Allá por el siglo XVII, durante las dictaduras feudales, el pueblo de clase baja era constantemente oprimido. Algunos hacían grabados en los que se criticaba las clases altas y poderosas, y relataba historias con humor y erotismo, con los cuales la gente se entretenía y conseguía olvidar por unos momentos las penúrias que padecían. Estos grabados son los Ukiyo-e, las primeras manifestaciones populares artísticas en Japón. En algunos manga se dejan ver dibujos antiguos muy tradicionales, en los que se puede ver a una japonesa con el vestido tradicional, o luchadores de sumo entre otras cosas. Seguro que los habéis visto alguna vez. Durante el siglo XIX, el artista Hokusai Katsuhika, que mezclaba imágenes con texto, designo a sus dibujos como manga en 1814, que viene a significar algo así como dibujos involuntarios o dibujos encadenados. En un principio esta palabra designaba al arte de Hokusai, pero después se generalizó el uso para designar obras de otros artistas que seguían más o menos los esquemas de dicho Hokusai
Un tiempo antes de la guerra mundial, llegaban a Japón los primeros cómics occidentales. Hasta entonces, no existían los cómics en Japón. Desde finales del siglo XIX, el país del sol naciente se abría al mundo para modernizarse y salir de la edad feudal, así todo lo que recibían e interesaba a los japoneses, lo acogían como suyo a su manera, como el ferrocarril, que ahora es de los mejores y más rápidos y modernos. La primera tira moderna nació durante los años 20, por Shousei Oda y Tofujin. Durante los 30, la producción de comics y tiras aumentaba. Conforme se iba acercando la segunda guerra mundial, los mangas se iban tornando cada vez más bélicos. Los dibujantes de historias japoneses, al final adoptaron el cómic americano como formato para representarlas, y también el estilo de dibujo americano, y en un principio, estas historias se conocían como los emonogatari. Todavía no era el manga que conocemos hoy en día.
En 1958, se emitió en la tele el primer anime de la historia.
Se trataba de Hakujaden, que traducido al español sería La gran serpiente blanca. Se emitió el 22 de octubre de 1958 en blanco y negro y fue producida por la mítica TOEI Animation. Después nace la primera serie anime de la historia, Manga Calendar, con su primera emisión en 25 de junio de 1962.
Después de la guerra mundial, Ozamu Tezuka, un médico que tenía mucho apuros económicos, comenzó a
hacer un comic en el que se aprecia una grandísima influencia de Disney. De
hecho, intentó mostrar el estilo de animación de Disney en viñetas, y los
rasgos de los personajes también tenían bastante parecido con los personajes
Disney. Así nació Tetsuya-Atom en 1963 (Astroboy), un niño robot con ojos
grandes al igual que el resto de los personajes de la misma serie. Es el
naciemiento de los ojos redondos y grandes que vemos hoy en día en todos los
dibujos animados japoneses, aunque no son inventos de Tezuka, sino que cogió
este rasgo de los americanos precisamente. Si comparamos Astroboy con Mickey
Mouse, vemos que tienen casi los mismos ojos (el ratón dibujado de la
época), i al igual que el ratón tiene las dos orejas redondas (la marca de
Disney), Astroboy tiene dos "picos" en la cabeza, en el mismo lugar
que las orejas de Mickey. Casi inmediatamente Tezuka creó un estudio de
animación, en el que con pocos recursos creó la primera serie de animación
japonesa, el mismo Astroboy, el que sería el anime número 12 de la historia, aunque fue el primero con una línea argumental continuada, y con el que nacieron muchas de las técnicas de animación que se usan todavía hoy en día, usadas sobretodo para hacer animación con pocos costes.
Osamu dibujó otras historias como la nueva isla del tesoro y
el emperador de la jungla (copiado más tarde por Disney, si, el
"Rey León".
En los años 60 se crearon Speed Racer, IronMan 28, Eight Man... Comienza la expanción de la animación japonesa, creándose una gran industria cuyo objetivo es competir cara a cara con Disney, que ya se había convertido en la gran industria del dibujo animado. El primer boom del manga llega en los 70, con Mazinger Z de Go Nagai, Heidi de Hayao Miyazaki, Marco, Doraemon, Capitán Harlock. Estas series tuvieron un grandísimo éxito tanto en su país de origen, como en los países donde se emitió, siendo algunas de ellas, como la de Mazinger, una de las series más queridas y recordadas hoy en día en España. Un hombre, Kazu Koike, fundó una "universidad de manga" donde estudiaron autores tan famosos después como Rumiko Takahashi. En los años 80, aparte del cine o la televisión, aparece una nueva forma de distrutar del anime, los OVA (Original Video Anime), con series sólo visionables en video. La competéncia que no publicava OVAs tenía que subir la calidad de sus series para poder competir con el nuevo exitoso mercado. Series de esta época son Lamu, Candy Candy, Caballeros del Zodiaco, Capitán Tsubasa (Oliver y Benji en España o Captain Hawk en EUA), DR. Slump & Arale-Chan, y las grandes Dragon Ball del maestro Akira Toriyama y Ranma 1/2 de Rumiko Takahashi. Después de más de 15 años, siguen siendo para muchos las mejores series de siempre.
Ésta es la década en la que el manganime explota de verdad en España y el resto del mundo fuera de Japón. Con el nacimiento de nuevos canales de televisión nacionales y autonómicos, aumenta la oferta infantil y juvenil, que se provee sobretodo de producciones japonesas, que son muy numerosas y relativamente baratas, puesto que en un principio son series con unos cuantos años. Es cuando aparece DragonBall en España, Ranma, Arale, Oliver y Benji, Chicho terremoto, Juana y Sergio, y un sinfin de series que llenaron los ratos de ocio de niños, jóvenes y también adultos (que me digan qué padres no han visto un sólo capítulo de Dragon Ball u Oliver y Benji). Después del boom inicial, entre el 93 y el 96 saltan las alarmas de diversas asociaciones de padres, críticos, etc. ante la invasión de tanto producto japonés, y se inicia una especie de movimiento anti-manga, a partir de razonamientos poco lógicos, como que se venden cómics eróticos japoneses junto a los cómics de los niños, el manga en la tele es muy violento, etc... y acaba creándose una imagen del manganime muy negativa, relacionándo siempre manga con sexo y violencia. Empieza el declive. Empresas creadas explícitamente para la distribución de manga en territorio español, como "Manga films", dejan de distribuir manga y se dedican a la distribución de películas de cine de diversos géneros. Las series van desapareciendo de la tele, se van poniendo en horarios poco habituales, como el caso de City Hunter, que se emitía a las ¡¡¡5 de la madrugada!!!, o Wedding Peach, que se emitía a las 7:30 de la mañana. También empieza a desaparecer la franja siempre respetada para los niños, y proliferan los programas de cotilleos y "talk-shows". Afortunadamente para los niños, las televisiones autonómicas sí mantuvieron las franjas infantiles de una u otra forma, algunas relevando los programas infantiles a las segunas cadenas. Mención especial toma el Canal 33, que crea una franja en mediodía para los jóvenes, y manteniendo la franja matinal de los fines de semana, estrenando series y reponiendo otras, como Ranma, reposición de Dragon Ball, Moldiver, y además creando un programa especial de manga, Canal Manga creo que se llamaba. Allí transmitieron series y películas, como El recuerdo de la guerra de Lodoss, RGVeda, Tenchi Muyo!, Evangelion, etc... aunque sólo una vez a la semana. A partir de la llegada de Pokémon, en 1998-1999, empieza a resurgir el manga, apoyado sobretodo por aquellos que crecieron con el manga y creyeron injusto lo que le hicieron al manga en España.
Desde finales de los noventa y entrando en el 2000 han surgido series de
muchísima calidad, como Trigun, Neon Genesis Evangelion, Utena, Detective Conan, FuriKuri, KareKano, LoveHina, Chobits, y una larguísima lista que crece cada día. El anime se ha extendido también a través de los
videojuegos, o los videojuegos se convierten en anime, y la cantidad de
objetos relacionados con series de anime se hace cada vez más inmensa. Hay un mejor trato del manga, puesto que se intenta adecuar el contenido de los programas infantiles y juveniles a un horario más adecuado.
Aún así sigue quejándose algún antimanga, como sucedió con ShinChan en telemadrid, que estuvo a punto de retirarse, pero después de
reunirse un comité y examinar la situación llegaron a la conclusión de que no se retiraba, puesto que a la hora que se emitía (13:30) y siempre con la alerta de mayores de 13 años se podía emitir la serie sin problemas. En la Comunidad Valenciana no hubo tanta suerte:
retiraron la serie a la primera, porque estaba dentro de un programa contenedor infantil (Babalà) y en vez de cambiar franja o meter en un programa juvenil, lo retiraron sin más.
Sumado a todo esto, con la incursión de la televisión digital por satélite, donde hay canales de televisión temáticos, mucha gente
tiene más acceso a programas de manga (claro, los que pagan, los que no, a esperar a que las cadenas públicas hagan algo).
Otra mención es la situación del cómic japonés, que está mejorando, gracias a que editoriales como Glénat se atreven a traer cómics en su formato original (traducidos, claro) y al creciente interés del público, que cambia la tónica de los 90, en la que los mangas se dejaban de publicar a medias por las escasas ventas.
Además, ahora también se está aumentando la producción de DVDs de series anime, aunque a un precio un poco abusivo, ya que salen a 18 euros un DVD con unos 4 o 5 capítulos, aunque hasy también packs con series enteras a un precio realmente asequible, como Kare-Kano, la serie completa por 40 euros, o Neon Genesis Evangelion, más reciente, traída por Selecta Visión (se está esforzando mucho), con la serie completa, los últimos capítulos versión director's cut y las dos películas, Death and Rebirth y The end of evangelion a 50 o 70 euros, no me acuerdo bien.