A la media noche del 19 Brumario se reunían representantes de ambos Consejos para dar sanción legal a los sucesos: se otorgaba un voto de gracias a Napoleón y se aprobaba la suspensión del Directorio. El gobierno quedaba confiado a una comisión provisional de tres cónsules: Sieyes, Roger – Ducos y Bonaparte. En la práctica, esté último quede desde ese momento dueño de la situación y amo de Francia.

En manos de Napoleón el gobierno de Francia, se vislumbra ya el período siguiente, el Imperio, la monarquía militar. Gracias a los orígenes revolucionarios del propio Bonaparte, el Imperio no supone el regreso a las instituciones tradicionales, sino el término de la anarquía

El período del Consulado tiene la figura central de Napoleón quien retendrá el poder durante cuatro años y medio, esto es del 11 de noviembre de 1799 al 18 de mayo de 1804, con los títulos sucesivos de cónsul provisional, primer cónsul y cónsul vitalicio, hasta erigirse en la última fecha citada en emperador de los franceses, denominación que conservaría hasta su caída.

En el orden político la época del consulado de señala por la proclamación de la cuarta constitución republicana, llamada del año VIII y vigente en lo fundamental hasta la caída del Imperio.

En lo social, destacan dos documentos fundamentales: el código civil (Código Napoleón), que consolido el derecho privado vigente en un cuerpo legal claro y conciso que consagraba los principios de libertad individual, igualdad ante la ley y separación entre la iglesia y el estado, además de un concordato con el papa que devolvía a Francia la paz religiosa.

La política exterior del consulado condujo a la derrota de Austria en 1800, así en la campaña de Italia (victoria de Marengo), como en la de Alemania (victoria de Hohenlinden), y en la firma de la Paz de Luneville en 1801. Con Inglaterra se firma la efímera Paz de Amines en 1802.

El 18 de mayo de 1804, Napoleón se proclama emperador de los franceses y la nueva época se entiende por 11 años desde 1804 hasta 1815, casi todos de guerra. Napoleón quiso además ser coronado por el propio papa, para que la ceremonia superase en jerarquía a la coronación de los antiguos reyes. El acto se llevó a cabo en Notre Dame, la catedral de París, con la participación del pontífice Pio VII, para gran escándalo de realistas y antiguos revolucionarios por igual es 2 de Diciembre de 1804, en el momento culminante, el impaciente Napoleón se colocó la corona en la cabeza por si mismo. Napoleón contaba además con el título de presidente de Italia, nuevo nombre que se le dio a la república Cisalpina, desde 1802, pero en marzo de 1805, se proclamo también rey de Italia y fue coronado en Milán el 26 de mayo.


En política exterior, la nota dominante del imperio es el conflicto con Inglaterra, Napoleón quiere invadirla, pero debe abandonar toda esperanza de lograrlo cuando la flota franco-española es aniquilada por Nelson en Trafalgar en 1805. Trata entonces de doblegar a Inglaterra privándola de sus mercados europeos por medio de un bloque continental, política que conduce a la guerra con Portugal y a la desastrosa intervención de España en 1808. Dentro de Francia, los excesos del gobierno personal, el malestar económico y la guerromanía del emperador acabaron por engendrar un descontento general que halla expresión en el sobrenombre de Ogro aplicado a un gobernante que había de costar a la nación francesa la vida de medio millón de hombres, la sexagésima parte de su población.

Después de transformar el país, Napoleón lanzó su ejército contra las coaliciones europeas organizadas por Gran Bretaña. De 1805 a 1809, tres coaliciones fueron vencidas en forma aplastante. La primera de 1805, en Ulm y Austerlitz. Calificada de batalla modelo, Austerlitz es el triunfo de la inteligencia sobre el número. Tras ella, napoleón, amo de Europa, crea y reparte reinos entre sus familiares.

La segunda coalición fue desbaratada en las batallas de Jena y Auerstaedt, durante la campaña de Alemania de 1806, y la de Eyaul y Friedland en la campaña de Polonia de 1807, que condujeron a la Paz de Tilsit, en la que Napoleón y Alejandro I de Rusia se reconocen mutuamente como potencias dominantes en el oeste y el este de Europa. De este época son los amoríos de Napoleón con la condesa polaca María Walewska, que le da un hijo, y la intervención en la península ibérica de 1808, donde los ejércitos del emperador sufren sus primeros reveses.

Todavía habría de lograr Napoleón brillantes victorias sobre la tercera coalición gracias a las cuales llegó a su apogeo en 1810, no obstante los fracasos sufridos en España y Portugal. Napoleón repudia entonces a Josefina, que no le ha dado herederos, para casarse con la archiduquesa María Luisa, hija del emperador austríaco, Francisco I. Cuando la archiduquesa da un hijo a Napoleón el emperador, que se siente el heredero de Carlomagno y reúne bajo su cetro o el de sus estados vasallos casi toda la Europa occidental y central, parece seguro del destino de su obra política.

En realidad el inmenso imperio, producto de la fuerza, sólo por ella se sostenía. Había minado las bases de la Europa precedente, pero al mismo tiempo sembraba ideas revolucionarias y nacionalistas que servían de bandera contra la dominación francesa.

Napoleón esperaba la ayuda de Rusia contra Inglaterra. En Tilsit, Alejandro I se había aliado secretamente a Francia y había hecho vagas promesas de que atacaría por tierra a los ingleses en la India. Pero cada vez el emperador ruso mostraba menos empeño en actuar conforme a lo acordado. Para intimidarlo Napoleón acumuló sus fuerzas en Polonia en la primavera de 1812. Finalmente invadió Rusia en la última semana de junio. Los rusos se retiraron quemándolo todo a su paso. Napoleón, demorado por la falta de suministros, tuvo que luchar ferozmente en Borodino antes de ocupar la ciudad de Moscú que había quedado desierta y que un descomunal incendio consumía ese mismo día.

Se impuso la retirada francesa que un invierno prematuro convirtió en desastre. De los 453,000 hombres que iniciaron la campaña menos de 10,000 quedaban en condiciones de combatir.

La catástrofe provocó en toda Europa una ola de actitudes rebeldes. Aún la propia Francia daba muestras de intranquilidad, y Napoleón tuvo que apresurar su regreso para dominar la situación. En 1813, a pesar de algunos éxitos iniciales, Napoleón fue decisivamente derrotado en Leipzig, "la batalla de las naciones" y de desastre en desastre terminó por abdicar el 6 de abril de 1814. Confinado en la Isla de Elba, que le concedieron como reino los vencedores, aprovechara todavía el descontento de los Franceses contra la restauración borbónica para regresar al poder en 1815 durante los llamados 100 días, hasta la derrota definitiva de Waterloo el 18 de junio de 1815. Acogido a la clemencia de los ingleses, estos lo desterraron a la remota isla de Santa Elena, donde murió seis años después. Sus restos, llevados a Francia en 1840, reposan en el Palacio de los Inválidos de París.

Los juicios sobre Napoleón son extremadamente contradictorios, pero sus actos tienen alguna substancia épica que hacen de él una figura histórica imperecedera.


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