No me digas mentiras
tengo la consciencia limpia
y el corazón puro.
No me digas al oído
que me extrañas y amas,
pues parece solo ser
un cuento de hadas,
una historia de cama,
para que me quede dormido.
Dormido ya no estoy,
mas del sueño desperté,
para verme encerrado,
en un amor sin sentido
que me hizo polvo en un instante.
Que tus engaños hicieron,
que creyera que mi corazón
estaba atrapado sin salida,
que sin ti no había razón
ni vida ni esperanza,
para una alma ingenua.
Sí, es cierto,
fuiste más que dios
por un instante prófugo,
pero ahora no mereces
más que un altar de papel
en una iglesia imaginaria.
Vi como la inspiración
corría entre mis dedos,
vi los versos caer y caer,
y me di cuenta que al final,
todo lo escrito bajo tu luz,
se fue como humo al cielo,
y no volvió más.