Banderas al viento: las naciones y el nacionalismo
Si el surgimiento de los partidos obreros fue una consecuencia de la democratización, también lo fue la aparición del nacionalismo en la política. En el período 1870-1914, el nacionalismo protagonizó un extraordinario salto hacia adelante, transformándose su contenido ideológico y político.
La base del nacionalismo de todo tipo era la misma: la voluntad de la gente de identificarse emocionalmente con "su" nación y de movilizarse políticamente como checos, alemanes, italianos o cualquier otra cosa, voluntad que podía ser explotada políticamente.
Ahora bien, dado que, en los países donde se había impuesto la política de masas, los partidos tenían que competir por el mismo conjunto de seguidores y partidarios, éstos se vaían obligados a realizar elecciones excluyentes entre sí.
Sin duda alguna, el número de movimientos nacionalistas se incrementó considerablemente en Europa a partir de 1870, aunque lo cierto es que en Europa se crearon muchos menos Estados nacionales nuevos durante los cuarenta años anteriores al estallido de la primera guerra mundial que en los cuarenta años que precedieron al a formación del Imperio alemán, y aquellas que se crearon no tenían gran importancia. (Bulgaria 1878, Noruega 1907, Albania 1913). Lo que resultó importante a largo plazo no fue tanto el grado de apoyo que concitó la causa nacional entre este o aquel pueblo como la transformación de la definición étnico-lingüística de las naciones, que olvidamos que, en esencia, esa definición se inventó a finales del S.XIX.
El nacionalismo, que se convirtió en la versión habitual de la ideología y el programa nacionales, era fundamentalmente territorial, pues su modelo básico era el Estado territorial de la Revolución francesa. El sionismo constituye un ejemplo extremo porque era un proyecto que no tenía precedente en la tradición que había dado al pueblo judío su permanencia, cohesión e indestructible identidad durante varios milenios. El sionismo exigía la adquisición de un territorio así como unalengua que no habían hablado desde hacía varios milenios.
Los cincuenta años anteriores a 1914 fueron un período típico de xenofóbia y, por tanto, de reacción nacionalista ante ella porque -incluso dejando al margen el colonialismo global- fue una era de movilidad y migración masivas y, sobre todo durante los decenios de la depresión, de tensión social.